"Pensé que me iban a matar", dijo el enfermero duramente golpeado por la policía

Sebastián Barrientos vivió una verdadera pesadilla al ser detenido cuando se trasladaba del hospital a su casa. Contó los golpes que recibió en el patrullero y dentro de la comisaría. El hecho amerita una investigación interna y duras sanciones, aunque el gobierno culpó al enfermero por lo sucedido.

El hecho de apremios ilegales que sucedió en Río Gallegos, con un enfermero como víctima, amerita una investigación interna, con sumario y suspensiones para los responsables, aunque el gobierno emitió ayer un comunicado culpando al profesional de la salud por lo sucedido.



Lo cierto es que fue detenido y torturado tras ser interceptado cuando se trasladaba del hospital a su casa para descansar.



Una vez liberado, contó en su cuenta de Facebook lo que tuvo que soportar:



"No le deseo a nadie todo lo que me pasó, ya que realmente hicieron conmigo lo que quisieron, dentro de la comisaría como dentro del móvil policial", contó.



Además, indicó: "Mientras me trasladaban a la comisaría esposado con un policía sentado arriba, el cual a la vez me daba palmazos y golpes de puño, como así también el que iba manejando el móvil me golpeaba la cabeza y la frente, no sé si con la culata de la pistola o con la radio."



Luego agregó: "Mientras me golpeaban, yo ingenuamente pensaba que eso era todo, cuando lo peor estaba por venir. En el momento de llegar a la comisaría sexta, entre los policías se decían: "Arrastrálo, que se joda"



LO PEOR

El enfermero contó que en ese momento comenzó lo más duro: "Me llevan a un cuarto que está cerca de la recepción, me tiran al suelo esposado como un animal y entre cinco policías o más me comienzan a golpear entre todos, me pisaban la cabeza, me daban patadas, golpes, palos, todo sin escucharme cuando les decía que dejaran de golpearme. Ese momento se me hizo eterno y no paraban de golpearme hasta que me vieron casi inconsciente, tirado en el piso en un charco de sangre."



"yo soy y me considero una persona muy fuerte, pero en ese momento pensé que me iban a matar", confesó ya una vez pasada la pesadilla por la cual todavía nadie en la fuerza policial inició una investigación.



Sebastián también contó que luego le hicieron limpiar su propio charco de sangre con un paño y agua con lavandina. (El Diario Nuevo Día)





 


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