Más de 100 médicos y estadísticos alertan de fallos en el mayor estudio sobre cloroquina e hidroxicloroquina

El responsable del programa de malaria de la OMS, Pedro Alonso, asegura que el trabajo tiene “inconsistencias alarmantes”



Desde el inicio de la pandemia de coronavirus, el uso de cloroquina y de hidroxicloroquina estuvieron en el ojo de la tormenta. Mientras presidentes de países importantes como Donald Trump (Estados Unidos) y Jair Bolsonaro (Brasil) recomendaron e incluso dijeron que lo usarían, la Organización Mundial de la Salud (OMS) detuvo los estudios al detectar mayor mortalidad en los pacientes.



Ahora, un informe realizado por más de 100 médicos y estadísticos de varios países alertó sobre "serias irregularidades" en el mayor estudio sobre la efectividad del uso de dichos medicamentos para combatir al Covid-19. En ese sentido, los responsables de la iniciativa exigieron que se reviesen los datos del trabajo para que sea corregido o bien retirado.



Según consigna el diario El País, el estudio provocó un "cataclismo mundial" en torno a dos posibles tratamientos que, hace solo semanas, se consideraban como los más prometedores contra el coronavirus. 



El trabajo cuestionado consistía en una revisión de datos anónimos de más de 96.000 pacientes de 600 hospitales a lo largo del mundo. La conclusión del estudio indicaba que tanto la cloroquina como la hidroxicloroquina "no solo no ofrecen beneficios para los pacientes, sino que pueden aumentar el riesgo de muerte en un 30%".



Las afirmaciones fueron publicadas por The Lancet, una de las revistas científicas más importantes del mundo, por lo cual la OMS decidió suspender el uso de los medicamentos mencionados en el ensayo clínico Solidarity, que busca probar la efectividad de distintos tratamientos contra el coronavirus.



La suspensión sería temporal, ya que un grupo independiente debía luego analizar los datos para emitir una nueva opinión sobre la seguridad de continuar con los estudios.



Pero, rápidamente Francia e Italia prohibieron el uso de los fármacos como tratamiento compasivo, mientras que Bélgica alertó sobre el uso fuera de ensayos clínicos.



El último estudio “tiene un nivel de inconsistencias alarmante”, alertó Pedro Alonso, director del programa de malaria de la OMS, a El País. “Hay enormes dudas sobre la calidad de este trabajo y tanto sus autores como la revista que los ha publicado van a tener que rendir cuentas”, resaltó el experto.



El estudio está firmado por Mandeep Mehra, del Hospital Brigham de Mujeres de Boston; Frank Ruschitzka, del Hospital Universitario de Zúrich; Amit Patel, del departamento de bioingeniería de la Universidad de Utah, y Sapan Desai, de la empresa Surgisphere, que ha aportado los datos anónimos de los 96.000 pacientes incluidos en el estudio.



Entre las inconsistencias detectadas se destaca el tratamiento de los datos, que no fueron publicados para que sean analizados también por el resto de la comunidad científica, y que no se le entregó el estudio a un comité de ética para que lo revise.



Ambas situaciones fueron denunciadas más de 120 médicos, bioestadísticos e investigadores biométricos que publicaron una carta abierta que también fue enviada a la revista The Lancet.



Fuente: El País.


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