A 24 horas de una de las peores tragedias aéreas en Chile no hay rastros del avión Hércules de la Fach

Una de las grandes incógnitas que cubren este accidente es que los experimentados pilotos nunca dieron cuenta radial de algún desperfecto o falla. De un momento a otro no se supo más del vuelo.

A las seis de la tarde de ayer se completaron las primeras 24 horas desde que se perdiera todo contacto radial con el avión Hércules C-130 de la Fuerza Aérea de Chile que se dirigía a la Antártica, con 38 personas a bordo.



Posteriormente, a la una de la madrugada, la institución reportó como siniestrada la aeronave, justo en la mitad del trayecto.



El avión, operado por el Grupo Nº10 de la institución, despegó desde el Aeropuerto Carlos Ibáñez del Campo de Punta Arenas el lunes en la tarde, a las 16,55 horas, y la primera señal de que algo no andaba bien vino a las 18,17 horas cuando el piloto no reportó su paso en un tramo de la ruta, perdiéndose todo contacto radial con el avión, cuyo aterrizaje en Marsh estaba previsto para las 19,17 horas, de acuerdo al plan de vuelo.



En el cronograma del tiempo, las 0,40 horas eran cruciales, porque era el momento en que la aeronave quedaba sin combustible y se perdían todas las esperanzas de que anduviera sobrevolando, como lo informó el jefe de la Cuarta Brigada Aérea, general Eduardo Mosqueira.



Activados todos los protocolos de búsqueda, la misma tarde del lunes despegó desde la pista Teniente Rodolfo Marsh un avión Twin Otter, rastreando desde las alturas hasta llegar al punto donde habría desaparecido el Hércules.



Una de las grandes incógnitas que cubren este accidente es que los experimentados pilotos nunca dieron cuenta radial de algún desperfecto o falla. De un momento a otro no se supo más del vuelo. No existen registros de una alerta o solicitud de ayuda previa. El comandante se reportó a la hora y lugar específico, faltando 15 minutos para las seis de la tarde, lo que no sucedió en el próximo control, cuando volaba sobre el temido paso Drake, a 25 mil pies de altura. “Hay ciertos tiempos en que el piloto debe notificar y cuando no entran en comunicación con Aeronáutica se activan los alertas”, explicó Mosqueira.



Admitió que no tuvieron ninguna advertencia de riesgo.



Vuelo de rutina



Este era un viaje de rutina, de apoyo logístico, que llevaba personal para la revisión del oleoducto flotante de abastecimiento de combustible de la base, “y para realizar tratamiento anticorrosivo de las instalaciones nacionales en la zona”, dio cuenta la Fach.



Los ocupantes eran 38 personas, de las cuales 17 eran tripulantes de la aeronave y 21 pasajeros.



Apenas sufrieron la pérdida de las comunicaciones, la institución declaró el estado de alerta, activando la salida de medios aéreos de la Fuerza Aérea, junto a un equipo multidisciplinario de búsqueda y salvamento.



Sobre la experiencia de los pilotos, destacó la preparación de todos ellos, partiendo por el comandante de la nave, Italo Medina Quiñónez, que viajó varias veces a Punta Arenas, estuvo operando en la zona, “una tripulación entrenada para cumplir con estas misiones”, mencionó Mosqueira.


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