Motín en una cárcel de Ecuador deja más de 50 muertos

La superpoblación del 30% trae consigo una serie de problemas entre los arrestados, a tal nivel que muchos de ellos terminan falleciendo.

Al menos 51 presos fallecieron en las últimas horas en nuevos enfrentamientos registrados en una prisión de la ciudad ecuatoriana de Guayaquil, la misma en la que en septiembre se produjo una de las peores masacres carcelarias de Latinoamérica con 119 muertos, informaron hoy medios locales dando cuenta de informes preliminares de la policía.



"Hasta la mañana de este sábado 13 de noviembre se han encontrado a 51 personas privadas de libertad fallecidas tras los enfrentamientos registrados, sobre todo, en el pabellón 2 de la antigua Penitenciaría del Litoral", indicó el parte policial citado por los diarios Expreso y El Universo.



Los medios locales dan cuenta que las autoridades carcelarias ya ingresaron a los pabellones donde se encontró un fusil, 10 tacos de dinamitas, y dos pistolas.



En esa misma prisión, reclusos que son miembros de bandas rivales vinculadas al narcotráfico y que se disputan el poder sostuvieron choques armados en septiembre que dejaron 119 fallecidos, en la mayor masacre de la historia carcelaria de Ecuador y una de las peores de América Latina.



Desde entonces la violencia no ha parado en esa unidad: otros 15 internos fueron asesinados.



Las revueltas carcelarias en todo Ecuador dejaron más de 250 muertos en lo que va del año. Solamente en febrero, fallecieron 79 reclusos en amotinamientos simultáneos en cuatro centros penitenciarios.



La Policía indicó ayer que descubrió a tres reos de la misma cárcel de Guayaquil que pretendían ingresar cinco pistolas, dos fusiles y 27 bultos con municiones y explosivos a través de una reja que da hacia una calle, la cual rompieron.



La masacre de septiembre llevó al gobierno ecuatoriano a declarar un estado de excepción para el sistema penitenciario, por lo que soldados apoyan a policías en el mantenimiento del control en las 65 cárceles del país.



Las prisiones ecuatorianas tienen capacidad para 30.000 personas pero están ocupadas por 39.000, con una superpoblación del 30%.


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