Mendoza: tienen cinco hijos y terminaron presos por una violenta entradera

Se trata de Pablo Bravo (28) y Adriana Suárez (34), quienes fueron imputados por un asalto domiciliario a unos jubilados. El joven fue atrapado por el hijo de las víctimas, cuando intentaba escapar de la escena. En tanto, la mujer fue capturada días después y la identificaron en una rueda de personas

“Si tenía un arma los mataba”, aseguró Leo, un joven de 34 años que enfrentó a tres delincuentes que irrumpieron en la casa de sus padres para asaltarlos, la madrugada del lunes 14 en Carrodilla, Luján. Si bien dos de los malvivientes lograron escapar, uno de ellos fue atrapado por el valiente muchacho.



El sospechoso, identificado como Pablo Nicolás Bravo (28), casi fue linchado por los vecinos de las víctimas, y, luego de que se recuperó de la golpiza, el fiscal de Robos y Hurtos Gonzalo Marzal lo imputó por el hecho y pasó al penal.



Días después fue detenida su mujer, llamada Adriana Valeria Suárez (34). Las víctimas del hecho habían señalado que uno de los malvivientes que lograron escapar era una mujer de alrededor de 30 años y con el pelo teñido de colorado. Esa descripción coincidía por completo con la pareja de Bravo, con quien tiene cinco hijos, por lo que fue detenida e imputada por el fiscal Galdo Andreoni, que está subrogando a Marzal. Luego fue sometida a una rueda de reconocimiento, que resultó positiva.



Igual que su novio, la mujer fue trasladada a un complejo penitenciario de la provincia, en este caso al penal de mujeres de El Borbollón. Ambos fueron acusados por el delito de robo agravado por el uso de arma blanca en concurso ideal con robo agravado por ser en poblado y en banda, que prevé una pena de cinco a quince años.



Por otro lado, el tercer involucrado en el asalto no pudo ser identificado, esta persona sólo se quedó como “campana” en el pasillo de ingreso a la vivienda del matrimonio de jubilados. Además, en el asalto vestía una máscara con la que ocultaba su rostro, razón por la cual, las víctimas ni siquiera pudieron precisar si se trataba de un hombre o una mujer.



 



Con respecto a Bravo y Suárez, no es la primera vez que están vinculados a hechos delictivos. La mujer tuvo su primera “visita” a la cárcel lasherina cuando fue imputada en agosto del 2012 por un robo agravado por el uso de arma de fuego apta para el disparo en concurso ideal con robo agravado por ser en poblado y en banda. Pero, tan sólo un mes después, la Justicia le otorgó a Suárez el beneficio de la prisión domiciliaria, ya que estaba embarazada, indicaron fuentes consultadas.



A poco más de un año, la mujer fue llevada al Hospital Lagomaggiore, donde dio a luz a una de sus hijas, todo bajo la custodia policial, que debía impedir una posible fuga. En diciembre del mismo año, la causa por la que estaba imputada llegó a juicio, y, la Cuarta Cámara del Crimen la condenó a siete años de prisión.



 



Debido a su reciente parto, la mujer continuó con su detención en la modalidad domiciliaria. Además, volvió a ser madre en setiembre del 2015, de acuerdo con la información judicial, razón por la que la Justicia le continuó brindando el beneficio por más tiempo. Finalmente, se mantuvo alojada en su casa hasta que, en setiembre del año pasado, un Juzgado Penal Colegiado le otorgó la libertad condicional.



 



Pero no pasó mucho tiempo para que la fémina volviera a tener un roce con la Justicia, en el poco tiempo que pudo gozar de la libertad, ya que el miércoles volvió a ser detenida por un robo en banda. Ahora es difícil que le otorguen algún tipo de beneficio, por el antecedente con el que carga, explicaron las fuentes.



Por su parte, se conoció que su pareja también había sido investigada en otras ocasiones por algunos delitos contra la propiedad, sostuvieron.



El hecho



El asalto por el que detuvieron a Bravo y Suárez tuvo lugar alrededor de las 3 del lunes 14, cuando tres individuos irrumpieron en un domicilio de calle Tropero Sosa al 1900, en el citado distrito lujanino. Los sospechosos ingresaron a la propiedad a través de un pasillo externo que da a la calle.



En el interior estaban el matrimonio propietario y su hijo Leo, quien ya no vive con ellos pero decidió quedarse allí esa noche.



 



 



La reconstrucción sostiene que Bravo y Suárez fueron los que ingresaron a la casa. La ex convicta se encargó de reducir a la jubilada, quien miraba la televisión en el living, atacándola con un caño, con el que le propinó varios golpes en la cabeza. Mientras, su novio se dirigió a la habitación, donde estaba durmiendo el marido de la víctima.



En ese momento intervino el hijo de los adultos mayores, quien enfrentó a los ladrones y consiguió espantarlos. Luego, salió antes que ellos de su propiedad y los esperó fuera. De ese modo pudo atrapar a Bravo, que se llevaba un televisor.