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La factura electrónica complica a las pymes y posponen su uso obligatorio

La AFIP extendió hasta marzo de 2016 la posibilidad de adecuarse al sistema. Los altos costos, las dificultades operativas para ajustar sistemas administrativos y la mala conectividad, entre los principales inconvenientes


La
Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) resolvió extender hasta el
31 de marzo de 2016 la entrada en vigencia de la implementación obligatoria de
la factura electrónica para Responsables Inscriptos en el Impuesto al Valor
Agregado (IVA).


Pequeñas y
medianas empresas fueron las principales en pedir esta extensión por la
dificultad que implica en sus sistemas administrativos aplicar dicha
herramienta, además de los costos que implica la adecuación.


La aplicación
recae en los monotributistas que se ubican en las categorías superiores a la H
o con ingresos mayores a $ 240.000 anuales. Hasta el pasado lunes, la
resolución 3749 de la AFIP establecía que tenían tiempo de adecuar sus sistemas
hasta el 1 de julio de 2015.


Sin embargo,
en atención a pedidos generalizados de contribuyentes y entidades que
representan a los distintos sectores involucrados, la AFIP postergó la
obligatoriedad, la cual se plasmó en la resolución general 3793, publicada en
la edición de ayer del Boletín Oficial.


Hasta tanto
los sujetos obligados implementen definitivamente la herramienta, mantienen
plena vigencia y validez los comprobantes que se emitan en soporte papel. No
obstante, Mario Comellas, contador de La Fata, Comellas y Asociados, aclaró que
"aquellos contribuyentes que ya adecuaron sus sistemas deben continuar por esta
vía y sólo podrán utilizar la factura de papel cuando no tengan internet o
tengan problemas con el sistema”. De este modo, la extensión es sólo para
aquellos que por algún motivo no arrancaron con la nueva disposición.


A esto, David Sosa
Lobos, de Jas Consultores, sumó que no necesariamente el contribuyente debe
pedir la extensión para gozar de los beneficios de la nueva disposición.


Dificultades


La
implementación de la facturación electrónica data de 2007, cuando ciertas
actividades debieron incorporarla de forma obligatoria como método de emisión.
Sin embargo, desde comienzos de este año, la medida avanzó y alcanzó a muchos
más contribuyentes.


Desde la
Cámara Argentina de Comercio (CAC) -una de las entidades que realizó las
presentaciones señaladas en la resolución- recordó que al generalizarse el
sistema la misma recayó en su gran mayoría a pymes, "las cuales tienen diversas
dificultades para cumplir con la obligación establecida”.


Bajo este
panorama es que Héctor Fridman, contador del Estudio Dr. Héctor Fridman y
Asoc., recalcó que el universo de contribuyentes alcanzados por la
obligatoriedad del uso de factura electrónica es muy amplio. No es lo mismo su
implementación para una empresa de gran tamaño que para una pyme o mini pyme.


Para estas dos
últimas, el problema radica en que no pueden gozar de un servicio de
asesoramiento técnico para capacitarlos y, por diversos motivos, no siempre
saben manejar una computadora o acceder a un software determinado.


"Eso hace que
se necesite un tiempo mayor de ajuste y de enseñanza para que puedan aprender a
usar la tecnología y adecuar además su administración y sistemas”, describió el
contador.


Adolfo
Trípodi, presidente de la FEM, subrayó que las pymes tienen grandes
dificultades para implementar el sistema a partir del panorama complicado que
implican las bajas ventas y los costos altos. "Además de la extensión del plazo
solicitamos una ayuda económica por parte del Estado nacional para llevar
adelante este sistema”.


A través de un
comunicado, la Asociación de Pequeños y Medianos Empresarios (Apyme), que
también había solicitado prórroga, celebró la decisión de AFIP debido a lo
difícil que ha sido adaptarse al sistema.


David Sosa
Lobos, por ejemplo, señaló que a los que les recae la resolución y tienen una
facturación baja, el costo puede ser cero en el caso de que usen la página de
la AFIP o accedan a paquetes de facturas por medio de sistemas que están online
donde el costo es de entre $ 300 y $ 500 al mes.


No obstante,
aclaró que para aquellas compañías que cuentan con un nivel alto de
facturación, adecuar el sistema sí es más complicado y costoso, llegando a
valer más de $ 25.000. Así, muchos no tuvieron el dinero para acceder a estos
sistemas pero, según el contador, "tarde o temprano deberán hacer la
inversión”. Se busca eliminar facturas apócrifas vía control online; entre
otras cuestiones.


Contadores
consultados por Los Andes coincidieron que los problemas que manifestaron las
cámaras o monotributistas independientes, para el caso de las empresas más
grandes, excede en muchos casos los costos y está dado principalmente por
dificultades operativas.


En este
sentido, Mario Comellas enumeró algunas de las complicaciones presentadas por
sus clientes, de las que las cámaras empresarias se hicieron eco. Primero,
indicó el contador, muchas regiones tienen problema de conectividad. Como
ejemplo, dio los casos de La Paz o Santa Rosa. Para este asunto, Comellas
explicó que la AFIP respondió muy bien y se excusó de que era imposible adecuar
el nuevo sistema por los problemas de infraestructura. "Para estas regiones
-completó- están trabajando para solucionar las dificultades”.


Coincidió con
esto, Héctor Fridman, quien destacó que para gestionar en la página de AFIP se
necesita buena conectividad y de alta velocidad, situación que no se da en
todos los lugares, y eso hace que falle el sistema. "Sobre todo-añadió-
la recarga en la web se da a principios de mes. Por lo tanto, los tiempos
resultan muy lentos para facturar , sobre todo si se hace con el sistema on
line de la AFIP (Sistema RECE)”.


En segundo
lugar, enumeró el contador Comellas, está el caso de aquellos que su actividad
está en una zona gris, como puede ser un gasista, que tiene local a la calle,
pero que además, presta su servicio a domicilio. "En el caso de esta última,
aún puede utilizar factura manual, pero para el caso de su negocio físico, le
exigen factura electrónica”, puntualizó y agregó que por estos casos harán una
adecuación de la normativa.


El tercer
punto -continuó el contador- es el hecho de que muchas empresas no pudieron
adecuar sus sistemas de administración -software- con el de facturación. Para
esto, contó que lo que sucedió es que algunas compañías no pudieron
compatibilizar dichos sistemas y están en proceso de homologarlos.


Más allá de
estos ítems, David Sosa Lobos agregó que algunos de los contribuyentes también
se resisten al cambio o les resulta difícil dar el giro de su actividad hacia
un proceso más tecnológico.


Fuente Los Andes


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