Mónaco, el circuito más exclusivo y desafiante del mundo de la F1
Con curvas cerradas, glamour y una historia legendaria, el Gran Premio de Mónaco es el circuito más emblemático de la Fórmula 1. Desde Senna hasta Leclerc, los grandes nombres pasaron por sus angostas calles. Este fin de semana, Franco Colapinto se suma como el noveno argentino en correr allí.
Cada año, a fines de mayo, las calles de Mónaco se transforman en el escenario más glamoroso y exigente de la Fórmula 1. Rodeado de yates, joyerías de lujo y hoteles cinco estrellas, el Gran Premio del principado no es sólo una carrera: es un evento social y deportivo que paraliza al mundo del automovilismo.
En un trazado que bordea el Mediterráneo y serpentea entre túneles, curvas históricas y muros implacables, el GP de Mónaco es conocido por ser uno de los más complejos del calendario. Sus dimensiones reducidas exigen a los pilotos máxima concentración: cualquier error, por mínimo que sea, puede terminar en abandono.
Desde su primera edición en 1929, el circuito se volvió leyenda. Juan Manuel Fangio lo ganó dos veces y Ayrton Senna, el piloto más exitoso en Mónaco, lo conquistó en seis oportunidades. Su dominio entre 1987 y 1993 sigue siendo referencia de excelencia en un trazado donde la técnica vale tanto como la potencia.
Las curvas Sainte Dévote, Casino y la emblemática horquilla Fairmont -la más lenta de toda la F1- son símbolos del carácter único de este circuito urbano. Con solo 3.337 kilómetros de extensión, desafía a los mejores del mundo entre edificios históricos, balcones alquilados por cifras millonarias y fiestas a bordo de lujosos yates.
Este año, el protagonismo argentino tendrá una nueva página. Franco Colapinto será el noveno piloto de nuestro país en correr en Mónaco, sumándose a una lista histórica que incluye a figuras como Fangio, Reutemann, Froilán González y Esteban Tuero.
Más allá del espectáculo, Mónaco es un símbolo: de tradición, de precisión y de lujo, donde sólo los más grandes logran dejar su huella.