“Educando a Américo”: viaja por Sudamérica con su perro, quedó varada en Río Gallegos y da clases de educación canina

Se trata de María Constanza Azinian, quin se encuentra desde marzo en la provincia. Su objetivo es llegar a Alaska. Este fin de semana dará un taller de educación canina para la comunidad.

En diferentes rincones del mundo, la pandemia de COVID-19 ha sido una pésima noticia para los viajeros.



Y es que en Argentina, por ejemplo, abundan las historias de viajeros y proyectos itinerantes que durante este años recorrían el país y se vieron afectados por el Aislamiento Social.



Una de ellas fue María Constanza Azinian, quien se encontraba viajando por Argentina, para luego recorrer Sudamérica. Ella recorre los caminos junto a Américo, su perro, que es su fiel compañía y colaborador en las clases de adiestramiento canino que brinda.  De hecho pintado en su camioneta úede verse la leyenda “Eduando a Américo”, su proyecto.



 



La iniciativa de esta aventura viene desde lejos en el tiempo. En el 2007 se fue de mochilera por Europa. Eso fue un antes y un después. “Cuando llegué a Buenos Aires caí en la cuenta de que el mundo era enorme y antes de morirme quería conocer aunque sea una octava parte de él. La idea era primero conocer todo el continente americano.”, indica en diálogo con El Diario Nuevo Día. Y agrega: “Los primeros viajeros que me inspiraron fueron la Familia Zapp, leyendo su libro me imaginaba viajando”.



La idea era salir desde Buenos Aires y llegar hasta el extremo sur, en Tierra del Fuego, y luego subir por el continente, rumbo al ártico, a Alaska. Lo primero que hizo, antes de salir a la ruta fue equipar su furgón con un revestimiento térmico. “Luego mi papá me ayudó en la fabricación de los muebles y mandé a hacer un portaequipaje a medida. Tengo una reserva de 9 litros de agua potable que va en un tubo de pvc por fuera de la camioneta, que también la puedo usar de ducha, cuenta sobre su  vehículo que tiene todas las características  necesarias para hacer una travesía larga. “Me encanta mi casita con ruedas, me gusta mucho estar allí”, expresa cuando le preguntan sobre cómo es vivir a bordo de su vehículo. Y es que tiene todo lo necesario para comer, dormir y guardar sus elementos allí.



El inicio del viaje



 





El viaje cumplió el primer objetivo de llegar a Tierra del Fuego, el extremo sur, con sus distancias y sus mares como horizonte. Constanza ruso entonces a la región de Magallanes, en Chile, pero entones la pandemia de Coronavirus ya empezaba a tratar las primeras noticias, así como las restricciones de circulación tomadas por los Gobiernos en consecuencia.



“En marzo estábamos en Punta Arenas cuando ya se empezó a hablar de la cuarentena en Argentina. Ahí decidí que cruzaríamos la frontera. Los dos primeros meses vivimos en La Esperanza y desde fines de mayo que estamos en Río Gallegos”, recuerda.



Obviamente, pasados los meses, hubo que adaptarse a que la situación sería para un largo tiempo. “Al principio un poco de incertidumbre, pensando que todo se levantaría pronto, los días fueron pasando y siempre agradezco la buena compañía, la solidaridad y la abundancia de todo tipo que tuvimos y tenemos”, resume agradecida con quienes le brindaron su hospitalidad en la capital de Santa Cruz .



“Salí a la ruta con un único miedo, el miedo a la escasez, el miedo a quedarme sin dinero, pero que en su trasfondo abarca muchos aspectos. Creo que eso en el fondo es  pensar que uno no vale, que uno no merece,, sin embargo, todo lo que viví y vivo hoy es abundante, abundancia de todo tipo”, die sobre la fuerza que la impulsa a seguir esta aventura.



¿Cómo se ve Contanza cuando comiencen a levantarse aún más las restricciones para viajar en nuestro país y en el mundo? Continuando con el viaje por supuesto.



“Más que un viaje, éste es el estilo de vida que hoy elijo, ser nómade, vamos sin apuro, con todo el tiempo del mundo, viviendo y trabajando en el camino. En unos años llegaremos a Alaska, aunque lo verdaderamente importante no va a ser llegar, sino  todo lo vivido en el camino”, cuenta con convicción.



Adiestramiento canino





Una parte fundamental de este viaje, es ir compartiendo clases de adiestramiento canino, las cuales también colaboran con sustentar el viaje.



“Yo trabajo como educadora canina, ya sea con clases a domicilio, de forma virtual o charlas que voy brindando a la comunidad en cada lugar a que llegamos”, cuenta Constanza.



¿Cómo son las clases? Se trabaja siempre en conjunto con la familia, poniendo énfasis en que el perro, “si bien es un miembro más de la familia, es un individuo de otra  especie, que tiene necesidades básicas inherentes a la especie que si o si hay que satisfacer ”.



En este caso , la próximas charla será este sábado 7 de noviembre. De 18:30 a 20:30 hs, a través de Google Meet.





“La Charla online que voy a brindar es un único encuentro de dos horas abierto a la comunidad donde la idea es que seamos perros mientras dure el encuentro, ver qué siente, qué piensa, qué necesita un perro quien es un individuo de otra especie, que tiene necesidades básicas comunes a los humanos y otras propias inherentes a la especie”, indica sobre la metodología de enseñanza. 



Luego enumera el contenido:



✓ El perro como individuo social. Período de sociabilización.



✓ Organización de una manada



✓ Rol del líder - Administración de los recursos



✓ Necesidades básicas de la especie ¿Cómo satisfacerlas?



✓ Prevención de problemas de comportamiento



✓ Lenguaje canino



Quienes estén interesados en la charla, así como en sus características y costo, pueden comunicarse a través de las redes como el facebook "Educando Américo" o al celular 011-23749969



 



(El Diario Nuevo Día)


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