Cómo cuidar a los bebés y chicos durante el verano: los mosquitos, el calor y la hidratación

La pediatra Alejandra Lafont previene sobre los cuidados frente a las altas temperaturas, alergias, insectos, accidentes comunes y más. 

Aunque asoman lentamente, las altas temperaturas no tardarán mucho en aparecer y, con ellas, los días más largos, la exposición al sol y el aire libre. Los chicos cambiarán su rutina por más juegos en el exterior y es importante que sepamos cómo protegerlos.



La pediatra Alejandra Lafont de Fundación Hospitalaria nos alerta sobre los puntos principales a tener en cuenta.



Hidratación

Las recomendaciones para que un bebé se mantenga hidratado a pesar de las altas temperaturas dependen de su edad y tipo de alimentación.



Para los bebés alimentados a pecho es suficiente con incrementar transitoriamente las tomas haciéndolas más frecuentes, para esto la madre debe mantenerse bien hidratada con líquidos que contengan sales y bebidas frescas en cantidad y frecuencia adecuadas.



A aquellos bebés lactantes que presenten diarrea se los tratará inicialmente con sales de rehidratación oral (con la supervisión de un pediatra).



Debe prestarse especial cuidado a los bebés si en época de calor además presentan pérdidas extra de líquidos por diarreas, vómitos o fiebre, en estos casos siempre deben consultar al pediatra. Se los tratará inicialmente con sales de rehidratación oral.



Los lactantes que se alimentan con semisólidos y mamadera deben recibir leche con más frecuencia, no superando los volúmenes recomendados por peso y debemos ofrecer agua fresca luego de los semisólidos. También son recomendados los jugos de frutas naturales colados.



No deben ofrecerse jugos artificiales ni bebidas gaseosas, representan calorías vacías para el bebé y disminuyen la ingesta de alimentos con valor energético y de alto valor biológico.



Vestimenta y refrigeración

Deben vestirse con prendas adecuadas, evitar el sobreabrigo. Se pueden utilizar ventiladores, preferiblemente de techo bien amurados y aire acondicionado, si se dispone, siempre a una temperatura que no sea inferior a los 23 o 24 grados.



Mosquitos y otros insectos

Las picaduras más frecuentes son las de los mosquitos y hormigas. Para las picaduras de insectos lo ideal es prevenirlas, en los más pequeños se recomienda la utilización de tul y en los mayores de 6 meses están aprobados los repelentes de acción prolongada en crema. También es recomendable la utilización de alambre tejido en puertas y ventanas, y se desaconseja el uso de espirales en el interior de la casa, así como de las tabletas eléctricas en caso de bebés menores de 3 meses.



Se debe prestar especial atención a las picaduras de hormigas cuando los niños están en el pasto. Se recomienda que lo hagan con repelente y ropa liviana.



Hay algunos niños que presentan reacciones de alergia ante las picaduras, las más frecuentes se manifiestan por hinchazón y enrojecimiento alrededor de la picadura que se acompaña de picazón. Esta reacción no es peligrosa y se trata con antihistamínicos que deben ser indicados por un pediatra. No se deben colocar untos ni cremas en las mismas porque esto aumenta el riesgo de infección local.



Los casos de alergia grave, conocidos como reacción anafiláctica, son poco frecuentes pero requieren atención urgente. La causa más común es la picadura múltiple de abeja. Los síntomas iniciales son hinchazón de los labios, párpados, tos o cualquier otro síntoma de dificultad para respirar, requiere el traslado urgente al centro de atención más cercana.



Accidentes domésticos

Las afecciones más comunes en verano son las quemaduras solares, las picaduras de insectos y los accidentes (en lugares al aire libre como clubes o lugar de veraneo, como en los domicilios).



Se incluyen también las situaciones riesgosas en el agua. Se consideran más peligrosas las aguas oscuras de mar y río, y la población más expuesta son los adolescentes.



Durante el verano son frecuentes los accidentes domésticos en patios y balcones, en algunos casos resultan ser de gravedad. La recomendación es la supervisión y acondicionamiento periódico de estos lugares.



Para la prevención de accidentes es fundamental inspeccionar previamente el lugar donde el niño va a jugar, para poder detectar cualquier riesgo potencial y modificar la situación (si se puede) o impedir que el niño permanezca en ese sitio. Para esto es imprescindible no dejarlo nunca solo y en caso de niños mayores asegurarse de que las características del sitio no sean peligrosas y hacer una recorrida previa con un adulto para que puedan estar alerta ante eventuales riesgos.



Golpe de calor

El verano trae días de mucho calor en nuestro país, y a veces la temperatura llega a valores extremos.



Esto genera el típico "golpe de calor" o "agotamiento por calor" que ocurre más frecuentemente en casos de humedad y que dificulta la pérdida de temperatura por sudor. También influye la edad, el sobrepeso, la fiebre, las quemaduras solares y la vestimenta.



Es más frecuente en los menores de 5 años y en los mayores de 65, también en las personas obesas y en los que realizan tareas con alta actividad y esfuerzo.



Las medidas son preventivas, en caso de altas temperaturas permanecer bajo techo con aire acondicionado o ventilador de techo, con ropa liviana, no realizar actividad física, ofrecer a los niños bebidas frecuentes y no dejar a ninguna persona en un vehículo cerrado y estacionado.



Por la doctora Alejandra Lafont, Jefa del Servicio de Pediatría de la Fundación Hospitalaria. (clarin.com)

 


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