Increible

Uno de los presos más sanguinarios de Mendoza demandó al Estado

Enrique Montuelle (36), autor de tres cruentos homicidios en la cárcel, reclamó $700.000 por sufrir daños físicos y psicológicos durante su reclusión. La Justicia le negó la indemnización.


Un sanguinario preso, que fue condenado por tres homicidios ocurridos
en la cárcel que son recordados por la violencia con la que actuó,
inició una demanda contra el Estado provincial y un ex funcionario del
Servicio Penitenciario reclamando más de 700 mil pesos. El reo aseguró
que durante su pena ha sufrido agravantes en su estado de salud mental y
física. La Justicia civil negó la indemnización.


Enrique Hugo Montuelle Masmuk (36) inició el reclamo civil apuntando contra la Provincia de Mendoza y contra Sebastián Sarmiento, quien fuera director del Servicio Penitenciario –actualmente es juez de Ejecución Penal-.


En
la denuncia, el hombre relató que ingresó a la cárcel en diciembre de
2003 bajo "un estado de salud totalmente normal tanto física como
mental". En el transcurso de sus días de encierro, Montuelle aseveró que
sufrió "torturas" tales como "encierros prolongados sin luz, baños sin
agua, falta de entrega de frazadas en invierno, quita de comida".


Esto
produjo una crisis psicológica que derivó que fuera internado en el
hospital El Sauce en marzo de 2004 y en septiembre de 2008. El preso
manifestó en su denuncia civil que "las autoridades hicieron oídos
sordos a la sugerencia brindada por visitadoras sociales del servicio de
criminalística en cuanto al tratamiento psiquiátrico completo".


Además
sufrió cuatro traslados carcelarios, siendo el último en 2013 cuando
fue llevado al pabellón de máxima seguridad del penal de Almafuerte donde sus compañeros "lo maltrataban, lo trataban como loco, le
cortaban la cara". El 29 de enero de ese año fue apuñalado por tres
presos y perdió el bazo y parte del intestino tras una intervención
quirúrgica.


Montuelle reclamó 316.800 pesos por daño material e integridad psicofísica y 400 mil por daño moral y psicológico.


Desde
el Estado aseguraron que el hombre no podía realizar la demanda ya que
está inhabilitado por el Código Civil y no presentó curatela
–representación legal de las personas que no están aptas mentalmente-.
Además alegaron que Montuelle tiene condición de homicida con rasgos
psicópatas, 40 sanciones disciplinarias, es inmanejable y miente sobre
su estado de salud.


Quien rechazó la demanda civil fue el Primer
Tribunal de Gestión Judicial Asociada quien en primer término hizo
lugar a la capacidad del reo para efectuar la pretensión civil. El juez
Juan Darío Penisse consideró que "si hay algo que comenzó a hacerle daño
hace mucho tiempo -cuando era un adolecente- fueron las drogas", las
cuales comenzó a consumir a los 12 años. Esta adicción al alcohol,
marihuana y cocaína lo llevó a vender hasta su ropa para poder comprar
las sustancias.


El magistrado también contempló que "la falta de
adaptación al régimen penitenciario por parte de Enrique Montuelle
también queda demostrado con los tres homicidios que cometió" y que "se
trataba de una persona peligrosa no solo para sí sino para terceros, con
personalidad antisocial, conducta violenta y con desbordes impulsivos".


Múltiples homicidios

Enrique
Montuelle es considerado uno de los presos más peligroso en el sistema
penitenciario de la provincia. Uno de los hechos ocurrió el 4 de
diciembre de 2004 y, según el fallo civil, "va a quedar en la historia
de las cárceles del mundo, por el ensañamiento y la violencia del
mismo". Sergio Salinas (24), un hombre que estaba preso en Boulogne Sur
Mer por un asalto a un colectivo, fue descuartizado en ocho partes. Sus
restos aparecieron esparcidos en distintos sectores del complejo
carcelario.


El hombre iba a delatar a otros internos que
cometían actos violentos dentro del pabellón siete, pero terminó con el
peor de los finales. En marzo de 2007, Montuelle fue condenado a 21 años
de prisión como partícipe primario del hecho.


El segundo hecho
de sangre que vinculó a Montuelle ocurrió el 16 de junio de 2006 en el
pabellón 16 de máxima seguridad. El hombre junto a cinco internos
atacaron con chizas a Diego Ferranti y Gerardo Antonio Gómez, quienes
murieron a los pocos minutos. Estos últimos había ingresado al penal dos
horas antes ya que habían sido trasladados desde Córdoba. En septiembre
de 2010, los acusados fueron condenados a prisión perpetua por
homicidio agravado por ensañamiento y por la participación de más de dos
personas.