74 días de guerra
Invasión para unos. Recuperación para otros. Esta es la crónica del conflicto en 20 puntos. Leopoldo Fortunato Galtieri encendió la mecha. Margaret Thatcher la apagó dos meses después. La contienda marcó el futuro de ambos.
Habían pasado 149 años de administración británica. Demasiados, debió pensar un Galtieri ebrio de ambición -y de algo más, según testigos-. Invasión para unos; recuperación para otros, aquel 2 de abril de 1982 las fuerzas militares argentinas ocuparon Malvinas, o Falklands.
Con el desembarco, Port Stanley, capital de las islas, es rebautizado como Puerto Argentino. De los 10.000 soldados argentinos que formaban la operación (5.000 según otras fuentes), sólo se contabiliza una baja en la toma: la del capitán Pedro Giacchino.
El pueblo argentino se vuelca con la llegada de los suyos a las islas. Una multitud se reúne en Plaza de Mayo para mostrar su apoyo al Gobierno y a los soldados. Según sondeos, el 90% de los ciudadanos estaba a favor de la intervención militar.
«Que vengan, les presentaremos batalla», gritaba Galtieri ante una plaza eufórica. Palabras que azuzaba el general Menéndez (asumió el cargo de gobernador de las islas): «Que venga el principito». El príncipe Andrés sirvió en el portaaviones HMS Invincible como piloto de helicópteros.
La respuesta de Londres no se hizo esperar. El 5 de abril dos buques de guerra, el HMS Invincible y el HMS Hermes, zarpaban de Portsmouth con dirección a Malvinas. La contienda provocó la dimisión del ministro de Exteriores británico, Lord Carrington. En su lugar: Francis Pym.
Frío, hambre, sed y miedo. Mucho miedo. En trincheras, cuevas o el más oscuro de los agujeros, los soldados argentinos sufrieron la falta de experiencia -la mayoría eran jóvenes que hacían la mili-, las pésimas condiciones climáticas -hasta los fusiles se congelaban- y las 'reliquias' que utilizaban como armamento. No hubo clemencia británica.
La fuerza naval británica tardó seis semanas en desembarcar. Durante ese tiempo, las proclamas y mensajes de los argentinos prometían normalidad en el día a día. Olvidaban que el toque de queda a las 20.00 horas y lo de empezar a conducir por la derecha, dificultaban ese objetivo.
Mientras los suyos luchaban en las colinas, el pueblo argentino se volcaba con ellos. Colectas de alimentos, ropa...incluso se realizó un programa especial para realizar donaciones de piezas de oro. El objetivo: recaudar fondos para reforzar el armamento y proteger a los soldados. No llegó.
¿Qué ocurrió con el oro recaudado? Se fundió dando lugar a 73 lingotes que fueron a parar a la Casa de Moneda. Tras varias subastas, el dinero obtenido se depositó en el Fondo Patriótico. La mayor parte de la ropa -tejida mucha por voluntarias- y la comida, fueron a parar a la basura.
Fueron 74 días de guerra. Inevitable hablar de bajas. Por el lado argentino, se contabilizaron 649 muertos y más de 1.200 heridos. Por el otro, 255 británicos. También hubo civiles entre las víctimas, tres mujeres isleñas fueron abatidas.
Pero las consecuencias de la batalla no quedaron ahí. Incapaces de olvidar el horror vivido, más de 450 ex soldados argentinos y otros 300 británicos se han suicidado desde entonces.
Ocupó portadas el crucero argentino ARA General Belgrano. Hundido por un submarino nuclear inglés, fue uno de los pocos sobrevivientes del ataque japonés a Pearl Harbor. El HMS Conqueror, el responsable de su desaparición, utilizó torpedos de la IIGM. En él murieron 323 hombres y sobrevivieron 770. Es el primer barco hundido por un submarino de este tipo durante una guerra.
No era ningún secreto que la situación económica argentina no era boyante. Aún así, se entró en un conflicto que provocó unas pérdidas materiales superiores a los 1.630 millones de dólares, según informes de la fiscalía de la Cámara Federal.
Pero Galtieri nunca pensó en el dinero, tenía otro objetivo en mente: Chile. «Las Malvinas sólo son el primer paso», dijo en clara alusión al país cuando anunció la invasión de las islas.
Era 'vox pópuli', pero no fue hasta 1999 cuando el ex comandante de la Fuerza Aérea de Chile, Fernando Matthei, confirmó que su país pasó información sobre movimientos de tropas y despegues de aviones a los británicos. «Los apoyamos con monitoreo permanente, radares y escuchas con dispositivos electrónicos», confesó Matthei.
También lo confirmó Thatcher, agradecida, años después. La "Dama de Hierro” defendió su amistad con Augusto Pinochet, incluso cuando éste fue detenido en Londres. Pinochet siempre contó con su incondicional apoyo.
Durante el conflicto, el gobierno británico intentó controlar a la prensa. El periodista de la BBC, Brian Narran, llegó a denunciar ante un comité parlamentario que el contraalmirante John 'Sandy' había querido utilizar a la prensa para confundir a las fuerzas argentinas. Los corresponsales se negaron y su trabajo se complicó aún más.
Como legado, los combatientes argentinos dejaron unas 18.000 minas bajo el suelo de las islas. Aún hoy un gran número de artefactos se encuentra en la zona, incluyendo bombas M67 de 90 milímetros antitanque, misiles de aire - superficie, granadas de mano...
El 14 de junio de 1982, a las 23.15 horas, Margaret Thatcher comparecía ante la Cámara de los Comunes para informar del fin de la guerra -unos días después de la visita del Papa a Buenos Aires-. El Reino Unido apabullaba al mundo y Argentina sufría las consecuencias. Durante mucho tiempo estuvo prohibido cualquier canción, película o referencia inglesa en el país latino. Muchos se tomaron la victoria de Argentina ante Inglaterra en el Mundial del 86 como la revancha.
Cronología
2 de abril: en la madrugada, las tropas argentinas desembarcan en la isla Soledad del archipiélago de Malvinas, donde una reducida guarnición de 49 marinos mantuvo resistencia hasta que a las 9.30 se rinden. Se produce la primera baja argentina: el capitán de fragata Pedro Giacchino. Al mismo tiempo las islas Georgias del Sur y Sandwich del Sur son ocupadas por tropas argentinas.
En Buenos Aires se realiza una imponente y espontánea manifestación popular en la Plaza de Mayo, en el mismo lugar donde hacía tres días manifestantes encabezados por el sindicalismo habían sido reprimidos.
25 de abril: Gran Bretaña, que había fijado una zona de exclusión de 200 millas alrededor de las islas, retoma el control de las islas Georgias del Sur.
1 de mayo: comienza la guerra cuando aviones británicos bombardean el campo de aterrizaje de Puerto Argentino y se produce la inmediata réplica de la Fuerza Aérea nacional, que realizaba su histórico bautismo de fuego.
2 de mayo: el submarino nuclear británico Conqueror hundió, fuera del área de exclusión, al buque crucero General Belgrano, y mueren 323 marinos argentinos.
4 de mayo: los argentinos hunden al moderno destructor Sheffield con aviones Super Etendard, cargados con misiles Exocet.
21 de mayo: en una operación anfibia, los británicos desembarcan en bahía San Carlos a pesar de los ataques de la Fuerza Aérea, que hunde a los buques Ardent, Antelope y Coventry.
29 de mayo: los británicos triunfan en el decisivo combate de Goose Green.
8 de junio: la aviación argentina ataca al transporte Sir Galahad, lo que provoca un elevado número de bajas entre los británicos.
14 de junio: las tropas británicas tienden el cerco final a la capital, Puerto Argentino, y las tropas argentinas se rinden. En la guerra de Malvinas murieron 649 argentinos y 255 ingleses, y hubo un total de 1.063 heridos.
15 de junio: la población es convocada por el presidente de facto, Leopoldo Fortunato Galtieri. La jornada terminó con una dura represión a los manifestantes que no aceptan la derrota argentina.
17 de junio: la crisis de Malvinas concluye con la renuncia de Galtieri a la Presidencia de la Nación.
Una realización de Diario Nuevo Día
Fuentes: Archivos propios. Agencia Télam. Diario El País.
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