El esforzado trabajo de las puericultoras que el Estado no reconoce

Provenientes de las cooperativas que ingresaron al Estado, sufren todo tipo de persecuciones por parte de las autoridades del  Ministerio de Desarrollo Social y Educación. A pesar del trabajo que realizan ganan menos que un trabajador categoría 10 de la ex Ley 591.


 


Sin dudas el trabajo que realizan las puericulturas de docencia plena en los Centros integradores sigue siendo desprestigiado a pesar del paso a la órbita del Estado. Los magros salarios chocan con la intensa actividad de 7 horas diarias dentro de los jardines maternales trabajando no solo con los niños, sino conteniendo extremas situaciones de familias que están al borde de la marginalidad o que no logran sostener el costo de vida por diversas situaciones.


Los jardines maternales, son un servicio brindado por los Centros Integradores Comunitarios que cobijan a niños de familias no  pudientes o en situación de pobreza. Las puericultoras ocupan un lugar clave en la contención y educación de niños que van de la edad de 1 a los 6 años. 


En este marco y ante el temor de ser inhibidas para ingresar a la administración pública y lograr la ansiada estabilidad laboral son pocas las voces que relatan la realidad de las trabajadoras. 


A pesar de haber ingresado a la órbita del Estado no frena la persecución, ahora se les reducirá el pago del título secundario de $ 500 a $ 150, con el argumento de que no están dentro del Convenio Colectivo de Trabajo y que no gozan de los derechos del resto de los trabajadores. (El Diario Nuevo Día)