Buscan en Israel a prófugo que rompía piernas a mujeres

La Justicia argentina, a través de una investigación encarada por Interpol, localizó a Federico Schiber en ese país. El sujeto escapó antes del veredicto; su padre, Hugo, recibió una condena de 18 años de prisión.

La Justicia argentina, a través de una investigación encarada por Interpol, localizó en Israel a Federico Schiber. El hombre que junto a su padre conformaba una banda de los rompehuesos dedicaba a estafar a aseguradoras con los cobros de indemnizaciones millonarias por accidentes que nunca ocurrieron.



Según fuentes de la investigación, cruzó de la Argentina a Uruguay. Tomó una lancha colectiva que lo dejó en la ciudad de Carmelo, luego pasó por Montevideo y desde allí viajó a Brasil, donde se embarcó en un vuelo de Air Europa -pagó el pasaje en efectivo- hacia Barcelona. Su rastro se perdió en Israel.



Durante el juicio oral que terminó en diciembre pasado en los tribunales de San Isidro, su nombre había sido mencionado más veces que el de su padre, Hugo César Schiber, quien sí es abogado.



El mayor de los Schiber fue condenado a 18 años de cárcel por el Tribunal Oral N° 7 de San Isidro, que lo consideró el presunto jefe de una banda de "caranchos" que se dedicaba a estafar a aseguradoras con los cobros de indemnizaciones millonarias por accidentes que nunca ocurrieron.



A principios de diciembre, Federico Schiber dejó de concurrir a las audiencias. Había escuchado cómo las víctimas repetían su nombre y los ubicaban en el centro de las maniobras destinadas a romper las piernas de por lo menos ocho mujeres para simular que habían sido atropelladas por automóviles. Después, les retenía los documentos de identidad y las obligaba a firmar poderes en favor de su padre, quien iniciaba las demandas contra las aseguradoras.



Al finalizar el juicio oral, los jueces María Coelho, María Elena Márquez y Alberto Gaig condenaron también a Daniel Ceferino Herrera a 15 años de prisión. Fue acusado por algunas de las víctimas de ser uno de los que rompieron las piernas de por lo menos ocho mujeres.



En el expediente iniciado en 2011 por la fiscal de San Isidro María Virginia Toso, quien también estuvo a cargo de la acusación en el juicio oral, se determinó que los integrantes de la banda se aprovechaban de la situación de extrema pobreza de las mujeres y les ofrecían dinero para que se dejaran quebrar las piernas. Aunque nunca les pagaron.



 



 



Federico Schiber aparecía como el titular de la camioneta Peugeot Partner que la organización usaba como falsa ambulancia para tener prioridad de ingreso en los hospitales.



 Tanto en la etapa de instrucción encarada por la fiscal Toso como en el juicio oral se determinó que los imputados les pedían a las mujeres a las que les quebraban las piernas que firmaran un poder a favor de Hugo Schiber para iniciar los reclamos por sumas millonarias ante las compañías de seguros.



La organización retenía los DNI de las víctimas hasta que firmaran los poderes. A las mujeres les prometieron la entrega de sumas de dinero irrisorias y Federico Schiber, en algunas ocasiones, efectuaba pagos de entre 100 y 200 pesos en concepto de "asistencia".



Una de las víctimas recordó que revocó el poder que había firmado en favor de Hugo Schiber. Entonces comenzó a recibir llamadas telefónicas de Federico Schiber, quien la obligaba a que vuelva a suscribir el poder en favor de su padre, bajo la amenaza de asesinarla y de matar a su hijo.



Al exponer los fundamentos de la resolución, los jueces valoraron como agravantes de la condena: "El trato cruel, discriminatorio, inhumano y degradante dispensado hacia las víctimas en las maniobras delictivas y durante el juicio".



Fuente: La Nación