Nació sin rostro y cumplió dos años: hace terapia y su familia pide ayuda

Sus padres, Marlene Simao y David Ribeiro, contaron en diálogo con el canal SIC que dentro de sus particularidades, y gracias a las terapias, Rodrigo se encuentra bien. “¡Entiende todo lo que decimos!”, afirmaron.

Rodrigo Ribeiro, el nene portugués conocido como el “bebé sin rostro” porque nació sin ojos, nariz ni parte del cráneo, sigue desmintiendo los pronósticos de los médicos que le daban apenas unas horas de vida. El chico ya cumplió dos años y medio.



La pareja que vive en la ciudad de Setúbal habló de la rutina familiar, entre la escuela de su hija más grande, Fabiana, las terapias de Rodrigo y las salidas a la plaza o a la playa. La madre contó que dejó de trabajar para convertirse en cuidadora a tiempo completo del pequeño Rodrigo.



“Desde que Rodrigo nació mi vida dio un vuelco. Dejé de trabajar para ocuparme de él las 24 horas del día y todo gira en torno a él, entre las salidas y las consultas médicas”, declaró. Casi cada mes, sube a su cuenta de Facebook una foto de su hijo para celebrar su vida. Rodrigo, que nació el 7 de octubre de 2019, ya tiene 33 meses.



“Ahora está mucho más desenvuelto, dice mamá y papá”, contó con emoción su padre, aunque reconoció que “con él la preocupación es constante”. “Es vivir siempre en alerta”, acotó Marlene, que mencionó las “crisis de epilepsia” que a veces sufre Rodrigo.





“Es un bebé con retraso cognitivo y psicomotor. Eso implica más trabajo. Pero para las malformaciones que tiene evoluciona muy bien. Hace cosas que se suponía que no podía hacer”, continuó Simao.



Según sus papás, Rodrigo está “siempre bien predispuesto” y le encanta jugar con su hermana o escuchar música y cantar. “Él entiende todo lo que le decimos. Cuando le preguntamos si tiene hambre tiene su manera de responder y decir que sí. Ahora aprendió a decir que no con la cabeza”.



David contó que se relaciona con su hijo a través de “la voz, el contacto y el calor humano” pero reconoció que a veces la situación “es difícil”.



“Los meses más complicados ya pasaron, pero su futuro sigue siendo una incógnita”, continuó.



“Los primeros meses no tenía tanta fe como tengo ahora. Ver que pasaban los días y él estaba bien me ayudó. Sorprendió a todos y va a seguir sorprendiendo a todos”, dijo Simao con optimismo.



La pareja recolecta tapas de botellas para ayudar a pagar las distintas terapias del nene, que cuestan unos 350 euros por semana, casi la mitad del salario mínimo mensual en Portugal. Según precisaron en Facebook, cada semana Rodrigo hace 6 horas de fisioterapia, 2 horas de terapia de habla y 2 horas de terapia ocupacional.



El caso de Rodrigo destapó un historial de negligencia médica que escandalizó a Portugal, ya que el obstetra que la atendió durante todo su embarazo nunca detectó la grave condición que padecía el bebé.