Eclipse, lluvia de meteoros y la Luna Llena más grande del año: los fenómenos astronómicos que restan en 2025
Tras la Luna Negra y la lluvia de meteoros Perseidas en agosto, el calendario astronómico 2025 todavía guarda fenómenos únicos.
El año 2025 viene cargado de eventos celestes que atraen tanto a científicos como a aficionados a la astronomía. Agosto trajo consigo la Luna Negra, fenómeno poco común que coincidió con la lluvia de meteoros Perseidas, generando una noche ideal para la observación de estrellas fugaces.
Pero lo mejor está aún por venir: durante los próximos meses habrá lunas llenas con historia, eclipses y nuevas lluvias de meteoros.
El calendario de septiembre a diciembre
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Septiembre: el día 7 será visible la "Luna de la cosecha", también conocida como "Luna de maíz", coincidiendo con los tiempos de recolección agrícola en el hemisferio norte. Además, el 21 tendrá lugar un eclipse parcial de Sol, el cuarto y último del año.
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Octubre: el 7 se podrá observar la "Luna del cazador", denominada así por las antiguas comunidades nativas de Norteamérica que iniciaban la caza de animales para abastecerse antes del invierno. El 21 será el turno de la lluvia de meteoros Oriónidas, que alcanzará su apogeo con decenas de estrellas fugaces por hora.
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Noviembre: el 5 será protagonista la luna llena más grande del año, un verdadero espectáculo visual. Días después, el 17, el cielo se iluminará con la lluvia de meteoros Leónidas, que promete hasta 15 meteoros por hora.
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Diciembre: entre el 13 y el 14, las Gemínidas pondrán el broche de oro al calendario astronómico con una de las lluvias de estrellas más espectaculares, reconocida por su intensidad y variedad de colores.
Ciencia, cultura y fascinación
Estos fenómenos no solo sirven para afinar cálculos astronómicos y estudiar los movimientos celestes, sino que también poseen un valor cultural y simbólico. Desde tiempos antiguos, comunidades de todo el mundo han vinculado las fases lunares y lluvias de estrellas con momentos de cosecha, caza o renovación espiritual.
El cielo de 2025, entonces, será un escenario en constante transformación, ofreciendo a cada observador la posibilidad de conectarse con el universo y maravillarse con sus ritmos naturales.(LMN)