Capital Federal: Cayó un pedófilo con la misma trampa que engañaba a sus víctimas
Estaba prófugo desde abril por secuestrar y abusar de una menor de edad. La Justicia también inventó un perfil falso en Facebook para poder capturarlo.
La perturbadora historia comenzó en enero de este año, cuando el imputado, con un perfil trucho, se hizo pasar por un adolescente y comenzó a chatear con la víctima. Las conversaciones, que se prolongaron durante 3 meses, fueron subiendo de tono y el sujeto pedía fotos de contenía sexual a la joven, que en todo momento desconocía la maniobra.
Hasta que en el mes de abril acordaron una cita y se encontraron en el partido bonaerense de Avellaneda. La menor de edad quedó sorprendida por la edad del hombre, que un día antes de verse las caras le advirtió que era mayor de lo que había dicho en un principio, aunque nunca le dijo su verdadera edad.
A pesar de eso, la joven, que para ese momento atravesaba un situación de vulnerabilidad y ya le había contado toda su historia, aceptó pasear con él. Luego de dar unas vueltas, estuvo de acuerdo en “conocer a su familia” y fueron hasta una casa en la localidad de Dock Sud, que resultó estar deshabitada.
Desde ese momento comenzó el calvario. Cuando se hizo de noche, la chica se quiso ir pero el hombre se lo negó. Incluso, le quitó su celular. Así la mantuvo durante tres días, en los que la obligó a tener sexo. Afortunadamente, ella le había pasado a una amiga el teléfono del supuesto joven con el que tendría la cita.
Cuando pasaban las horas y no aparecía, su familia hizo la denuncia y ese número de teléfono permitió que la Policía llegara hasta el domicilio de Dock Sud. En ese momento, la joven no se animó a decirle a los agentes lo que había pasado.
El sujeto quedó imputado en una causa penal, pero la Justicia entendió que no había motivos para que quede detenido. Unos días más tarde, la joven recibió contención psicológica por parte de la Dirección de Políticas de Género del Municipio de Quilmes y, en ese contexto, se animó a contar el infierno que había sufrido.
Pero para ese momento ya era tarde, porque el abusador se había fugado y todo parecía indicar que había cruzado la frontera con destino a Paraguay. Cuando se ordenó su captura, ya había escapado del radar de la Justicia.