Todo por un diente

Desde haces meses, las prótesis  son un negocio para un mecánico dental de Río Gallegos. Un negocio personal a expensas de los que menos tiene. Un ejemplo de corrupción a mínimo nivel, pero que forma parte de la tan golpeada salud pública.

En el Hospital Regional existe un sólo mecánico dental. Este profesional se encarga, si algunos no lo saben,
de diseñar, elaborar y fabricar las distintas prótesis dentales , así como los aparatos de ortodoncia removible, las férulas dentales, las cubetas de impresión individuales, y otros. Del mismo modo que elabora, también se encarga de reparar lo anteriormente citado en caso de rotura o desgaste por el paso del tiempo.
Dicha labor -como dice su definición  casi textual- la de armar prótesis, conlleva  obviamente un costo que el dentista debe  pagarle, pues es quien se  encarga de colocárselo al paciente.
Cualquiera que esté leyendo y tiene un familiar adulto mayor,  sabe que cada prótesis cuesta cerca de 1.800 pesos cada una (dentadura de arriba de la boca y abajo). Muy pocas obras sociales (el PAMI)  por no  decir ninguna, se hacen cargo de este tratamiento
Este es el costo.
Por suerte, existe un programa  a nivel nacional (no todo lo del gobierno nacional esta malo, eso hay que decirlo), denominado PROFE, Programa Federal de Salud, que tiene el objetivo de prestar cobertura médica a ciudadanos de bajos recursos. . (Por ejemplo: personas con pensiones no contributivas-PNC- a las que acceden  mayores de 70, madre de 7 hijos, con invalidez, discapacidad, etc).
Aquí nos detenemos.
En Río Gallegos el PROFE y otros programas nacionales  se lleva a cabo en los Centros de Salud provinciales, que cuentan con odontólogos capacitados para colocar estos implementos dentales. Sin embargo, para confeccionarlos acuden al único mecánico dental que existe en el hospital regional, quien recibe implementos como la resina, el metal y cerámica proveniente de Nación o del propio nosocomio. 
El armazón es pagado por Nación. Pero este “mecánico”, utiliza los insumos del hospital para confeccionar prótesis que luego son vendidas  a un precio menor a los dentistas que atienden en su consultorio privado.
Es así de simple. Utiliza insumos destinados para ciudadanos de escasos recursos y las redirecciona para su negocio personal. Cada prótesis las expende a 200 pesos a lo odontólogos, (que saben esto)  y que deberían pagar 500 pesos si encomendaran esta labor a otro técnico dental. Luego,  cobran 1.800  pesos a cada paciente para colocarla. 
Esta modalidad sucede hace meses. 
La corrupción, sea en donde sea, siempre perjudica a los que menos tienen. Esto es una mínima  expresión de  la corrupción está instalada en ciertos sectores.  De  allí en adelante todo parece un espiral y la única diferencia son  las sumas de dinero.
Como dijo el gobernador,  la salud pública “es de todos”.  (El Diario Nuevo Día).

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