María Laura Santamariña, la concejal Fantasma

En lo que va del año presentó menos de diez proyectos. En la última sesión, no presentó ninguno y tampoco suele opinar en los debates. Llegó a la banca con 2779 votos y al poco tiempo de asumir mantuvo una interna con su colega concejal Pablo Grasso. Está pero no se la ve.

María Laura Santamariña es la única edil mujer en el Concejo Deliberante. Está, pero parece que no. No se la escucha, pocas veces se la ve en la orden del día. Es la concejal que menos trabajó sobre el legislativo. En la novena sesión del Concejo Deliberante, realizada este jueves, no presentó ningún proyecto ni levantó la voz para opinar sobre los temas de la  Orden del día.

Estuvo ausente del recinto por cuarenta minutos y abandonó la sala en varias oportunidades. Es la concejal que menos aportó a la gestión del Legislativo.

En octubre del año pasado fue la tercer concejal más votada. Tuvo 2779 boletas finales contabilizadas, acaparando el 5.81% del total. Se ubicó bajo el lema del Frente Municipal para la Victoria.

Al poco tiempo de asumir su banca mantuvo una interna con el concejal justicialista Pablo Grasso. La disputa tuvo como eje la pérdida de la presidencia del Partido Justicialista y estuvo a punto de ser sancionada por el partido, porque Grasso tenía pensado denunciarla, responsabilizándola de la pérdida ante el radicalismo.

Santamariña luego de asumir planteó la necesidad de trabajar sobre la seguridad, instaurándola como uno de sus ejes para la gestión. Hasta el momento ninguno de sus expedientes tuvieron este tema como principal.

 

Poca participación

No propuso nada hasta la tercera sesión del legislativo. Su primer proyecto fue una resolución solicitando al Departamento Ejecutivo Municipal, a través de sus áreas competentes, realice diversas acciones tendientes a solucionar problemáticas relacionadas al vaciadero municipal.

En la sexta sesión hizo su reaparición despachándose con cinco proyectos. En la número seis del legislativo municipal, presentó solo dos.

Suele mantener el perfil bajo. En los debates, suele acomodarse en las mismas posturas políticas que Zavaley o Figueroa, disintiendo con Grasso y el bloque radical. Siempre optó por no poner "palos en la rueda" a Raúl Cantín y suele remarcar "la falta de gestión" del ex intendente,  Héctor Roquel. Eso sí, cuando se acuerda que es concejal.

Tiene poca participación en los medios. No opina sobre temas generales, no propone sobre la agenda municipal o provincial.

Sus últimas apariciones fueron una entrega de computadora a una comisaría y una propuesta de capacitación en protocolo.

De momento, está lejos de considerarse la "heredera" de Adriana Reyes y mucho menos de compararse a su contraparte en la Cámara de Diputados, la radical Estela Maris Bubola. Así es María Laura Santamariña, la concejal de perfil bajo y que mejor sabe levantar la mano para votar en contra o a favor. (El Diario Nuevo Día).