La ballena que fue arrastrada por el oleaje hasta Caleta Olivia mide 10,70 metros

El licenciado César Gribaudo, museólogo y especialista en fauna marina confirmó que la ballena que fue arrastrada por el oleaje hasta la playa de pedregullo ubicada frente al paseo costero de Caleta Olivia, es un ejemplar juvenil hembra de la especie Sei que mide 10,70 metros.

El profesional estimó que, debido a su estado de descomposición, su muerte data de aproximadamente 15 días, pero descartó la posibilidad de que hubiera sido como consecuencia de la marea roja con alta densidad de toxinas, supuesto causal de la gran mortandad de ballenas francas en las costas cercanas a Puerto Madryn, donde hasta ahora hubo 30 muertes.



“Es evidente que este ejemplar murió en el mar y la marea lo arrastró, pero debe saberse que en esta zona actualmente no hay marea roja y aunque la hubiera, hay que tener en cuenta que la detectada en los golfos Nuevo y San José oscila entre las 14 y 18 mil unidades ratón, medida que se toma para establecer la toxicidad de los microorganismos. Lo normal sería que no supere las 4 mil unidades”, precisó Gribaudo.



Vale recordar que el cetáceo comenzó a ser divisado en las primeras horas de la mañana de este lunes frente al camping del gremio de los petroleros convencionales.



Cerca del mediodía, a solicitud de la Secretaría Municipal de Medio Ambiente, del Consejo Agrario, Defensa Civil y el CADACE (Centro de Interpretación de Fauna Marina), se solicitó a Prefectura Naval que prohíba el acercamiento de personas.



La titular del primer organismo mencionado, Silvina Sotomayor, explicó que el cadáver estaba desprendiendo fluidos que pueden ser nocivos para la salud humana.



Según publicó el Diario El Patagónico, la funcionaria indicó que a hora temprana se había visto a adultos que llevaban a sus niños y perros y pisaban el pedregullo contaminado, por lo cual ahora están apostados efectivos de la repartición naval en el paseo costero, precisamente en una de las bajadas del paseo costero.



El cadáver quedó varado a unos cien metros del paseo costero, por lo cual las autoridades evalúan la posibilidad de que otra marea la acerque más hasta el murallón para posibilitar que pueda ser retirado con una grúa. De lo contrario, habrá que esperar a que se vaya desintegrando por un proceso natural, acelerado por la acción del mar.