Cantín, el bicho feo que pasó de ser la mejor apuesta del 2.011 a convertirse en el “espanta votos” para el 2.015
No lo quieren, dicen que no es kirchnerista y que perjudica el 2015. El intendente Raúl Cantín tuvo una metamorfosis -desde que asumió el 10 de diciembre del 2.011- propia del libro de Franz Kafka, publicado en 1.945 en el que ( simplificando) el personaje Gregorio Samsa un día se despertó convertido en un monstruoso insecto.
Cantín obtuvo 7.588 votos (Lema “Por Río Gallegos”) de un total de 14 candidatos, y ganó por escaso margen ya que Francisco Anglesio ( “Por la Ciudad que Queremos”), su “colega” camporista, contó con 7.526 sufragios en el complicado sistema de Ley de lemas que ahora se pretende extender al cargo de gobernador y vice. Poco a poco, la legitimidad que logró en las urnas se fue perdiendo hasta lograr no sólo el arrepentimiento de sus votantes, sino de su propia bleta y partido: el kirchnerismo.
Hasta la oposición esperaba otra gestión municipal. Hace pocos días, el ex candidato a jefe comunal, que de nuevo será candidato a Intendente, el radical Roberto Giubetich conto que estaba sorprendido por la ausencia de políticas públicas, ya que conocía el trabajo de Cantín como presidente del Concejo Deliberante durante su labor como concejal entre el 2.003 y 2.007. “Se rodeó de amigos en vez de equipos técnicos”, indicó. Esta podría ser una explicación pero no resuelve el decaimiento de su imagen y ausencia de gestión, cliché tan utilizado contra Cantín, pero que no deja de ser correcto.
La caída Mirage M-5 producto del clima en la costanera hace más de un año , la falta de de comunicación con ediles y veto de proyectos increíbles; uso discrecional de fondos públicos (que es investigado por el Tribunal de Cuentas);el vergonzoso intento de repavimentación de la Avda. San Martín en pleno invierno; la falta de planificación para mejorar el transporte público (Río Gallegos estuvo a punto de quedarse sin servicio de colectivo); el enfrentamiento con el SOEM durante 40 días (cuando podría haberlo resuelto sin haber llegado a un extremo de una ciudad al borde de la crisis sanitaria a por no recolección de basura) son puntos definitivamente representativos del jefe comunal, pero no explica todo. Lo simple recayó sobre Cantín, es tan simple que quizás podría estar errado: la limpieza de la ciudad y su mantenimiento. Es decir, el vecino ya no cree ni creerá en Cantín. Es irreversible. Lo simple- sanear la ciudad- hasta lo no tan simple- mal uso de fondos públicos- hizo que de apoco un velo negro empiece a caer sobre el palacio municipal.
Pero no todo parte de Cantin y finaliza en el intendente. Su gabinete-actual y anterior- ayudaron a que los votos que logró hace tres años se le escurran como arena entre las manos. Desde el ausente secretario de Desarrollo Comunitario, Daniel Álvarez , que se convierte literalmente en chofer cuando la presidenta visita Río Gallegos, pasando por el secretario de Gobierno, Roberto Toledo y que intenta justificar lo injustificable, hasta el secretario de Obras Públicas y ex edil, José Zavaley, (este último era la apuesta del kirchernismo para ganar el año entrante, antes de que Máximo Kirchner entrara en escena, aunque el funcionario quien también se encuentra en la mira telescópica de Nación, que está a punto de apretar el gatillo y quitarlo de escena).
Ni siquiera la ayuda de la prensa amiga, o la obra pública nacional- como el natatorio municipal, gimnasios, traslado del Vaciadero Municipal o lo que se haya licitado con fondos de Nación, aun sean culminados e inaugurados el año entrante antes de emitir el voto- podrán apaciguar y mermar el impacto que podría llegar con el voto castigo para el kirchernismo en Río Gallegos. Es tan evidente, que quien lo acompañó el mismo boleta y sublema, la edil Rosana Larcher (que reemplazó a Zavaley) fuera la primera en criticarlo y despegarse.
Hace días atrás, el intendente acudió al tráiler dispuesto en la costanera y efectuó los trámites para obtener su DNI en 15 minutos. Emuló la búsqueda de la identidad política de un funcionario que pasó de ser la mejor apuesta del Frente para la Victoria en el 2.011, a convertirse en un bicho feo y “espanta votos” para el 2.015. (El Diario Nuevo Día).