Buscan en las Islas Seychelles un impresionante tesoro pirata de 250 millones de dólares

Han sido años de búsqueda sin resultados positivos en Seychelles, África Central, donde supuestamente está enterrado el millonario tesoro.

"¡Que encuentre mi tesoro el que pueda entenderlo!”, fue la última palabra del pirata francés Oliver Levasseur, alias “El Gavilán”, hace poco más de tres siglos, provocando una gran interrogante no sólo entre los presentes, sino también, en sus descendientes hasta la actualidad.



Han sido años de búsqueda sin resultados positivos en Seychelles, África Central, donde supuestamente está enterrado el millonario tesoro, avaluado en 250 millones de dólares.



Se trata de un gran cofre lleno de oro, plata y joyas valiosas. Para encontrarlo, se debe descifrar un criptograma que, hasta ahora, no ha podido ser entendido.



El 7 de julio de 1730, en Saint-Denis, Levasseur fue condenado a la horca sin revelar el millonario cofre que escondía. Sin embargo, con la soga al cuello y a medio hablar, sacó de un collar un criptograma de diecisiete renglones y lo arrojó a los presentes, que a golpes intentaron atrapar el pergamino, para encontrar el deseado tesoro.



Levasseur fue un conocido pirata, que lograba acabar en solo segundos con sus enemigos y solo con su olfato, podía identificar el oro a varios kilómetros. Tras algunas aventuras y obtener toneladas de oro y joyas de alta gama, decidió ocultarse durante años en la granítica isla de Mahé, en las Seychelles, en desacuerdo con una amnistía declarada por el Gobierno francés a los malhechores del Índico que renunciaran a la piratería.



Fue luego capturado por la justicia de Madagascar y trasladado a Saint- Denis, donde murió en la horca



En 1923, una mujer llamada Rose Savy, intentó buscar el tesoro de Levasseur durante una visita a la playa del distrito de Bel Ombre en Mahé, donde avistó unas marcas extrañas esculpidas en unas rocas.



La mujer excavó y encontró esqueletos con pendientes de oro, quizás de piratas de baja estofa que, según la leyenda, Levasseur tuvo que ejecutar para resguardar el secreto de su tesoro.



Según Cruise-Wilkins, Levasseur enterró el botín de acuerdo con un complejo acertijo inspirado en los "Doce trabajos de Hércules" de la mitología griega, que representan las pistas que hay que decodificar para localizar el tesoro.



Durante 27 años, Cruise-Wilkins se dedicó a la búsqueda de este tesoro, excavando todo el borde del mar de Bel Ombre, sin obtener resultados positivos. Tras gastar todos sus ahorros en la búsqueda y deteriorar su salud por la falta de descanso, Cruise falleció en 1977 sin descifrar el último eslabón del criptograma.



El legado lo continuó su hijo John Cruise-Wilkins, quien asegura no detenerse en la búsqueda. "¡Oh, sí. Claro que aún buscamos el tesoro!", confirma por teléfono desde Seychelles, según confirma el diario Clarín.



"Pero, de momento, hemos parado las operaciones por el COVID-19", explica Cruise-Wilkins, de 62 años, quien explica que el tesoro tendría hoy un valor de "unos 200 millones de libras esterlinas (250 millones de dólares)", aunque si llegara a descubrirse, "el 50 por ciento sería para el Gobierno por ley", confirma. (Fuente: Telefé Noticias)


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