Confirman que los huesos hallados en una cantera de Manantiales Behr en 2014 son de Aníbal Freytes
Así lo determinó un examen de ADN que realizó el Centro Nacional Patagónico de Investigación con un cráneo y cinco vértebras halladas el 23 de diciembre de 2014 en una cantera situada entre las rutas 37 y 26, en la zona conocida como bajada a Río Chico.
Los flashes de la cámara de los peritos iluminaban el altar. La cara de "San La Muerte" se erigía ante los atónitos policías de uniforme y de civil que ingresaron presurosos. Entraron de sopetón, pero recularon cuando se encontraron con las velas rojas encendidas que alumbraban las ofrendas de cigarros, whisky y vino sobre un pequeño santuario de unos 80 por 90 centímetros.
La gruta con puerta negra estaba ubicada debajo de la escalera del hotel Residencial del Sur, en Maipú al 1.000 de Comodoro Rivadavia, en el interior del departamento de Lidia Morelli, alias "Natalia", la ex pareja del administrador Aníbal Freytes. "Hagan lo que quieran, pero con el santo no se metan", les advirtió esa noche Morelli a los policías que el 10 de noviembre de 2012 realizaban un allanamiento en busca de indicios de Freytes, el ex concejal de Sarmiento del que nada se sabía desde el 8 de ese mes.
El testimonio del chofer de una camioneta que en la madrugada del 9 de noviembre de 2012 pasó por el lugar había sido claro y contundente. Había visto cómo ingresaban a la fuerza al hotel a un hombre mayor a quien golpeaban. Eso le dijo el automovilista al oficial de Kilómetro 8 que se cruzó en Alsina y Maipú y que volvía de buscar los diarios a bordo de un patrullero.
El policía se frenó y prestó atención a la camioneta que le tocó bocina. Así, sobre las 2:30, junto a un suboficial de la Seccional Primera y efectivos de las comisarías Segunda y Tercera, ese oficial llegó a golpear la puerta de la Residencial del Sur, pero no pudieron encontrar nada.
Una mujer que dormía escuchó cuando los uniformados golpearon la puerta, pero no se asomó por miedo, confesó tiempo después. Ella había visto todo. Relató cómo lo habían golpeado y picaneado a Freytes.
La que los atendió fue Morelli, hasta allí la administradora del hotel y ex pareja del propietario. Hizo pasar a los policías, pero les dijo que no podía abrirles el depósito porque no tenía la llave. La policía no se quedó de consigna ante la grave denuncia del automovilista sino que al no encontrar manchas de sangre ni signos de violencia y la puerta de ese depósito cerrada, se marcharon.
Fue ese quizás el primer paso en que la impunidad sacó ventaja para siempre. Esa impunidad que si le das un metro a la salida, no podés vencerla después ni con el mayor de los esfuerzos. Es que de allí en más nunca se pudo comprobar las presunciones de los testigos a lo largo de la investigación. Que por supuesto, llegarían después y que incluso serían muy descriptivas.
Un vecino confesó que esa noche escuchó los gritos de dolor de un hombre y el pedido de auxilio dirigido a la policía. Es que la Delegación de la Policía Federal está ubicada a metros de la residencial. Luego el testigo había escuchado un sonido similar o parecido a una máquina de soldar cuando se activa el electrodo. Pero cuando se asomó no encontró nada.
Así se erigió la hipótesis inicial del Ministerio Público Fiscal, a la que abonó con testimonios recabados minuciosamente la Brigada de Investigaciones. Entonces se procesó a los tres principales sospechosos: David Medina, Rocío Barrionuevo –ambos detenidos en Córdoba- y Morelli, quienes finalmente fueron sobreseídos.
LA DENUNCIA
La policía comenzó a buscar a Freytes por la denuncia que hizo su hijo Juan Cruz quien comentó que desde el 8 de noviembre de 2012 no tenía noticias de su padre Aníbal, quien viajó a Comodoro Rivadavia desde Sarmiento en un colectivo de ETAP.
Aníbal Freytes, según su hijo en la denuncia, había viajado porque Morelli -con la que tenía hijas en común-, lo había llamado para que se hiciera cargo del hotel por unos días, porque ella tenía que viajar.
En medio de la intriga por la desaparición, una mujer llamó a la familia de Freytes en Sarmiento diciendo que lo habían molido a palos en el hotel. El testimonio daba cuenta de que "lo golpearon y lo picanearon". Que incluso habían escuchado cuando Aníbal lloraba y les decía a los asesinos que no le pegaran más, que él no los conocía. Que cuando aquel testigo intentó pedirle a Morelli que intercediera ante la golpiza, esta se rió, cerró la puerta del departamento y subió el volumen de la televisión.
MENSAJE BORRADO
Entre las pruebas que los de la Brigada fueron acumulando, figuran la de un testigo que dijo que Freytes le había comentado días antes de su desaparición que Morelli había ofrecido dinero para que lo mataran. Y que incluso le reenvió un mensaje a su teléfono celular que no pudo ser recuperado porque no lo guardó.
El mismo decía: "te voy a enviar un mensaje, por favor guardalo". Y después le envió otro mensaje de texto que decía: "Natalia anda ofertando una plata para que me maten antes de mañana (...)".
Freytes, según el testigo que declaró ante la Brigada, advirtió que si le llegaba a pasar algo, que le hiciese llegar "este mensaje a Emilio Porras o a mi abogado Caviglia". Ese mensaje parecía ser determinante, pero el testigo dijo que no logró guardarlo. Era solo su palabra, no había prueba.
Otro testimonio que encontraron los investigadores también apuntaba contra Morelli como sospechosa. Que había ido a la chacra de Freytes en Sarmiento y le había dado pastillas cuando comieron y él se durmió, cuando se despertó, le había cortado la línea telefónica y se había llevado la camioneta con las nenas que tienen en común.
Mientras un oficial de la Brigada pudo establecer en la investigación que el 9 de noviembre de 2012 a las 6 un Fiat Palio –dominio BRI 056- se desplazó por calle Alsina de norte a sur en dirección a la avenida Yrigoyen. Ese era el auto que la policía ponía en el lugar a raíz de un testimonio. Y en ese vehículo finalmente se encontraron pelos blancos de Freytes.
En el allanamiento al hotel también se secuestraron pedazos de tela que arrojaron resultado positivo con la sangre de Freytes.
El fiscal Marcelo Crettón pese a no tener el cuerpo del fallecido para probar las lesiones, decidió así avanzar con la investigación y detener a Medina, Barrionuevo y Morelli. Incluso los procesó por el delito de homicidio simple con distintas participaciones.
LA INVESTIGACION
La investigación que se ventiló en la formalización sostenía que el 9 de noviembre de 2012 , alrededor de las 2 en el interior del hotel ubicado en Maipú 1075, Medina y Barrionuevo, quienes se hallaban alojados en el lugar, agredieron a Freytes con golpes y una picana eléctrica, con la cual produjeron descargas en el cuerpo. Tras ello, según la Fiscalía, ocultaron malherido a la víctima, o ya posiblemente sin vida, en un depósito ubicado en la planta baja del edificio. A eso de las 6, el cuerpo fue sacado del edificio y trasladado a un sitio para ese entonces desconocido, a bordo de un Fiat Palio, -dominio BRI 056-.
"El hecho fue cometido estando presente en el edificio y probablemente a instancias o pedido de la ex pareja de Freytes, Lidia Morelli, la cual conociendo que se estaba perpetrando el mismo, subió el volumen del televisor para ocultar los gritos y pedidos de auxilio de la víctima y no prestó ningún tipo de auxilio al agredido", sostenía la imputación.
A las 2:30 de ese 9 de noviembre se presentaron en el lugar efectivos policiales, alertados de que una persona estaría siendo golpeada. En esa circunstancia Morelli evitó que los uniformados inspeccionaran el depósito donde al parecer estaba Freytes. Lo hizo argumentando que no tenía la llave.
La evidencia hallada en la funda de un colchón con manchas de sangre y un pelo dio como resultado que eran del desaparecido. Una perito bioquímica cotejó esos pelos con unos hallados de Freytes en la chacra de su hijo.
La investigación siguió su curso con la liberación y prisión domiciliaria de los imputados hasta que finalmente al no encontrar el cuerpo, el tiempo de investigación se venció y Crettón debió sobreseer a los sospechosos por "indubio pro reo".
Pese a que en la rueda de reconocimiento, la testigo principal reconoció a David Medina como una de las personas que estaba pegándole a Freytes esa noche, no pudo reconocer a Rocío Barrionuevo que tenía por ese entonces cambiado el color de cabello. Eso pareció ser un cachetazo duro a la investigación.
Cincuenta policías habían hecho un rastrillaje en la zona de Ramón Santos, buscando el cuerpo del ex concejal sarmientino pero no lo hallaron. Si hubieran rastrillado la zona de Manatiales Behr y sus alrededores quizás la suerte hubiera sido otra. Es que una pista que llegó de Córdoba fue la más clara (ver recuadro).
SOBRESEIMIENTO
En el pedido de sobreseimiento que se conoció por ese entonces el fiscal general Crettón analizó: "nuestro proceso penal, exige plena certeza, esto es conocimiento seguro, claro y evidente de las cosas, que permita al juez proferir en su sentencia condenatoria convencimiento pleno sobre la responsabilidad penal del acusado, más allá de toda la duda. En caso contrario opera el principio de 'in dubio pro reo' a favor del encausado. Este elemento considerado por la Corte Suprema de Estados Unidos, como un instrumento principal para reducir el riesgo de condenas apoyadas en errores de hecho, proporciona sustancia concreta a la presunción de inocencia, principio elemental cuya aplicación subyace en el fundamento de la administración de justicia".
Crettón destacó el trabajo de los investigadores, pero reconoció: "la profusa y loable investigación llevada a cabo por la Brigada de Investigaciones ha permitido obtener algunos indicios respecto de qué podría haber ocurrido aquella noche del 8 de noviembre de 2012. Sin embargo, los mismos no fueron suficientes para que la Fiscalía requiriese la elevación del caso a juicio".
Según el fiscal en su momento, el resultado negativo de los entrecruzamientos telefónicos, la falta de certeza absoluta de las posibles lesiones y agresiones proferidas presuntamente por Medina a Freytes, y la ausencia del hallazgo del cuerpo de la víctima lo llevaron a solicitar el sobreseimiento, más allá de los indicios que guiaron la investigación y que no pudieron ser corroborados.
Es que el cuerpo por ese entonces no podía ser encontrado. Se había tenido la esperanza que unos restos hallados en la playa de Rada Tilly fueran los de Freytes para avanzar en la materialidad, pero los resultados fueron negativos.
El 10 de abril de 2013 el Laboratorio de Biología Molecular del Centro Nacional Patagónico de Investigación (CENPAT) de Puerto Madryn, estableció que los restos óseos hallados en esa playa entre 3 y 4 de febrero de 2013 correspondían a diferentes especies de mamíferos.
El fiscal criticó que de la testigo principal "no surge que haya visto al cuerpo de Freytes en un estado de agonía total que diera fuertes indicios que habían acabado con su vida".
"La ausencia del cuerpo de Freytes en algún lugar de la ciudad o en otra provincia que pudiera al menos acreditar con una experticia forense las causales del deceso del mismo, me llevan a concluir también la ausencia de nexo causal, es decir que la muerte del mismo podría ser a consecuencia por las lesiones descriptas por la testigo, sumado a la data de las mismas", explicó Crettón en su pedido de sobreseimiento entregado a la Justicia. Fue el 22 de mayo de 2013, cuando solicitó el sobreseimiento de Morelli, Medina y Barrionuevo citando el artículo 285 inciso 6, por no existir razonablemente la posibilidad de incorporar nuevos elementos de prueba ni fundamentos para requerir la apertura a juicio.
La jueza Margarita Pfister, el 22 de agosto de 2013, entendió que era procedente la petición del Ministerio Público Fiscal, teniendo en cuenta que había vencido el plazo acordado para agotar la investigación y en su transcurso "no se había logrado conectar un plexo probatorio de la envergadura y seriedad necesaria como para acometer, con adecuado fundamento, contra el principio de inocencia que protege a toda persona perseguida penalmente".
De esa manera, Pfister sobreseyó "total y definitivamente" a David Medina, nacido en Río Cuarto, provincia de Córdoba, albañil y domiciliado en Rawson, del delito de homicidio simple en calidad coautor por la que se le había formalizado la apertura de investigación preparatoria el 27 de noviembre de 2012, junto a su pareja Rocío Barrionuevo, nacida en El Bolsón, que fue sobreseída del delito de homicidio simple en calidad de coautora.
También quedó sobreseída Lidia Morelli, oriunda de Santa Fe, de ocupación recepcionista, por el delito de homicidio simple, en calidad de partícipe necesario y alternativamente homicidio simple en carácter de instigadora, por la que se le había formalizado la investigación un día antes que la pareja detenida en Córdoba.
Ahora según pudo conocer Letra Roja, a través de un estudio de ADN que se le realizó a los restos hallados el 23 de diciembre de 2014 se comprobó que tienen la compatibilidad de 99,99 por ciento con una de las hijas de Freytes. De esa manera, queda establecido que el cráneo y cinco vértebras halladas en esa cantera ubicada entre las rutas 37 y 26, en Manantiales Behr hace quince meses, son los del desaparecido. Una situación que seguramente llenará de impotencia a los familiares del ex concejal ante la falta de justicia, pese a que los testimonios indicaban pistas firmes en el homicidio. Los sospechosos fueron procesados y luego sobreseídos definitivamente. La impunidad le ganó otra vez la carrera a los tiempos judiciales.
LA EX PAREJA CON PEDIDO de CAPTURA
Morelli actualmente está prófuga de la Justicia Federal por otra causa. El Tribunal Oral Federal declaró su rebeldía y dispuso su inmediata captura luego de que se le revocara la condicionalidad de su prisión en suspenso, el 29 de diciembre de 2015, en un caso de trata de personas.
La misión le fue encomendada a la Policía Federal de Comodoro Rivadavia que no la halló en su domicilio.
La Justicia Federal dispuso que se le revoque la condicionalidad de los tres años en suspenso a los que había sido condenada en juicio abreviado como coautora del delito de trata de personas junto a Antonio "Moco" Calfuqueo.
Si se la detiene se la debe trasladar a la Unidad 13, recinto penitenciario femenino, de Santa Rosa, La Pampa, para que cumpla la condena que dispuso el Tribunal, así reza la resolución judicial.
En la cabeza de los investigadores cuentan que quedarán unas palabras que le escucharon decir. "Tanto, tanto que me investigan, yo lo hice empanadas", habría dicho con sorna. Es un misterio que nunca se resolverá.El Patagonico