El rechazo de Arabia Saudita a Israel frena las intenciones de EEUU y la derecha israelí

La postura de Arabia Saudita llegó a una semana de que Emiratos Árabes Unidos (EAU) e Israel firmaran el 13 de agosto un acuerdo para establecer relaciones diplomáticas, aunque ya mantenían convenios de cooperación desde hacía dos décadas.

La decisión de Arabia Saudita de no reconocer a Israel hasta que se establezca un Estado palestino muestra la desconfianza que existe en el mundo árabe hacia los israelíes, más allá de las ilusiones de Estados Unidos y la derecha israelí por alcanzar un acuerdo de paz en Medio Oriente.



La postura de Arabia Saudita llegó a una semana de que Emiratos Árabes Unidos (EAU) e Israel firmaran el 13 de agosto un acuerdo para establecer relaciones diplomáticas, aunque ya mantenían convenios de cooperación desde hacía dos décadas.



Los palestinos consideraron esta actitud de Abu Dabi como "una traición a Jerusalén y a la causa palestina".



Así, tras una serie de negociaciones en las que participó el Gobierno del presidente estadounidense, Donald Trump, esta rica monarquía petrolera se convirtió en el tercer país que restablece sus lazos con el Estado hebreo, después de Egipto (1979) y Jordania (1994) en más de 70 años.



Pero, a pesar de los deseos de Trump y del Gobierno del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, Arabia Saudita se negó el miércoles a reconocer oficialmente a Israel, y su ministro de Relaciones Exteriores, el príncipe Faisal bin Farthan al Saud, dijo en Berlín que Riad "afirma su compromiso con la paz como una opción estratégica basada en las iniciativas árabes".

 



Tengo la impresión de que la idea que se pudiera establecer una paz entre Israel por un lado, y Arabia Saudita, Sudán, Omán, Bahréin, Kuwait y eventualmente Qatar, por otro, dejando de lado el problema palestino, es más una ilusión de la derecha israelí que una realidad”



MARIO SZNAJDER, PROFESOR EMÉRITO DE LA UNIVERSIDAD HEBREA DE JERUSALÉN





Arabia Saudita condenó, además, "las políticas unilaterales de Israel de anexión y construcción de asentamientos ilegítimos y en detrimento de la solución de los dos Estados" con los palestinos.



Riad pidió al Gobierno israelí que congele sus planes para anexionarse el 30% de los territorios que ocupa ilegalmente en Cisjordania, así como el Valle del Jordán.



En 2002, la Liga Árabe presentó una inicitiva de paz para Medio Oriente, basada en el reconocimiento de Israel a cambio de las retirada de ese país de las fronteras que había conquistado en la Guerra de los Seis Días en 1967.



El plan contemplaba la creación de un Estado Palestino, con capital en Jerusalén Este, y una solución para millones de refugiados que salieron de Palestina tras la creación del Estado de Israel en 1948.



"Tengo la impresión de que la idea que se pudiera establecer una paz entre Israel por un lado, y Arabia Saudita, Sudán, Omán, Bahréin, Kuwait y eventualmente Qatar, por otro, dejando de lado el problema palestino, es más una ilusión de la derecha israelí que una realidad", dijo a Télam Mario Sznajder, profesor emérito de la Universidad Hebrea de Jerusalén.



Para este analista, "el paso dado por EAU no es una paz porque nunca hubo guerra entre Israel y los Emiratos Árabes Unidos".



"Dicho pacto forma parte de una estrategia de normalización y apertura de relaciones diplomáticas entre varios países árabes sunnitas e Israel", afirmó.



Sznajder dijo que "más allá de las ventajas directas para las dos partes -y también para Netanyahu y Trump, quien afronta su campaña electoral (para las elecciones del 3 de noviembre)-, el tema común es el enfrentamiento con Irán, que se perfila como el más peligroso enemigo tanto de Israel como de varios estados árabes".



Algunos analistas han interpretado este medida de EAU como un gesto para complacer a la Casa Blanca, destinado también a fortalecer la posición de la pequeña monarquía ante sus rivales regionales en el Golfo Pérsico.

 



Más allá de las ventajas directas para las dos partes -y también para Netanyahu y Trump, quien afronta su campaña electoral (para las elecciones del 3 de noviembre)-, el tema común es el enfrentamiento con Irán, que se perfila como el más peligroso enemigo tanto de Israel como de varios estados árabes”





Se especulaba con que otros países hicieran lo mismo que EAU, entre ellos Marruecos, Sudán, Omán y Bahréin.



Pero Kuwait rechazó seguir a la monarquía petrolera, después que varios parlamentarios y organizaciones de ese país se pronunciaron seriamente en contra de reconocer a Israel, según diarios kuwaitíes.



"No considero que sea un fracaso para la Administración de Trump el hecho que Arabia Saudita no quiera sumarse al acuerdo de paz con Israel", señaló a Télam Gustavo Cardozo, profesor en Relaciones Internacionales de la Universidad Regional del Noroeste del Estado brasileño de Rio Grande do Sul (Unijui).



El analista explicó que "la negativa saudita se enmarca en el esquema regional que ha venido desarrollando Riad en apoyo al reclamo palestino y en contra del accionar unilateral de Israel en la región".



De todos modos, Cardozo advirtió: "No será fácil para los EEUU lograr consenso en el mundo árabe cuando internamente hay sectores que continúan apoyando el accionar de (el Movimiento de la Resistencia Islámica) Hamas, que controla la Franja de Gaza, y los medios terroristas para lograr objetivos políticos".


Más de Internacionales