No requiere inyección: China aprobó la primera vacuna inhalable contra el COVID-19

La vacuna de CanSino Biologics, que se utilizará como dosis de refuerzo de emergencia, recibió luz verde de la administración de productos médicos del país asiático.

Las autoridades chinas aprobaron una vacuna inhalable contra el COVID-19. El inoculante de CanSino Biologics, que se utilizará como dosis de refuerzo de emergencia, recibió luz verde de la administración de productos médicos del país, anunció la empresa en un comunicado enviado a la bolsa de Hong Kong el domingo.



La vacuna Convidecia Air —cuya aprobación fue una primicia mundial que incluso impulsó la cotización en bolsa de su fabricante, con sede en Tianjin—, no requiere una inyección y es más fácil de almacenar, ya que se administrará por vía nasal a través de un aerosol.



“La aprobación tendrá un impacto positivo en los resultados de la empresa si la vacuna es adquirida y utilizada posteriormente por los organismos gubernamentales pertinentes”, indicó el comunicado.



Utilizando la misma plataforma de tecnología de vectores de adenovirus que la versión intramuscular de Convidecia, Convidecia Air ofrece una opción no invasiva que utiliza un nebulizador para convertir el líquido en un aerosol para inhalación por la boca.



La ciencia parece respaldar las afirmaciones de CanSino. En julio, científicos chinos publicaron un estudio previo que mostraba que las personas que recibían una dosis de refuerzo de la vacuna inhalada de este laboratorio, después de dos dosis de la vacuna inactivada del fabricante chino Sinovac, desarrollaban más anticuerpos que las personas que recibían tres inyecciones de la inmunización.



Cuatro semanas después de recibir el refuerzo inhalado, el 92,5% de las personas habían desarrollado anticuerpos neutralizantes para Ómicron. Los que recibieron tres dosis de Sinovac no demostraron ningún anticuerpo neutralizante para Ómicron, ni cuatro semanas, ni seis meses después de recibir el refuerzo.



Destacados científicos, como el prestigioso fundador y director del Scripps Research Translational Institute, profesor de medicina molecular y vicepresidente ejecutivo de Scripps Research de Estados Unidos, Eric Topol, han pedido al gobierno de los Estados Unidos que acelere los esfuerzos para desarrollar vacunas inhaladas y en aerosol nasal, ya que creen que pueden atacar mejor las infecciones de Ómicron que las inyecciones.



Cuatro semanas después de recibir el refuerzo inhalado, el 92,5% de las personas habían desarrollado anticuerpos neutralizantes para Ómicron (Getty Images)



“Una vez que Ómicron entra a través de nuestra mucosa nasal, o nuestra mucosa oral, a las vías respiratorias superiores, se acabó el juego para la infección”, dijo Topol recientemente en un podcast con el ex coordinador de la respuesta a COVID-19 del presidente de los EEUU, Joe Biden, Andy Slavitt.



“La mejor manera de inducir la inmunidad de la mucosa justo en las vías respiratorias superiores es con vacunas nasales u orales”, añadió el experto, quien recientemente compartió entusiasmado la noticia en sus redes sociales.



La vacuna de refuerzo de CanSino es una versión inhalada de la vacuna contra el adenovirus COVID-19, desarrollada por este mismo laboratorio en colaboración con la Academia de Ciencias Médicas Militares de China.



La vacuna inicial demostró una eficacia del 66% en la prevención de la infección y del 92% contra la enfermedad grave en los primeros ensayos clínicos. El gobierno chino, la Organización Mundial de la Salud y otros países han dado luz verde a su uso como dosis de refuerzo y vacuna primaria.



Desde 2020, China ha aprobado ocho vacunas contra el COVID-19 desarrolladas localmente pero aún no ha permitido que se utilicen vacunas extranjeras en su territorio (REUTERS)



Pero la vacuna de CanSino no se ha distribuido tan ampliamente como se esperaba inicialmente. La empresa lideró la carrera por el desarrollo de la vacuna COVID-19 al principio de la pandemia, por delante de fabricantes extranjeros como Pfizer y Moderna y de las empresas chinas Sinovac y Sinopharm, pero luego se quedó atrás en cuanto a aprobación y distribución.



Incluso, con el impulso del lunes, el precio de las acciones de CanSino han caído un 87% desde finales de 2020, cuando los fabricantes de vacunas sacaron por primera vez las inyecciones de COVID-19 al mercado.



Durante el fin de semana, el gobierno chino aprobó otra nueva vacuna basada en proteínas —de la empresa local Livzon Pharma— para su uso como refuerzo. Sin embargo, no está claro el alcance de la distribución de las vacunas de Cansino o Livzon ni la utilidad de las nuevas vacunas en la lucha de China contra el COVID-19, dado que el mercado parece estar muy saturado


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