La historia del monje que salvó a 8 mil perros callejeros de la muerte

Zhi Xiang acude dos veces por semana a la perrera, donde la policía amontona a los perros callejeros. El monje se los lleva a todos, o sea un centenar de supervivientes más cada vez. Gracias a su intervención, los animales de la perrera no son sacrificados.

El monje de 51 años comenzó a recoger animales de la calle en 1994. Xiang empezó por los gatos atropellados, pero como en los últimos años el número de abandono de animales aumentó, el hombre también se dedicó a salvar perros.



“Tengo que rescatarlos porque, si no lo hago, seguro que morirán”, explicó el monje. Además de la iniciativa de este hombre, el budismo también es una religión que obliga a los fieles a ayudar a las criaturas que lo necesiten.



Zhi Xiang manifestó también que esto “no es culpa de la gente a la que no le gustan los perros ni del Estado”. “Se debe a los llamados amigos de los animales que no saben ocuparse de ellos”, lamentó el monje.



Según las estadísticas oficiales chinas, en 2019 el país contaba con 50 millones de animales callejeros. Lamentablemente, esa cifra se duplica cada año.



El monje se levanta todos los días a las cuatro de la madrugada para ocuparse de ellos y no cobra ayudas públicas. Xiang subsiste gracias a la generosidad de los fieles. A su vez, para financiar la compra de 60 toneladas de comida para perros cada mes, gasta más de 12 millones de yuanes (310.000 dólares) al año.



Como si estas acciones del monje no fueran pocas, Zhi Xiang acoge en su templo, no solo a perros, sino también gallinas, gansos y pavos reales. La realidad es que los animales más afortunados encontrarán nuevos dueños, pero al menos un tercio mueren por enfermedades antes de poder salir del refugio.



Desde 2019 el monje logró enviar unos 300 perros a hogares en el extranjero, a Europa o Norteamérica. “Creo que están bien protegidos por las leyes de esos países, pero por supuesto que los extraño”.



“Tengo que rescatarlos porque, si no lo hago, seguro que morirán”, explicó el monje. (Foto: AFP)

“Mi sueño es ir algún día a todos estos países y tomarme una foto con cada uno de estos perros que he salvado. Cuando sea viejo y no pueda moverme, tendría todas esas fotos para mirarlas”, concluyó.


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