Conflicto Docente

Congreso de ADOSAC: repudio generalizado al accionar miserable y retrógrado del gobierno

A través de un comunicado la dirigencia de ADOSAC anunció la profundización de la lucha docente.


Como
ya anunciáramos en el Congreso desarrollado en Puerto San Julián, ADOSAC fijó
posición sobre la continuidad de la lucha y la profundización de la misma, en
virtud de la intransigencia inexplicable del gobierno provincial. Sin embargo,
en esa reunión de dirigentes de la ADOSAC, se sometió a un análisis exhaustivo
la realidad de Santa Cruz, la relación del gobierno de Alicia Kirchner con el
sector docente y la increíble aparición en la escena política, de viejos
conocidos en el sistema de Educación que vienen de reiterados fracasos e
insisten en cuestiones metodológicas que han profundizado las crisis históricas
que, el kirchnerismo, vivió siempre con los educadores de esta provincia.


 


En
el Congreso de ADOSAC llevado a cabo ayer en la localidad de Puerto San Julián
se generó un debate intenso, no alejado del énfasis de los compañeros docentes
que expusieron la realidad de sus filiales, pero fundamentalmente, el hecho más
significativo de ese debate con manifestaciones propositivas de parte de cada
uno de los integrantes del Congreso, radicó en el análisis coyuntural de la
realidad de los docentes de Santa Cruz, quedando en el centro de la escena, el
papel preponderantemente pobre, excluyente, controversial y lastimoso que tiene
el gobierno de Alicia Kirchner, en nueva etapa del kirchnerismo que no se
diferencia para nada de las anteriores.


 


Una
conclusión general que se puede adelantar, de todo el contexto de lo analizado,
es que en Santa Cruz siguen sucediéndose las prácticas reaccionarias de un
kirchnerismo obsoleto y poco innovador en su accionar contra el docente.


 


Una
de las principales definiciones que sustentaron los docentes  es que la utilización de los descuentos como
herramienta para desarticular a nuestro sector, son tan miserables  y retrógrados como los funcionarios que
definen aplicarlos.


 


Alicia
Kirchner, Carlos Zannini  y  Roberto Borselli, son algunos de los
artífices de estas maniobras que aplican hoy y las aplicaron ayer y todos
ellos, no disimulan su repulsión hacia los docentes como agentes
transformadores de una realidad que los intenta someter.


 


Funcionarios,
éstos, con un alto grado de demagogia y cinismo, que reflejan en sus propios
discursos y acciones, el descrédito de una sociedad agotada por el fracaso político de un modelo autoritario,
burocrático y corrupto, con el que aún hoy insisten, a pesar de que los
contextos sociales y políticos han cambiado radicalmente.


 


Se
ha llegado a la conclusión de que el kirchnerismo ha buscado siempre, en Santa
Cruz, articular un modo de vinculación bilateral y de sometimiento basado en la
lógica del disciplinador y el disciplinado. Un Estado disciplinador, que a
partir de rancias estrategias, ha logrado parcialmente en estos casi treinta
años de sostenerse en el poder, cooptar y silenciar voluntades y disidencias,
intentando anular de este modo el reclamo o el cuestionamiento a la esencia
antidemocrática del falso progresismo gobernante que encarna.


 


Este
Estado, con sus diferentes rostros, no dudó históricamente en amenazar, aplicar
el presentismo como método de extorsión, militarizar, desacreditar, utilizando
medios de comunicación comprados, judicializar con la complicidad de una
justicia amiga, amedrentar con discursos violentos y repulsivos, apropiarse
ilegalmente de fondos sindicales, utilizar prebendas para alinear a una tropa
de aplaudidores rentados y edificar una estructura de concentración de poder,
entre otros objetivos que persiguió a lo largo del tiempo y de los sucesivos
gobiernos que presidió.


 


Sin
embargo, el recurso, que sistemáticamente ha aplicado el gobierno de un modo
mecánico, como acción ineludible para atemorizar al sector docente, fue y es el
descuento indiscriminado de haberes, metodología que surge en cada uno de los
conflictos que plantea la ADOSAC, generalmente en reclamo de justos derechos o
en protestas por la falta de actualización salarial.


 


Esa
metodología de acción, por parte del estado provincial, ha estado vinculado con
la exacerbada vocación antidemocrática que tiene el kirchnerismo, que cuando se
siente incapaz de dialogar, busca lograr un quiebre definitivo de las medidas
de fuerza y ataca con descuentos unilaterales que posteriormente aparecen
utilizados como una parte significativa de sus aumentos por decretos.


 


Para
que esta mala praxis política y de gestión, de un Estado que les queda grande
para administrar, tenga eficacia y conculque con los objetivos represivos que
persigue el gobierno, deben, necesariamente, contar con la complicidad u
obsecuencia de funcionarios con gran vocación para traicionar los principios
fundamentales, tanto en el campo de la ética como en de la lealtad gremial.
Presidente, Vice, Vocales del Ejecutivo, Vocales por los padres y cualquier
actor que tenga incidencia en el medio, es puesto a dinamitar las bases de un
diálogo, la obtención de un acuerdo y en definitiva, poner en riesgo la paz
social de la que tanto habla el kirchnerismo, pero la que no practica.


 


Inversamente
proporcional a los esfuerzos del gobierno de Alicia Kirchner por revocar la
representatividad de la ADOSAC ante la opinión pública y tratando, con estas
medidas coercitivas, ilegales y extorsivas, que el propio Presidente del CPE,
Roberto Borselli, ha probado y ha fracasado sistemáticamente, nuestro gremio
redobla el esfuerzo y hace más sólida nuestra lucha.


 


No
es casual que los sucesivos gobiernos provinciales colisionen indefectiblemente
con la ADOSAC. El gremio docente nació y se hizo en la lucha y persiste en la
consecución de sus objetivos y metas, consagradas exclusivamente, en buscar que
cada docente de esta provincia viva mejor, tenga lo que merece como trabajador
indispensable que es, para el desarrollo de la sociedad, que ve cimentada la
verdadera libertad en la educación de los chicos.


 


En
función de ello, queremos resumir nuestro espíritu en una frase de Bertolt
Brecht, que dice "Los débiles no luchan. Los
más fuertes quizás luchen una hora. Los que aún son más fuertes, luchan unos
años. Pero los más fuertes de todos, luchan toda su vida; éstos son los
indispensables”.