Boca no pudo con Lanús y se bajó de la punta de la Superliga

El Grana se impuso por 2 a 1 sobre un flojo Xeneize, en un partido disputado en el sur del Conurbano y válido por la undécima fecha de la Superliga, resultado que le impidió al elenco de Alfaro llegar a la cima y le permitió al ganador ubicarse como escolta de Argentinos.

Boca cayó por 2 a 1 en su visita a Lanús, que de esta manera lo rebasó en la tabla de posiciones de la Superliga en la que ahora es escolta del líder Argentinosal completarse la undécima fecha, mientras que los "xeneizes" comparten el tercer escalón con River.



Los boquenses llegaron a "La Fortaleza Granate" golpeados por la eliminación en semifinales de Copa Libertadores a manos de River Plate y con un futuro incierto por delante, desde algunas figuras del primer equipo como Carlos Tevez hasta el propio entrenador Gustavo Alfaro y también la comisión directiva que renovara autoridades el 8 de diciembre.



Por contrapartida Lanús lo hacía entonado por una campaña muy halagueña a la que debe sumarle su reciente clasificación a las semifinales de la Copa Argentina tras eliminar a Independiente.



Por eso la historia empezó a "cerrar" prematuramente antes de los 10 minutos cuando el interminable goleador José Sand abrió la cuenta para el anfitrión con un golpe de cabeza que batió al ex arquero "granate", Esteban Andrada.



Este partido tuvo también a otros ex Lanús en cancha con la camiseta de Boca como Carlos Izquierdoz (fue expulsado a los 34 minutos del segundo período), Iván Marcone y Eduardo Salvio, mientras que en el local estuvieron dos ex "xeneizes" como el otro arquero, Agustín Rossi, y el zaguero central Ezequiel Muñoz.



Pero después mde ese tanto se vio lo mejor de Boca en la noche, ya que con verguenza se fue a las barbas de Rossi, que se convirtió en figura sobre la media hora de juego con dos grandes atajadas.



Pero a los 34 minutos apareció Mauro Zárate con su gran pegada en un tiro libre con derecha de "corte maradoniano" y la clavó en el ángulo derecho para luego salir gritando y denostando a la platea local, lo que pudo valerle la tarjeta roja porque estaba amonestado, pero el árbitro asistente Diego Verlotta, que lo vio de frente, prefirió ignorar la situación y no lo informó al árbitro Fernando Rapallini.



Pero la diferencia de Lanús y Boca la iba a establecer el momento de cada uno en el partido y las formas en que asumieron esos lapsos de superioridad.



Es que mientras el dueño de casa, cuando fue más, lo fue desde el juego, en el caso de los boquenses, siempre que prevalecieron sobre su rival lo hicieron a fuerza de empuje y nada más, siempre ajenos al fútbol.



Y cuando Lanús volvió a golpearlo en el arranque de la segunda etapa por intermedio del ex River Plate Carlos Auzqui, apenas transcurridos tres minutos, pareció que a Boca le iba a costar mucho volver a poner las cosas como al principio, una impresión que se terminó plasmando en los hechos.



Es que Boca llegó a este partido con demasiadas cargas externas, desde las declaraciones de su técnico Alfaro minutos antes de comenzar el encuentro, cuando justificó las declaraciones post superclásico en las que anticipó la necesidad de "recuperar" su vida diciendo que la pregunta sobre su continuidad que le hizo la prensa no podía responderla porque él no era el que tomaba "esa decisión" sino "la dirigencia".



Y a esto se sumó que un par de horas antes también apareció la imagen de su máximo ídolo, Juan Román Riquelme, con una fuerte versión respecto de su candidatura a vicepresidente segundo del oficialismo que en las próximas elecciones tendrá a Cristian Gribaudo como sucesor de Daniel Angelici y el retorno de Juan Carlos Crespi como vice primero.



Y todo esto fue más fuerte para Boca que las gambetas de la figura de la cancha, Marcelino Moreno, o aún más, la otra carga, la deportiva, que también venía de arrastre más allá de la eliminación (con victoria 1 a 0 que no alcanzó) a manos de River, que fue la anterior caída en la Bombonera frente a Racing Club, también por 1-0.



Mientras que lo de Lanús fue todo lo contrario, ya que en el día en que recordó aquel épico triunfo por 4-2 sobre River en su estadio Néstor Díaz Pérez que lo colocó en la final de la Copa Libertadores 2017 que perdería luego con Atlético Nacional, de Colombia, también sumó su decimotercer encuentro sin caídas como local.



Por eso, lo de "afuera" jugó su partido y pesó tanto que terminó hundiendo a uno, Boca, y por esa misma fuerza centrífuga, sacando a flote al otro, el escolta Lanús.

 


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