¿Y ahora?

Santa Cruz vive hoy un 25 de Mayo diferente, porque ya no sólo marca la conmemoración de una fecha patria inolvidable, sino también porque nos marca que estamos a poco de llegar a mitad de año. Una mitad de año convulsionada, plagada de conflictos y reclamos que, por ahora, el Gobierno provincial no pudo solucionar.



Pase lo que pase, el kirchnerismo nunca olvidará un inicio de gestión tan complicado, en el que parece no tener respuesta ni ideas para afrontar una crisis que todo el mundo veía venir desde aquellos tiempos eleccionarios y del cual aún hoy nadie sabe cómo saldremos.



Sin embargo, muchos pensaban que el kirchnerismo sacaría a relucir lo mejor de capacidad para llegar con ideas y soluciones en la provincia que lo vio nacer y gobernar.
 
Primer error. Desde el primer día, el kirchnerismo asumió como improvisando. Como si hubiera llegado en paracaídas sin saber el estado financiero de una provincia que gobernaron durante las últimas décadas. Llegaron sin hacerse cargo de todo lo que pasó y que hoy les juega en contra.



Cuando se gobierna siempre para sacar una tajada, las cosas nunca pueden terminar bien y todo tiene una consecuencia. El kirchnerismo sufre hoy las consecuencias de no haber administrado los fondos de una provincia enormemente rica en recursos naturales y "supuestamente" beneficiada con fondos nacionales durante 12 años.



Ese "supuestamente" ya no debe ni explicarse a la luz de los hechos, en una provincia pobre, quebrada y sin futuro. Al menos sin futuro inmediato por falta de fondos, falta de ideas y llena de preguntas sobre el destino de esos miles de millones de pesos que nadie sabe a ciencia cierta dónde fueron a parar.



En ese contexto Alicia se sentó en la legislatura a comienzo de año para desarrollar aquel discurso "confrontativo", en el cual decidió sentar postura contra los gremios y contra aquellos medios que en Santa Cruz ya no pueden ser comprados por un Gobierno acostumbrado al mismo blindaje mediático que le cuestionan a Macri.



El kirchnerismo puro volvió a una Santa Cruz diferente, muy cambiada en muchos aspectos y sólo dos de ellos lo obligan a replantearse muchas cuestiones a la hora de gobernar.



El primero y fundamental es la denominada "unidad de los trabajadores", que ya no se manejan como en el pasado y decidieron unirse hasta llegar a un acampe en conjunto en los jardines de Casa de Gobierno para pelear por lo suyo. Para no dejarse manosear y conseguir lo que merecen.



Y contra esos gremios se plantó aquel día Alicia en la legislatura, prefiriendo el aplauso reducido de su entorno político dentro del edificio sin darse cuenta que se ganaba el enojo de la ahora unida "clase trabajadora" fuera de él. Y eso ahora le pasa factura.



Ese día Alicia también decidió confrontar con los medios que no se callan; los que no se compran y los que publican aquello que el kirchnerismo siempre estuvo acostumbrado a callar con pauta publicitaria en Santa Cruz.
 
YA NO ALCANZA
Pues deben saber que esa pauta publicitaria hoy puede tapar a unos pocos medios. Los que tienen más historia, los tradicionales, pero no los únicos en épocas de periodismo digital ascendente, donde los diarios digitales y las radios se reproducen y terminan contándole a la gente lo que ellos pretenden tapar.



Hoy al Gobierno tampoco le alcanza con poner "hijos de dueños de medios" en su gabinete para tapar la verdad o arreglar pauta publicitaria con esos medios históricos en la provincia para asegurarse un "blindaje mediático". 



Hoy el Gobierno debe gobernar y debe dejar de confrontar para comenzar a encaminarse en un contexto en el que definitivamente no podrá vivir dependiendo de un Estado nacional que ya le marcó una relación tirante, complicada, en la cual le ayudará a cuenta gotas. En la cual le hará "rogar" por fondos hasta último momento. Así como el mismo kirchnerismo lo hacía hasta diciembre con otras provincias y hasta con el mismísimo ex gobernador de Santa Cruz, Daniel Peralta, hombre clave en la destrucción económica de la provincia que el gobierno actual sigue sin denuncia y ni siquiera nombrar, como devolviendo favores por haberlos ayudado a llegar a la gobernación en la sumatoria de votos por la cuestionada Ley de Lemas.



El futuro ya llegó. EL futuro es hoy y nos encuentra un 25 de mayo sin tener la menor idea de lo que puede llegar a pasar en Santa Cruz. Nos encuentra sólo con la certeza de saber que la clase trabajadora decidió plantarse "por todo o por nada", como le dijo a Radio Nuevo Día ayer Pamela Arias, delegada de los trabajadores viales, que se sumaron a todos los gremios de la provincia que hoy cumplen una semana de acampe en Casa de Gobierno, en una medida que recién comienza y promete extenderse en el tiempo "hasta que haya soluciones para todos".



Y ese "para todos" también le marca claramente el problema al Gobierno, que debe saber que el conflicto que tienen va mucho más allá del "docente", porque los gremios están unidos y prometieron seguir de esa manera hasta que se solucionen los problemas de último trabajador de la provincia. 



¿Más claro? Esto quiere decir que los docentes permanecerán "en lucha", acompañando al resto aún cuando ellos lleguen a un acuerdo. Significa que los gremios permanecerán como hasta hoy hasta que el Gobierno conforme a todos.



Y ahí está el Gobierno, como sin saber qué hacer, cambiando de estrategia para pasar de aquel discurso "confrontativo" a las recientes apariciones de una Alicia que ahora dice estar "del lado de los trabajadores", aunque no lo demuestre o aunque en realidad demuestre que lo está por obligación al darse cuenta que ya no tiene el poder para intentar confrontarse como decidió hacerlo aquel día en la Cámara de Diputados.



Y ahí está el Gobierno, supuestamente "en quiebra", pero sin terminar de clarificar los números de la provincia ante la oposición y queriendo endeudarse para hacer frente a lo que se viene en una provincia rica en recursos naturales, pero pobre en ideas e iniciativas políticas.



Y ahí está el Gobierno, con pocas propuestas, pocas soluciones, pocas ideas y el interrogante general que hoy preocupa a Santa Cruz: ¿Y ahora? (El Diario Nuevo Día)