El secretario general de ATE, y paritario Raúl Gómez, dijo que sintió una explosión y que sabía que “pasó alguien con una campera roja” cuando le consultaron sobre el incendio el incendio de una del as camioneta que pertenece al ministerio de Desarrollo Social, edificio que el sector- junto a Autoconvocados de la ex ley 591- ocupan desde hace dos semanas.
El ministro de Gobierno, Daniel Sloper, no quiso acusar directamente a dicho sector, aunque sostuvo que “distintos sectores políticos se acercan al lugar” al referirse al edificio del ministerio. Incluso, luego agregó que “estamos en un momento de campaña hacia las PASO”.
Ni uno, ni lo otro, y ambos a la vez. Expliquemos.
Político-El gobierno provincial no solo no cumplió con la promesa de mejorar con un mayor aumento a los empelados de la ex ley 591 en las paritarias, sino que además el mayor aumento lo destinó al sector docente- algo que si bien es loable- no se condice con su currículo. Es decir, ADOSAC y los maestros no es necesariamente un sector cercano a Peralta, es todo lo contario. Pero es simple, el aumento otorgado al gremio docente –cercano al 40% al sumar ambas paritarias- buscó tapar un reclamo que sería la punta de lanza de otros sectores que podrían haberse sumado si en el segundo semestre no hubieran contado con incremento respetable a los que exigían. Fuera de juego ADOSAC, los demás sindicatos no serian un problema y así el Ejecutivo podría abocarse – interna de por medio- solo a la campaña de cara a las PASO y octubre. Es decir, finalmente todo empezó con un problema electoral y político, como dijo el ministro Sloper, pero causado por el mismo gobierno.
Campera Roja- La primer paritaria salarial que cerró de forma escandalosa con la policía reprimiendo afuera de la subsecretaria de la Función Pública el pasado 10 de mayo, fue el mejor ejemplo- de muchos- de cómo la actual gestión desmereció el poder de protesta de los que menos ganan. (Con una suba del 38% un empleado de la ex ley 591 percibe ahora poco más de 4.000 pesos). (“No están subestimando”, dijo Gómez, luego de que el ministro de Economía ofreciera pauta salarial cero para el segundo semestre).
ATE –esta conducción- y los Autoconvocados son el invitado no esperado que llegaron 12 menos 10 a comer. El gobierno no esperaba su visita y no tenía un plato más en la mesa (o por lo menos dijo no tenerlo). Acostumbrado a la poca reacción de protesta y hasta adormecida administración pública, el Ejecutivo no observó un detalle indispensable: no cumplir con trabajadores que nada tienen que perder, con un sueldo magro que no representa ni la mitad de la canasta básica en Santa Cruz (con una inflación que e esta propia gestión informo dos veces en el año); empleados que hace 15 años tienen en el mismo rango en un Centro Comunitario, hospital, o ministerio; trabajadores que nunca tuvieron la posibilidad de superación, y que contradictoriamente fueron “creados” por una partido político del cual que ahora el mandatario provincial desconoce pero con el que hace menos de un año y medio alababa y aplaudía: el FVS.
Es obvio que no fue ningún hombre de campera roja quien incendio la camioneta, y aunque fue un hecho violento, condenable, innecesario e injustificable, también es cierto que el propio gobierno lo provocó. Sin negociar, estirando las paritarias casi un mes desde el primer encuentro y esperando que las mineras “depositen” los impuestos del canon minero (que era la condición necesaria para un aumento). El Ejecutivo tiró nafta al fuego que se avivó y generó después de dos años sin incremento en los sueldos. El hombre de campera roja se llama Daniel Peralta. (El Diario Nuevo Día).