Las claves para entender el golpe de Estado en Mali

Los conflictos religiosos entre comunidades de un país con una gran diversidad étnica y las acusaciones de corrupción contra el presidente Ibrahim Boubacar Keita marcan la política maliense de la última década.

Mali es uno de esos países ricos en recursos naturales marcados por la inestabilidad política. El país de la frontera subsahariana tiene reservas importantes de uranio, oro, litio, diamantes y otras piedras preciosas entre otros.



Este miércoles un grupo de militares provocó la dimisión del presidenta Keita y la disolución del Parlamento prometiendo una "transición política civil" y elecciones en un plazo "razonable". Estas son las claves del conflicto que divide al país desde 2012 con la toma de algunas regiones del norte por parte de yihadistas.



 



Los islamistas toman el norte del país



En 2012 un grupo de rebeldes tuaregs junto con combatientes islamistas procedentes de Libia toman tres regiones del norte. Kidal, Gao y Tombuctú. Se les unen miembros de Al Qaeda en el Magreb Islámico. Se impone la sharia y se practican castigos como amputaciones y lapidaciones, se destruyen monumentos históricos y se prohiben actividades como el fútbol, la música y el alcohol.



Respuesta Internacional



Una fuerza internacional liderada por Francia lanza en enero de 2013 la operación Serval para frenar el avance islamista. En tres semanas se retoma el control de Gao, Tombuctú y el aeropuerto de Kidal. En julio se establece la misión de la ONU para la estabilización de Mali.



En el año 2014 Francia establece la operación Barkhane que moviliza a 5.100 hombres en la actualidad en el desierto del Sahel.



Revueltas yihadistas constantes



A pesar del acuerdo de paz firmado en 2015 se producen numerosos ataques desde entonces. Los islamistas atizan también la rivalidad étnica para desestabilizar el país.



En enero de 2020, el Presidente francés Emmanuel Macron y sus homólogos del G5 del Sahel (Mauritania, Malí, Burkina Faso, Níger, Chad) decidieron coordinar su acción militar concentrándola en la zona de las "tres fronteras" (Malí, Níger, Burkina) y dando prioridad al combate contra el EIGS (Estado Islámico del Gran Sahara).



Inestabilidad política



El presidente Ibrahim Boubacar Keita (conocido como IBK) -que fue primer ministro- fue elegido en 2013, en plena ofensiva contra los yihadistas y con un viento de esperanza en la renovación de la política maliense. Keita resultó reelegido en 2018 en medio de acusaciones de fraude del principal opositor.



El detonante: elecciones en medio de la crisis del Covid 19



La ola de inestabilidad que ha arrastrado al presidente Keita comenzó con la polémica convocatoria de elecciones legislativas el 29 de marzo, a pesar de la amenaza del nuevo coronavirus.



El día 26, el jefe de la oposición Soumaila Cissé fue secuestrado por hombres armados cuando hacía campaña.



Durante las dos vueltas electorales se denuncian casos de fraude, secuestro de agentes electorales, actos de pillaje en algunos centros de votación e incluso estalla una mina matando a nueve personas.



Al día siguiente el Tribunal Constitucional anula algunos resultados, un tercio de ellos favoreciendo al partido del presidente IBK.



A finales de mayo se organiza una heterogénea coalición de líderes religiosos y opositores para pedir la dimisión del presidente.



En junio y julio se producen manifestaciones masivas contra IBK.



En julio IBK anuncia que revisaría la decisión del Tribunal Constitucional y podría restablecer a los senadores, pero la oposición no cede.



Desobediencia civil, víctimas mortales



El 10 de julio se lanza un movimiento de manifestaciones llamando a la desobediencia civil que provoca disturbios y ataques contra el Parlamento o la televisión nacional. Mueren al menos 14 personas según la ONU (23 según la oposición).



Los intentos desde toda África para mediar en el conflicto fracasan y el 12 de agosto miles de malienses están en la calle de nuevo pidiendo la salida de Keita.



Este lunes 17 la oposición anunció más manifestaciones y la ocupación de espacios públicos.



La crisis ha desencadenado esta madrugada del 18 de agosto el golpe militar que ha obligado a dimitir a Keita. Fuente: EuroNews


Más de Internacionales