La Iglesia Católica advierte que "se atenta contra la dignidad humana" y llama a "tomar partido por los más frágiles"
Así lo indicaron los obispos argentinos en un mensaje difundido este viernes con el título "En tiempos difíciles, amar a los demás y alegrar sus vidas", al término de la asamblea plenaria de la CEA que se reunió en Pilar, presidida por su titular, el obispo de San Isidro, monseñor Oscar Ojea.
La Conferencia Episcopal Argentina (CEA) advirtió este viernes que el país vive "tiempos complejos", cuestionó el cierre comedores comunitarios, la situación de los jubilados y los despidos, y llamó a "tomar partido por los más frágiles y defender su dignidad".
Así lo indicaron los obispos argentinos en un mensaje difundido este viernes con el título "En tiempos difíciles, amar a los demás y alegrar sus vidas", al término de la asamblea plenaria de la CEA que se reunió en Pilar, presidida por su titular, el obispo de San Isidro, monseñor Oscar Ojea.
"Desde hace décadas vivimos tiempos difíciles en nuestra querida Argentina. Hay muchas situaciones que atentan contra la dignidad infinita de la persona humana, como, por ejemplo: avanza la pandemia silenciosa del narcotráfico, que utiliza a los pobres como material de descarte, que promueve el sicariato, que seduce con dinero manchado de sangre a miembros del ámbito político, de la justicia y del mundo empresarial", advierte la declaración en su inicio.
Luego se refiere a "muchos abuelos y abuelas a quienes se les presenta el drama de elegir entre comer o comprar los medicamentos porque la jubilación no alcanza" y advierte también que "cierran comedores comunitarios por falta de asistencia y muchos vecinos se quedan sin la posibilidad de esa comida en el día".
"Se ataca la vida inocente que no ha nacido, y, a la vez, la igualmente sagrada vida de millones de niños y niñas ya nacidos que se debaten entre la miseria y la marginación; asistimos a la discontinuidad de políticas públicas de integración de barrios populares, logradas con el consenso de gobiernos de distintos signos políticos y representantes legislativos", agregan los obispos.
El Episcopado advierte también sobre "familias despojadas de su tierra natal en beneficio de intereses económicos; hermanos que pierden su trabajo, que sienten que su vida está de sobra, y que no pueden poner el hombro en la construcción de la Patria".
"Son tiempos complejos, por momentos contradictorios, en los que conviven una esperanza y paciencia honda de nuestro pueblo, que habla de su grandeza de corazón, con una incertidumbre y una creciente vulnerabilidad de las personas", señalan los obispos argentinos en su declaración.
Luego citan al santo chileno Alberto Hurtado, quien "decía que en tiempos difíciles no nos tenemos que cansar de amar a los demás y de alegrar sus vidas".
En esa línea, los obispos proponen "amar a los demás...un amor con gestos, porque nuestros gestos son el modo de demostrarle a nuestro pueblo que entendemos su dolor" y agregan: "Advertir sus heridas y vivirlas en proximidad y cercanía. Tomar partido por los más frágiles, defender su dignidad, implicarnos personalmente en sus gozos y esperanzas, en sus sufrimientos y problemas".
"Darnos la mano, no soltarnos, unirnos más que nunca, porque como decía el Papa Francisco en el mensaje para la Jornada Mundial de los pobres del 2020: Tender la mano hace descubrir, en primer lugar, a quien lo hace, que dentro de nosotros existe la capacidad de realizar gestos que dan sentido a la vida. ¡Cuántas manos tendidas se ven cada día! ¡Cuánto bien que cotidianamente se realiza en el silencio y con gran generosidad, fruto de la bondad de los santos de la puerta de al lado, de aquellos que viven cerca de nosotros y son un reflejo de la presencia de Dios!", indican en la reflexión.
Denuncian también "por contraste, la actitud de quienes tienen las manos en los bolsillos y no se dejan conmover por la pobreza, y los que tienen las manos manchadas por la complicidad".
"En el actual contexto económico y social argentino es fundamental sostenernos en esa alegría, una alegría profunda y duradera, la que nace del encuentro con el Señor. Es una alegría que nos libera de la desesperanza y del desaliento, evitando transformarnos en profetas de calamidades que sólo desparraman pánico y angustia", agregan en el mensaje.
Y concluyen: "Pidamos el don de la esperanza que nos sostiene en tiempos difíciles y a la vez nos anima hacia adelante sin bajar los brazos, tomados de la mano de los más vulnerables con los que vamos haciendo camino para, entre todos, construir la Patria de fraternidad que anhelamos y por la que tantos dieron su vida".
Fuente: Sómos Télam