Tres historias insólitas en el centro de detección de COVID-19 del Colegio Guatemala de Río Gallegos
SItuaciones curiosas ocurren día a día en el centro de hisopados ubicado en la capital de Santa Cruz. Algunas cómicas, y otras no tanto. Aquí tres de ellas.
La fila para realizarse el hisopado en el colegio Guatemala de Río Gallegos ya es parte de la cotidianidad. Y es que cientos de vecinos (que tienen que tener al menos un síntoma) concurren allí para realizarse hisopados para saber si tienen o no COVID-19.
Allí un colaborador recordó tres de las situaciones más insólitas ocurridas en los últimos días.
Positivo con glamour
Una mujer muy bien producida, con tacos altos y mucha elegancia llegó hacía el puesto.
"Chicos chicos, soy positiva", dijo con casi con euforia y saltando, ante la sorpresa de los presentes. Aunque también tomándose con humor la situación.
Un síntoma poco común
Para ir al puesto del colegio Guatemala es necesario tener un síntoma al menos para que ser hisopado, ya que de lo contrario debe ser pagado por el interesado en un laboratorio privado.
Hasta allí llegó un joven que había estado más de una hora haciendo la fila (que a veces llega hasta la calle Comodoro Rivadavia)
y cuando fue consultado por sus síntomas dijo que "había llorado por la emoción de los goles que le hizo Santos a Boca Juniors por la Copa Libertadores".
Sin inmutarse (hablando en serio), cuando fue consultado nuevamente dijo que el otro síntoma era "dolor de garganta porque gritó los goles".
La irresponsabilidad y las compras
"A una mujer le dio positivo", cuenta uno de los colaboradores y relata que al salir del lugar se cruzó con una conocida y le contó lo que pasó. Cuando la otra mujer le consultó que iba a hacer ahora ella dijo: "Me voy a hacer las compras y a pagar algunas cuentas".
"Señora se tiene que ir a su casa le acaba de dar positivo!", gritó el colaborador, ante una situación insólita pero que lamentablemente ha ocurrido en más de alguna situación durante esta pandemia.
(El Diario Nuevo Día)