Muere un palestino baleado por las fuerzas israelíes y ya son 15 en lo que va del año

Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) informaron en Twitter que los militares "neutralizaron a un terrorista sospechoso de llevar a cabo ataques armados en las últimas 48 horas" y precisaron que el hombre "disparó contra las fuerzas, que respondieron abriendo fuego".



Asimismo, el Ejército israelí dijo que están evaluando la hipótesis de que el fallecido iba a realizar un ataque contra un colectivo con civiles en la ciudad ocupada de Halhul, al norte de Hebrón, informó Europa Press.



Por su parte, el Ministerio de Salud palestino identificó a la víctima como Hamdi Shaker Abdullah abu Daya, de 40 años, quien murió "por disparos de la ocupación a la entrada de Nabi Yunis, en la localidad de Halhul".



Testigos citados por la agencia de noticias palestina Wafa dijeron que los soldados israelíes impidieron que las ambulancias llegaran a Abu Daya, cuyo cuerpo estaba en manos del ejército.



Um Amir Taqatqa, una mujer palestina que presenció la escena desde el auto en el que se encontraba, dijo que hubo muchos disparos: "El ejército no paraba de disparar hacia nosotros, tuvimos que ponernos debajo de los asientos", dijo la mujer, citada por la agencia de noticias AFP.



Se trata del segundo muerto palestino en esta semana, tras el deceso ayer de Omar Khmour, de 14 años, quien fue alcanzado por una bala en la cabeza durante un operativo israelí en el campamento de refugiados Dheisheh, cerca de Belén.



Ya son 15 los palestinos, civiles o miembros de grupos armados, muertos violentamente en lo que va de este año en enfrentamientos con fuerzas o civiles israelíes en Cisjordania, un territorio palestino ocupado por Israel desde 1967.



A raíz de una ola de ataques antiisraelíes en marzo y abril del año pasado, el ejército incrementó sus operaciones en los sectores de Yenín y Nablus, bastión de facciones palestinas armadas en Cisjordania.



Según la ONU, 2022 fue el año más mortífero en Cisjordania desde que terminó la Segunda Intifada, el levantamiento palestino de 2000 a 2005.



Ante las matanzas prácticamente diarias en los territorios palestinos ocupados, la Asamblea General de la ONU pidió a fin de año a la Corte Internacional de Justicia (CIJ) que investigue las consecuencias de la ocupación israelí.



La medida fue rechazada por Israel, que impuso sanciones contra la Autoridad Nacional Palestina, para hacerle "pagar el precio" de impulsar la resolución.



Ayer, unos 40 países, entre ellos la Argentina, pidieron a Israel que deje sin efecto las sanciones y ratificaron en una declaración entregada a la prensa su “inquebrantable apoyo” a la CIJ y al derecho internacional.



El documento expresa la “profunda preocupación” de esos países por “la decisión del gobierno israelí de imponer medidas punitivas contra el pueblo, los líderes y la sociedad civil palestinos tras la solicitud de la Asamblea General” al tribunal.



Entre tanto, el gobierno ultraderechista de Benjamin Netanyahu enfrenta unas multitudinarias protestas en rechazo a los planes de reforma judicial de su ministro de Justicia, Yariv Levin, que incluyen una polémica medida que permitiría que una mayoría simple de parlamentarios pueda anular una decisión de la Corte Suprema.



La reforma también contempla regulaciones que reemplazarían a los abogados del Comité de Designaciones Judiciales por cargos políticos y elimina el llamado supuesto de «razonabilidad» para que la Corte Suprema pueda impedir el nombramiento de altos cargos políticos si considera que estos han vulnerado la ley.