“Marita Santa Cruz”
Los adjetivos no alcanzaron ni alcanzarán para la demanda de indignación que causó la absolución, por parte de la justicia penal de Tucumán, de los 13 acusados por el secuestro y desaparición en 2002 de la joven Marita Verón.
Pero la justicia o la falta de ella no tienen fronteras en nuestro país. Hay puntos unen indefectiblemente a Santa Cruz, el gobierno nacional, la absolución y la lucha contra la trata de personas. Son simples, ya advertidos, pero irrefutables.
Una pista hizo que Susana Trimarco, madre Marita buscara en las “casitas”- obviamente con resultados negativos- a su hija. Fue durante la presidencia del Néstor Kirchner, a pesar de que el gobierno nacional, si bien promovió la lucha contra la trata no hizo lo mismo en su lugar de origen: los prostíbulos de Río Gallegos que llevaron hasta el 2009, seis decenios de funcionamiento en dos manzanas situadas detrás de la Terminal de Ómnibus.
Santa Cruz, gobernada por el mismo proyecto que (por suerte) lideró como ningún gobierno la lucha contra este flagelo, no contabiliza algún procesado o detenido por trata de personas. Lo irónico, es que en el Chaco se advierten los únicos sentenciados por este delito , gracias a la investigación de la Jueza Federal Zuñidla Niremperger, luego del rescate de una mujer realizado el 20 de febrero del 2.009, del lupanar “El Deseo” que formaba parte de la tradicional manzana, y quien fuera sometida a “trabajos sexuales”.
El pasado 5 de septiembre, la sala IV de la Cámara Nacional de Casación no hizo lugar al recurso de queja interpuesto por el fiscal de Comodoro Rivadavia, y reafirmó el polémico fallo del 14 de junio del 2.011 que permitía la reapertura de los lupanares de Río Gallegos.
El Fiscal había presentado este recurso- a la cual se sumaron otras organizaciones como por ejemplo de la Fundación “La Alameda” o la Plataforma Interamericana de Derechos Humanos- luego de que la justicia federal con asiento en Chubut resolvió que no se comprobó el delito de trata de personas, ni proxenetismo en las “casitas”, las que fueron clausuradas por orden de la Jueza Federal Subrogante, Ana Cecilia Álvarez, el 6 de junio del 2.009.
La suerte de Marita podría haber sido la misma en Santa Cruz. Es que la justicia no sabe de fronteras, pero la trata tampoco. (El Diario Nuevo Día).