Justicia Argentina

Varios de los ministros de la Corte también llegaron con polémica

Las críticas a la postulación de Gallardo replican cruces del pasado. Nanclares, el que más sufrió y Palermo, el más cómodo.


El acceso de un postulante a la Suprema Corte
de Justicia es un hecho político que muestra la interacción del Estado en el
más alto nivel: ante una nominación del Poder Ejecutivo, el Legislativo da su
acuerdo para que esa persona integre la cúpula del Poder Judicial.


La controversia que se generó la semana pasada,
entre el oficialismo y el radicalismo, por la postulación de Miriam Gallardo
para cubrir la vacante que dejó Carlos Böhm, y que puede definirse el martes en
el Senado, en realidad no es una novedad. Varios de los actuales ministros del
tribunal debieron atravesar similares discusiones, en algunos casos
traumáticas.


Salvini, el histórico


Herman Amilton Salvini cumplirá en mayo 82
años, es el miembro de mayor edad de la Corte y el único que viene de la
primera formación tras el regreso de la democracia, que asumió el 4 de enero de
1984.


Su carrera comenzó en 1959 y cuando llegó al
tribunal, de la mano de Felipe Llaver, contaba con 50 años de edad y 24 de
experiencia.

Su actividad sólo se interrumpió por haber sido declarado "en comisión” (7 años
sin ejercer) por decisión "de un gobierno peronista” dijo. Recién en 1980
volvió a trabajar, al llegar a la 4ª Cámara del Crimen.


Allí permaneció hasta que Llaver lo postuló a
fines de 1983. "Fui el único, junto a Julio Mila, que venía de la carrera
judicial”, recordó.

Llaver llevó al Senado los pliegos de Salvini y de otros seis postulantes y los
legisladores, con lógicas oposiciones, los aprobaron.


No se sabe bien cómo votaron los senadores
entonces, pero las bolillas blancas que recibió Salvini fueron suficientes.
"José Genoud (vicegobernador) me dijo que me apoyaron radicales y demócratas
(18 y 5 votos respectivamente), y la mayor parte del peronismo me rechazó”,
indicó.


La oposición le cuestionó su cercanía radical y
haber vuelto a trabajar durante la dictadura, algo que él rechaza. "No hubo
relación”, dijo a este diario.


Nanclares, con lo justo


Jorge Nanclares (65) llegó a la Corte en
1987, también de la mano de Llaver. Participó en la JR cuando estudiaba
en Córdoba. Se recibió en 1972 y un año después, en el gobierno justicialista
de Alberto Martínez Bacca (1973-74), entró a la Dirección de Comercio.


Tras la dictadura llegó a la gestión radical
como director de Asuntos Jurídicos en Guaymallén y asesor del Ministerio de
Gobierno.

Llaver lo postuló en octubre de 1987 -un mes después de la derrota radical ante
Bordón- al enviar su pliego junto a los de Llorente y Mario Lúquez (que fue
rechazado). "Habían renunciado Elías Baglini, Arsenio Lorente, y Juan Míquel”,
recordó.


Si bien llevaba 15 años de profesión y tenía
conocimientos prácticos de derecho laboral y una incipiente carrera docente,
sus escasos antecedentes, su juventud (38 años) y su participación política,
motivaron los cuestionamientos del PJ. Por eso, pasó con lo justo: 18 bolillas
blancas y 17 negras.


Llorente, el poderoso


Puede decirse que el actual presidente de la
Corte, Pedro Llorente, es uno de los hombres más poderosos de Mendoza, por ser
el único que estuvo al frente de los tres poderes, al haber sido presidente
provisional del Senado (1986-1987), lo que le permitió ocupar la
Vicegobernación cuando Genoud asumió como senador nacional, y desde allí
reemplazar eventualmente a Llaver cuando salía de la provincia.


Además, desde que accedió a la Corte, en
noviembre de 1987, es quien más veces la presidió: 14 años: de 1993 a 2003 y de
2011 a 2015.


El sanrafaelino tiene hoy 74 años. Se recibió
de abogado en 1966 y hasta 1983 ejerció la profesión. Ese año asumió como
senador. Luego de presidir la comisión de Legislación y Asuntos
Constitucionales llegó a ser el segundo en la línea sucesoria, cuando Llaver
envió su pliego junto con el de Nanclares, entre otros.


Pero a diferencia de éste, casi no tuvo trabas.
"Me sobraron 6 bolillas blancas”, recordó. Tuvo 27 votos a favor del total de
38.


Pérez Hualde, pese a la interna


Alejandro Pérez Hualde tiene hoy 61 años, 10
más de los que tenía en agosto de 2004 cuando asumió como supremo tras la
complicada votación que superó luego de fuertes tironeos internos del
radicalismo.


Llegaba a esa instancia con un fuerte perfil
académico en Derecho Civil y Administrativo, como docente de las universidades
de Cuyo, de Mendoza y Austral (Buenos Aires). Esa condición primó para que el
gobernador Julio Cobos lo convocase para reemplazar al renunciante Carlos
Moyano.


En ese tiempo llevaba 25 años de actividad y
era vicepresidente del Colegio de Abogados y de la Federación Argentina de
Abogados.

En lo político, se había afiliado a la UCR en 1987. "Lo hice cuando perdió
Llaver”, recordó.


La audiencia pública por su postulación casi no
tuvo críticas, salvo de algunos sectores gremiales y laboralistas. Pero en la
Legislatura sí hubo complicaciones. Y si bien el PJ cuestionó, el obstáculo más
difícil fue el radical. "Dos días antes de la votación Iglesias mandó a que no
me votaran”, rememoró.


Él no era mal visto por Iglesias, aunque el ex
gobernador tenía en mente a otro candidato, Leopoldo Orquín. "Las negociaciones
fueron duras hasta el final”, contó. Sin embargo la propuesta de Cobos primó.
Así, logró 21 bolillas blancas contra 16 negras.


Adaro, el militante


En 2011, Mario Adaro era ministro de Gobierno
de Celso Jaque. Tras la renuncia de Aída Kemelmajer, el Gobernador lo propuso
para sucederla, generando así uno de las primeras críticas, ya que los laureles
de la renunciante contrastaban con los antecedentes del postulado.


Pero, además, Adaro tenía una militancia
peronista, tanto política como gremial, "de 18 años” que él mostraba con
orgullo, algo que valió fuertes quejas opositoras.


Parte de sus antecedentes laborales provenían
de esa actividad, como abogado en el CEC, concejal en San Martín (1999-2003),
subsecretario de Trabajo (2007) y ministro de Gobierno (2008-2011).


Fue el primer egresado de la Facultad de
Derecho de la UNCuyo en llegar a la Corte. Es docente en dos universidades;
tiene unaespecialización en Derecho Bancario y Bursátil, y un diplomado
en Economía Política, entre otros estudios.


Entre las principales críticas estuvo su
cercanía a la CGT. Sin embargo, en la audiencia pública casi no tuvo
inconvenientes. De hecho recibió 180 avales y los rechazos fueron de ATE. "Yo
venía de ser agente paritario, era lógico que no me quisieran”, resaltó.


Y como en otros casos, los principales
cuestionamientos fueron políticos, sobre todo de la UCR que llegó a pedirle a
Jaque que retirase la postulación. La votación, que incluyó al vicegobernador
Cristina Racconto, dejó 21 bolillas blancas y 18 negras.


Palermo, sin objeciones


La de Omar Palermo debe haber sido la elección
menos traumática de un miembro de la Corte. Impulsado por Francisco Pérez, tras
la jubilación de Fernando Romano en 2012, sus antecedentes académicos y
laborales influyeron para que casi no tuviera críticas.


Estudió en la Universidad de Córdoba, tiene una
especialización en Derecho Penal en la Universidad del Litoral y un doctorado
en la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona. Además es docente titular de
Derecho Penal en la UNCuyo.


Al entrar en la Corte, actuaba como fiscal en
la Justicia Federal y en una oficina de asistencia por violaciones a los
derechos humanos. También fue fiscal en San Martín, juez de instrucción y
miembro de la 3ª Cámara del Crimen, cargos a los que llegó por concurso.


Casi sin militancia partidaria, Palermo y Pérez
(por entonces muy cerca del kirchnerismo) se conocían de San Martín. "Un día me
llamó y me hizo la propuesta. Yo quería volver a la Justicia provincial, que
fue la que me formó y por eso acepté”, recordó.


En la audiencia pública Palermo recibió
adhesiones "hasta de la oposición” y en la sesión especial del Senado, logró 26
bolillas blancas y sólo 5 negras ese 27 de noviembre de 2012.


Llaver y Pérez, los que más postularon


En diciembre de 1983, Santiago Felipe Llaver
inauguró la promoción de jueces a la Suprema Corte de la etapa democrática.

Indudablemente, él tuvo la mayor cantidad de nominaciones por ser el primer
mandatario tras los siete años de la última dictadura militar, razón por la
cual le tocó ordenar el máximo tribunal.


Así, en su primer año de gestión, además de
Salvini, nominó a Elías Baglini (primer presidente del tribunal), Aída Rosa
Kemelmajer de Carlucci, Juan Luis Míquel, Aldo Massimiani, Arsenio Lorente y
Julio Mila. Luego, en 1987, postuló a Llorente, Nanclares y Fernando Romano, a
quien nominó tras el rechazo que el Senado le dio a su anterior propuesto, el
entonces subsecretario de Justicia Mario Domingo Lúquez.


Francisco Pérez, en tanto, será el primer
gobernador que postule a más de un integrante a la Corte, ya que al promovido
en 2012 Omar Palermo le puede sumar ahora la ex senadora Miriam Gallardo, que
aún espera la votación del Senado.