Tema tabú: la depresión en el fútbol

El retiro y la máxima exigencia suelen dejar secuelas en los futbolistas, pero rara vez salen a la luz. ¿Ambiente tóxico? ¿Falta de ayuda psicológica? Reflexión y autocrítica con voces de los protagonistas, a raíz de la muerte del Morro García.



Es difícil la carrera del futbolista. Como sucede en pocas profesiones, de un día para el otro, los jugadores pueden pasar del barro al oro y al brillo internacional. Pero la operación también sucede de forma inversa: cuando la pelota deja de rodar, el vacío es enorme y la mayoría no está preparado para afrontarlo. Los casos de depresión en el fútbol son muchos más de los imaginados pero, por ser tabú, el tema muchas veces se vive en secreto y de manera silenciosa. Por eso también impacta y sorprende tanto la muerte del Morro García, quien dejó avisos que no fueron interpretados. No estamos hablando de súper hombres, sino de seres humanos.



Según una investigación de la Federación Internacional de Futbolistas Profesionales (FIFPro) de hace un par de años, el 38% de los jugadores sufre de depresión o problemas psicológicos, especialmente los que sufrieron lesiones graves, porcentaje que es mucho más bajo para la población en general: del 13 al 17%.



 



Más aún, en 2020 el mismo ente advirtió que los efectos del confinamiento, a raíz de la pandemia del coronavirus, incrementó el porcentaje de síntomas relacionados con la depresión o la ansiedad ante la falta de competencia. Sobre un total de 1.602 futbolistas profesionales consultados en este estudio, el 22 por ciento de las mujeres y el 13 de los hombres padecieron trastornos de este tipo. En junio del año pasado, en pleno aislamiento por el Covid-19, el Morro García había dicho: “Los jugadores no somos robots, no estamos hechos de acero. Nos pasan cosas”.



 



La problemática, claro está, no se reduce al mundo del fútbol. Así lo demuestra una encuesta realizada por Argentina Dorada en diciembre, con cerca de 500 deportistas de alto rendimiento: un 20% admitió haber sufrido de depresión en algún momento de su carrera.



Godoy Cruz retira la camiseta 18 en honor al Morro.



En la edición de Olé del sábado, Pedro Damián Monzón admitía que pasó por una situación parecida, pero puso salir de su depresión gracias a la ayuda de Diego Maradona: "Él me salvó la vida y ni se dio cuenta. Pero yo nunca le dije que estaba pensando en suicidarme".



 



Monzón fue uno de los pocos, pero no el único, que se animó a hablar del tema. Otro caso emblemático fue el de Matías Almeyda, quien entendió que sufría una profunda depresión al verse dibujado como un león viejo y cansado por una de sus hijas en un retrato familiar. Su reconversión en entrenador, pero especialmente su pedido de ayuda a tiempo, lo ayudaron a dar vuelta la página y salir adelante.



 



En 2019, el Pelado reflexionaba en una nota con Infobae: "Solo te enseñan a jugar al fútbol, pocos están en el detalle de cuando un jugador está por terminar su carrera. Yo me hice entrenador por muchos motivos, pero uno fue ese. El jugador es un ser humano que siente, que llora, que tiene problemas personales… Es como una persona cualquiera. Pasé un momento de tristeza grande, de depresión, pero lo pude superar gracias a los psicólogos, los amigos, mis hijas, mi familia".



 



Si bien la problemática impacta de manera mucho más directa en futbolistas que no pasaron por grandes equipos, nadie se encuentra a salvo de la misma. Basta con recordar las palabras de Andrés Iniesta, campeón de todo con Barcelona y España, en 2009: "No sabes qué pasa. Empiezas a entrar en un proceso tuyo, interior, de comenzar a pensar que te encuentras mal y no sabes por qué, y te hacen pruebas y todo está bien pero tú no. Entras en un bucle en el que te encuentras muy vacío. Deseaba que llegara la noche para tomarme una pastilla y descansar”.



El inesperado final del Morro García volvió a poner sobre la mesa el tema y, desde el mundo del fútbol, tambíen llegó la autocrítica. "No podemos hoy, luego de la tragedia, decir que hace falta acompañamiento para los futbolistas y mañana olvidarlo. Necesitamos áreas profesionales de psicología en todos los clubes y para todas las edades", pidió Juan Cruz Komar, defensor de Talleres.



 



Más aguda aún fue la (auto)crítica de Fernando Signorini, histórico PF de la Selección: "Algún día tendremos que hacernos cargo de este ambiente tóxico y nefasto que hemos sabido construir. Público, periodistas, dirigentes, agentes, DT, profes y también futbolistas; educar y preparar futbolistas para la vida (y todo lo que eso implica) no para el domingo o la tapa del lunes".



El dolor y la profunda tristeza que provocó la muerte del Morro debe servir para que el ambiente del fútbol para la pelota y reflexione. En un mundo de vaivenes y cifras exorbitantes, de ser dioses en la victoria y no ser nadie en la derrota, no se puede olvidar que atrás de los y las futbolistas hay personas que, como todos los demás, sienten, sufren y necesitan ayuda.



 



OLE


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