WhatsApp ya aplica sus medidas para poner freno a las tácticas de "campaña sucia" en Argentina

Incluyen desde cambios en el reenvío de mensajes y la aplicación de inteligencia artificial hasta capacitación de políticos y tribunales.

nte la preocupación de partidos políticos y de la Justicia argentina sobre posibles acciones "sucias" en la campaña electoral con vistas a las PASO y las elecciones nacionales de octubre, WhatsApp adoptó una serie de medidas con las que apunta hacer respetar la privacidad de los usuarios y combatir la difusión de "fake news".



Con la expansión del acceso a Internet y el direccionamiento de parte del debate político hacia plataformas digitales como Facebook, Twitter, Instagram y aplicaciones de mensajería instantánea, en los últimos año se multiplicaron en todo el mundo los casos de rumores diseminados para impulsar unas candidaturas y perjudicar a otras.



Por ejemplo, en la campaña electoral de 2018 en Brasil hubo casos de calumnias que involucraron acusaciones groseras. Por ejemplo: de pedofilia, incesto, tortura, corrupción y hasta homicidio, que alcanzaron a candidatos.



En el caso de WhatsApp, se trata de una herramienta a la cual el oficialismo considera fundamental y estratégica para su propaganda con vistas a los comicios.



La difusión electoral de Juntos por el Cambio busca aprovechar la mayor conectividad debida al avance de las redes de comunicaciones móviles de cuarta generación (4G), la fibra óptica y los cambios en los consumos culturales.



La conectividad de cuarta generación llega al 90% de la población (lo que no quiere decir que esos habitantes se conecten efectivamente a esa tecnología, porque para ello deben tener celulares compatibles) y el popular mensajero está en, al menos, el 76% de los teléfonos móviles argentinos, según una encuesta de la Corporación Latinobarómetro difundida en marzo.



A partir de este nuevo panorama, los teléfonos móviles son más importantes que los televisores. Pero el riesgo de contaminación del canal digital es mucho mayor que en la pantalla grande, por causa de las "fakes news" y las publicidades falsas de candidatos.



¿Por qué WhatsApp? Según datos que manejan en la Jefatura de Gabinete, el usuario argentino pasa el equivalente a tres meses por año en ese entorno.



¿Quiénes utilizan esta app en la campaña electoral del oficialismo? Voluntarios y militantes que se encargan de distribución de contenidos, como videos breves para compartir. La mayoría de los mensajes son fotos y videos de obras realizadas en los tres años y medio de gestión de Macri, y también recuerdan la "herencia recibida".



El mensajero concentra la preocupación política y judicial porque es la plataforma de comunicación más utilizada en la Argentina, es individual y está fuera del alcance directo de los partidos políticos, los tribunales y los medios. Al contrario que Google, Facebook o Twitter, la aplicación no tiene responsabilidad sobre los contenidos.



Mientras esos gigantes tecnológicos tienen canales para recibir denuncias sobre contenidos inapropiados, ilegales o violentos, y utilizan tecnologías para combatir en forma automatizada esas publicaciones, el sistema de mensajería instantánea funciona con una lógica similar a la del correo electrónico.



El 90% de las conversaciones ocurren entre dos personas. Se trata de una comunicación que está encriptada y, por lo tanto, no se puede analizar su contenido. Al recibir el mensaje falso de algún contacto, el receptor tiende a no prestar atención ni reparos y acepta la comunicación asumiéndola como "información". 



Existe una iniciativa privada, llamada Reverso, impulsada por un consorcio de medios (entre ellos, iProfesional), empresas tecnológicas y ONGs que desde el 11 de junio chequean información de manera conjunta.



Reverso ya actuó en un caso: un video de un tren con 100 vagones del Belgrano Cargas, una de las joyas de la propaganda oficialista, que iba supuestamente de Salta a Santa Fe y que circuló en las redes como una muestra de los logros del Gobierno. Ese video fue grabado en California, Estados Unidos, según determinó la alianza de medios y ONGs.



WhatsApp puso las barbas en remojo hace un mes, cuando anunció la adopción de una serie de medidas contra el spam y la desinformación en su plataforma.



Una de ellas es la siguiente: sólo se puede agregar a un número limitado de personas a los grupos. Y sólo se puede reenviar un mensaje a una cantidad limitada de personas. La nueva herramienta se llama "permisos de grupos" y su objetivo es otorgar mayor control a los usuarios sobre quién puede agregarlos.



Ofrece tres opciones:



- Todos sin permiso: el usuario puede ser sumado a cualquier grupo de manera inconsulta.



- Sólo mis contactos: el usuario puede ser agregado a un grupo solo si quien lo invita se encuentra entre sus contactos.



- Nadie: prohíbe cualquier tipo de invitación a grupos.



La compañía anunció, además, que tomará acciones legales contra las personas o compañías que envíen mensajes masivos o automatizados a otros usuarios, o que no utilicen la plataforma para uso personal a partir del 7 de diciembre de 2019. Para esto, la aplicación tiene un software de detección de spam.



El mensajero también integra en la alianza Reverso y facilitará tecnología para chequear noticias falsas que se distribuyen por su red.



Así, por ejemplo, los medios que forman parte ese grupo de trabajo podrán acceder a su interfaz de programación (API, sigla en inglés) para trabajar denuncias que les hagan llegar sus lectores sobre noticias falsas en circulación. También aplica inteligencia artificial y aprendizaje automático para detectar comportamientos extraños.



En julio de 2018 limitó la cantidad de personas o grupos a las que se les puede reenviar un mensaje. Se determinó que el límite sería de 20 receptores a nivel global y de cinco en India, donde tiene su mercado más grande, con 200 millones de usuarios de sus 1.500 millones en todo el mundo.



La medida fue tomada luego de que entre 2017 y mediados de 2018, al menos 30 personas murieron en situaciones de linchamiento a lo largo de la India: fueron causados por cadenas de mensajes violentos esparcidos en la plataforma.



En enero de este año, la compañía extendió el límite al resto del mundo, junto a otros dos cambios:



- Se resalta con claridad cuando un mensaje ha sido reenviado.



- Se removió el botón que se encontraba al lado de imágenes, videos y clips de audio, que permitía distribuirlos con mucha rapidez.



Según la empresa, estas medidas redujeron la cantidad de contenido reenviado en un 25%, lo que representan 1.000 millones de mensajes de este tipo menos por día. Al estar cifrada su comunicación de punta a punta, la empresa no puede observar la información, por lo que sus esfuerzos contra la desinformación masiva están destinados a descubrir patrones de uso que no se correspondan con comportamiento humano.



Una manera de identificar las cuentas que generan desinformación es el hecho de que en la mayoría de los casos en estos perfiles no aparece "escribiendo…" antes de enviar un mensaje. Las cuentas sospechosas tienden a enviar muchos mensajes poco después de registrarse.



Es posible reportar el spam, aunque desde la firma tecnológica indican que el 75% de las cuentas fueron bloqueadas como consecuencia de comportamiento detectado por su sistema. La compañía indica que bloquea un promedio de dos millones de cuentas por mes.



Otras actividades anunciadas por la aplicación en la Argentina son actividades de capacitación para periodistas, partidos políticos y equipos de campaña, con la participación de representantes de la Cámara Nacional Electoral (CNE).



A partir de septiembre, y al igual que sucedió en la India, WhatsApp lanzará una campaña por medios impresos, digitales y radiales que se extenderá hasta el fin del proceso electoral. Se enfocará en advertir sobre el envío de "fake news".



Fuente: IProfesional 


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