El presidente bielorruso viaja a Rusia para reunirse con Putin

Alexander Lukashenko, en el poder desde 1994, enfrenta desde hace un mes un movimiento de protesta sin precedentes en las calles contra a su cuestionada reelección.



El presidente bielorruso, Alexander Lukashenko, que enfrenta desde hace un mes un movimiento de protesta sin precedentes en las calles contra a su cuestionada reelección, viajará a Rusia el lunes para reunirse con su homólogo Vladimir Putin.



Si bien en los últimos años Lukashenko, en el poder desde 1994, acusó a su histórico aliado de "desestabilizar" a su país, desde que comenzaron las multitudinarias manifestaciones dio un giro de 180 grados y pidió a Rusia apoyo frente a lo que considera una maniobra occidental.



"Será una visita de trabajo", dijo el vocero del Kremlin, Dmitri Peskov, al referirse a la llegada del presidente bielorruso, de 66 años.



En un comunicado, el Kremlin precisó más tarde que el tema de la reunión será "el desarrollo futuro de la alianza estratégica (...)" entre los dos países. La reunión se celebrará en Sochi, en el sur de Rusia, informó la agencia de noticias AFP.



"Rusia va a intentar sacar el máximo con su apoyo a Lukashenko: éste no tiene ningún margen de maniobra, es completamente dependiente de Rusia" para sobrevivir políticamente, explica el politólogo Konstantin Kalachev.



En cuanto al reforzamiento de los "vínculos políticos, económicos y militares", el experto considera que el Kremlin intentará "unir a Bielorrusia y Rusia durante décadas, incluso siglos".



Los países vecinos han tenido relaciones complicadas en los últimos años.



Lukashenko acusó varias veces a su histórico aliado ruso de querer convertir a Bielorrusia en un vasallo, y rechazó la idea de Moscú de querer ahondar la unión política y económica existente entre ambos países.

 



El movimiento de protesta que recorre Bielorrusia desde la elección presidencial del 9 de agosto, que Lukashenko dice haber ganado con el 80% de lo votos, ha supuesto un cambio completo, y Bielorrusia se presenta ahora como el último escudo de Rusia ante las ambiciones occidentales





Pero el movimiento de protesta que recorre Bielorrusia desde la elección presidencial del 9 de agosto, que Lukashenko dice haber ganado con el 80% de lo votos, ha supuesto un cambio completo, y Bielorrusia se presenta ahora como el último escudo de Rusia ante las ambiciones occidentales.



En este contexto de un posible reforzamiento de los vínculos entre los dos países, el embajador ruso en Minsk, Dmitri Mezentsev, regaló ayer a Lukashenko un atlas del siglo XIX en el que Bielorrusia forma parte del imperio zarista ruso.



Un testimonio histórico de las relaciones que unen a los dos países y "una respuesta a quienes piensan de forma diferente", explicó el embajador.



En tanto, las figuras de la oposición bielorrusa, en su mayoría detenidas o exiliadas en estas últimas semanas, han insistido en el hecho de que su movimiento está dirigido contra Lukashenko y que no es ni antirruso ni prooccidental.



La candidata opositora que reivindica la victoria en la presidencial, Svetlana Tijanóvskaya, grabó el miércoles un video dirigido a los rusos en el que asegura que la protesta "no ha sido en ningún momento una lucha contra Rusia".



Se espera una nueva gran manifestación de la oposición bielorrusa el próximo domingo en Minsk, la quinta de este tipo.


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