Por qué volvió a perder el PJ en Mendoza: el orden le puso freno a la economía

La estrategia de nacionalizar la elección no sirvió para que Anabel Fernández Sagasti le ganara la carrera a Rodolfo Suarez. Pero esta derrota a un mes de las elecciones presidenciales también dan

El PJ se había montado en la estrategia de nacionalizar la elección para la gobernación, pero a la luz de los resultados los mendocinos evaluaron la agenda local y la gestión del radicalismo en estos cuatro años.



A diferencias de las PASO de agosto, donde el Frente de Todos se impuso aunque por una mínima diferencia, en este caso no bastó con el "voy a encender la economía de Mendoza" al que apeló Anabel Fernández Sagasti en el último tramo de su campaña. 



El radicalismo salió con los tapones de punta a cuestionar dos aspectos: en primer lugar, de dónde se sacarían los recursos para financiar la batería de gratuidades que proponía Anabel. En este punto, parece haberse impuesto el discurso de la sensatez.  



En segundo, la falta de experiencia en la gestión ejecutiva de la senadora kirchnerista que, si bien tuvo una carrera meteórica, hasta ahora ha ocupado roles legislativos. El contraste con Suarez en este aspecto era evidente. 



Al PJ también le pesó el archivo: la forma en cómo terminó su gestión Francisco Pérez. Sagasti quiso tomar distancia, se mostró hasta crítica de aquella administración pero tampoco supo cortar a tiempo o no pudo por su ingeniería política para enfrentar este reto. 



Esto se vio plasmado en las abultadas diferencias que sacó el radicalismo en comunas como Guaymallén y Luján de Cuyo, donde todavía se acuerdan bien de Luis Lobos y de Carlos López Puelles. 



Tampoco bastaron las tres visitas del candidato presidencial, Alberto Fernández, para impulsar la candidatura de la senadora nacional. Muy distante había quedado la presentación de libro de Cristina en San Martín, y tampoco permitió torcer el destino del PJ en ese departamento.



Para colmo, el más reciente desembarco de Alberto en una bodega de Luján de Cuyo generó el efecto contraproducente con la llegada de gobernadores cuestionados por el uso de los recursos del Estado, como el chubutense Mariano Arcioni y el tucumano Juan Manzur. Finalmente, el anuncio del candidato a presidente tampoco tuvo solvencia. Por lo bajo, algunos analizaban que la visita debería haber sido en los territorios donde el peronismo podía pelear para cambiar la historia, como en Las Heras. 



El peronismo mendocino tendrá que apurarse con la autocrítica porque en menos de un mes le queda otra apuesta: tiene que  traccionar votos para la elección del 27 de octubre, donde se define la presidencia.



A partir de ahí, se verá si Fernández Sagasti seguirá con el mismo peso como interlocutora válida de Cristina y Alberto en Mendoza, en tanto el PJ deberá enfrentar su reestructuración para estos próximos cuatro años. 



 



El Sol


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