El error de Tamara Báez con el que deschavó su extraño segundo nombre

Mientras continúa firme con su pelea legal contra L-Gante, en la que persigue el deseo de una compensación económica tras la separación de una relación de años y una cuota alimentaria acorde para su hija Jamaica, Tamara Báez también juega en las redes sociales y no se percató de un error mayúsculo.

Todo se engloba en torno a esa situación peculiar de su foto del documento nacional de identidad, un registro que se viralizó hace meses y que la transformó en un contenido viral en las plataformas. Esa imagen de una adolescente Tamara la impulsó a críticas despiadadas.

En el instante en que alguien filtró el DNI de Báez, que se sacó a los catorce años, se produjo una oleada para recriminar su aspecto físico, como si existiera tal derecho de burlarse de la apariencia del otro. En esa ocasión, los haters ponderaron que era morocha y con otros rasgos en el rostro.

Harta de ese ruido, Tamara tomó la determinación de acercarse a un registro civil y generar una nueva identidad, para lo cual pudo posar con su look actual, que se caracteriza por un mayor cuidado de la estética y algunas intervenciones en los labios y la nariz.

Así, orgullosa del resultado, la ex de Elián Valenzuela sintió la pulsión de saltar a su Instagram para exhibir la novedad y confrontar a todos aquellos que alguna vez se rieron de su anterior documento. “Yo me pregunto... ¿no se cansan de hacer el mismo meme de Tamara Báez con plata, Tamara Báez sin plata?”, escribió.

Para luego profundizar en las particularidades de esas diferencias y exclamó con vehemencia y honestidad: “Soy la misma persona. ¡Dios! Tenía 14 años, era una nena, me fui a hacer el documento a las cuatro de la madrugada con mi mamá”.

En toda esa movida, Tamara no se dio cuenta de que subió a su cuenta oficial el nombre completo que reza el registro oficial, un dato desconocido hasta el momento. Por eso se río de su equivocación y publicó: "Cómo mandarse al frente sola con el segundo nombre...". Una información singular, que nadie disponía en su radar.