Comienza el sueño de volver a la Luna con la misión Artemis

Todo está listo para el lanzamiento mañana desde Cabo Cañaveral. El nuevo cohete no tripulado y la cápsula Orión, servirán de prueba de vuelo para que futuros astronautas puedan volver a pisar el suelo selenita

Cincuenta años después de la última misión Apolo que llegó a la Luna en diciembre de 1972, el programa Artemis está listo para tomar la posta de la exploración lunar cuando mañana tenga lugar el primer lanzamiento del cohete más poderoso en la historia de la NASA.



La misión, que lleva el nombre de la diosa gemela de Apolo busca no solamente llevar seres humanos de vuelta a la Luna, sino también asegurar que estén allí en forma permanente, tal como ocurre en la actualidad con los astronautas de la Estación Espacial Internacional con presencia ininterrumpida desde hace ya 22 años.



Pero este lanzamiento, que tendrá lugar mañana a las 9.33 hora argentina (12.33 GMT) desde el Centro Espacial Kennedy en Cabo Cañaveral, Florida, no será tripulado. La misión, planificada durante más de una década, es altamente simbólica para la NASA, ya que se probará un nuevo cohete llamado Space Launch System (SLS) o Sistema de Lanzamiento Espacial y una nueva cápsula espacial, llamada Orión, más grande que Apolo y con capacidad para transportar hasta 4 astronautas en lugar de los 3 que tenía la lanzada hace cinco décadas.



El objetivo del vuelo que durará seis semanas y fue bautizado Artemis 1, es testear el sistema SLS y la cápsula de tripulación Orión ubicada en la punta del cohete. Pero la meta final con esta nueva tecnología es volver a llevar seres humanos a la Luna y en la próxima década a Marte. “Vamos a estresarlo y probarlo. Vamos a hacer que haga cosas que nunca haríamos con una tripulación a bordo para tratar de hacerlo lo más seguro posible”, dijo el miércoles el administrador de la NASA, Bill Nelson.



Si todo sale bien, en 2024 un nuevo despegue está programado por la NASA, ahora sí con astronautas. El viaje de Artemis II orbitará la Luna y probará que los astronautas podrán soportar el prolongado viaje de varias semanas. Finalmente, en 2025 Artemis III hará el descenso a la superficie de la Luna, donde la tripulación pisará nuestro satélite natural no ya con la intención de pasar horas, sino de quedarse allí días con la mira de en los próximos años establecer una colonia permanente.



“La misión Artemis I será el primer paso en este tan esperado regreso de la humanidad a la Luna. En diciembre próximo se cumplen, justamente, 50 años del último gran viaje a nuestro satélite natural. Luego del primer e histórico alunizaje de Neil Armstrong y Buzz Aldrin en julio de 1969, otras cinco misiones Apolo hicieron lo propio. La última fue Apolo 17 en diciembre de 1972, y con ella, nos despedimos por mucho tiempo -y hasta el momento- de los grandes viajes por el espacio”, explicó a Infobae el astrónomo Diego Bagú, ex director del Planetario de La Plata.



“Aquella extraordinaria hazaña por parte de los Estados Unidos de América pudo ser lograda en función del contexto geopolítico que se vivió en gran parte del siglo XX. El haber viajado a la Luna no se debió a motivos cientí?cos, sino a la feroz y tensa puja entre el país norteamericano y la ex-Unión Soviética. Fue necesario el paso de cinco décadas para que, ahora, y en cierta manera con algunos matices que permiten trazar un mínimo pero no menos real paralelismo con aquellos años, Estados Unidos se embarque nuevamente en uno de los más grandes proyectos espaciales: ni más ni menos que regresar a la Luna con el claro objetivo de permanecer en ella. Entre otras cuestiones, es China quien ahora “juega de contraparte” en este siglo XXI. El país oriental mantiene desde un tiempo considerable, un ?rme y tenaz programa lunar con el cual, paso a paso, se encamina a intentar que sus propios astronautas caminen en nuestra ?el compañera”.



El nuevo Cohete



El nuevo cohete de la NASA para la misión Artemis I llamado SLS tiene 98 metros de altura y es el más poderoso jamás construido por la NASA. Se trata de un cohete 10 metros más corto y más delgado que el famoso Saturno V, con el que se logró la hazaña de pisar la Luna hace medio siglo. Pero es más poderoso. Con 8,8 millones de libras (4 millones de kilogramos) de empuje. A diferencia del aerodinámico Saturno V, el nuevo cohete cuenta en cada lado un par de propulsores remodelados de los transbordadores espaciales de la NASA.



Los propulsores se despegarán después de dos minutos, al igual que lo hicieron los propulsores del transbordador, pero no se pescarán finalmente en el Atlántico para su reutilización, sino que se quemarán al ingresar a la Tierra. La etapa central seguirá encendida antes de separarse y estrellarse contra el Pacífico. Dos horas después del despegue y ya en órbita planetaria, una etapa superior enviará la cápsula, Orión, a toda velocidad hacia la Luna.


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