A quince años de la mayor tragedia laboral y minera del país

La nefasta gestión del ex concesionario Sergio Taselli se cobró la vida de 14 mineros en Río Turbio. El contexto es tan denso como el humo que ahogó en un túnel llamado Unión 9 y parte de las galerías 1P5 y 2P5 a catorce trabajadores.

Casi 50 mineros lograron salir del infierno ese 14 de junio de 2004. Pero 14 hombres no lo consiguieron. El rescate de los cuerpos duró días enteros y fue seguido paso a paso por la opinión pública del país con la ínfima esperanza de que apareciera alguno con vida.  



Pero todo fue en vano: 14 días después de la tragedia los socorristas retiraron los últimos cuerpos carbonizados y se abrió así una investigación en busca de culpables que aparece hoy lejos de su final. No fue un accidente, ni una catástrofe natural, ni un terremoto.



Ahora al  cumplirse quince años de tanta muerte se tiran las culpas unos a otros tratando de salvarse, entre el gobierno, los funcionarios, los policías y los bomberos.  Ahora se culpan unos a otros quiere  decir que sabían cuáles eran las medidas  que había que tomar y no se tomaron.



Y en esta tragedia hay muchos cómplices porque sabían lo que hacia Taselli y lo dejaron hacer. Los trabajadores denunciaron infinidades de veces las irregularidades en nuestra empresa antes de la tragedia se desarrollaron 8 años de concesión privada sin control (en manos de Taselli) que contaron con el aval de distintos gobiernos de turno, nacionales, provinciales y locales en su momento estos permitieron que se destruyera la parte operativa, las normas de seguridad para que este empresario obtuviera ganancia al más bajo costo.



En todo este proceso hubo 2 años “estatales” en manos de Duhalde  que tan sólo se limitaron a mantener los subsidios para pagos de sueldos, de donde también salían los gastos del funcionamiento de la empresa.





Los controles



Pero no solo los gobernantes de turno tienen responsabilidades, también fallaron los organismos de control.  Ellos tienen su responsabilidad, la comisión fiscalizadora de YCRT S.A., Dirección Provincial de Minería, Secretaria de Energía y Minería de la Nación, Superintendencia de Riesgo del Trabajo, Subsecretaría de Trabajo de la Provincia de Santa Cruz también la ART (Aseguradora del Riesgo del Trabajo), los Ministerios de Economía y de Trabajo y las intervenciones estatales.



Todos son responsables.



Las muertes de los trabajadores no fueron obra del destino, de la fatalidad ni de la casualidad, fue obra de la desidia, la insensibilidad, la falta de prevención y mantenimiento, la desatención de seguridad e higiene, la falta de capacitación y  la desinversión crónica. Estos hechos prepararon el terreno para la mayor tragedia laboral y minera del país.



La mina



La mina no está abajo. Está arriba del suelo y sobre el nivel del mar porque la mina es un cerro, un largo cerro cubierto de pasto y manchones de nieve que atesora 580 millones de toneladas de carbón atravesados por 150 kilómetros de galerías excavadas desde 1943.



Turbia como el río que da nombre a la mina, intrincada como su red de galerías, así se presenta la búsqueda de la verdad y de los verdaderos responsables de las muertes en este olvidado rincón del Sur Argentino.



Casi como una obligada necesidad, se recuerda el sexto año de ocurrida la muerte de los 14 mineros de Río Turbio.



Del 14 de Junio de 2004 en adelante, pasado el dolor, la bronca, y las primeras demandas organizadas por los familiares y compañeros de los mineros, crece la sensación de impotencia, de descreimiento, de impunidad.



El simple cotejo de las condiciones en que los trabajadores ingresaban al yacimiento en oportunidad de la tragedia, es la prueba evidente de las responsabilidades del Estado y sus funcionarios que a su cargo tenían la obligación de velar por la seguridad de los trabajadores que perdieron la vida aquella noche.



Los autorescatadores con los que hoy ingresan los mineros, que garantizan oxígeno en caso de necesidad, de haber estado a su disposición en aquellos momentos, habrían salvado la vida a cada uno de los 14 operarios.



Recuerdos



Rosario Gaitán habla mirando el cerro de entraña negra que por pocos segundos le perdonó la vida y lo dejó escapar la noche del 14 de junio de 2004.



"El humo del incendio no me dejaba ver ni respirar. Caminábamos a ciegas escapando con mis compañeros por la galería, tomados de las manos y la ropa, cuando tropecé‚ con uno que estaba caído y nunca más se levantó. Me caí y conmigo cayeron otros que tampoco se levantaron. Contarlo es una cosa... vivirlo fue terrible. Todavía sueño que hablo con ellos.", manifestó.



Aquella noche murieron asfixiados catorce hombres rudos que trabajaban en el socavón.



Así como el cerro del cual viven los 15.000 habitantes de la cuenca carbonífera no tiene nombre, el cerro es "la mina" a secas. El yacimiento nunca fue rentable, salvo de 1994 a 2002, lapso de la concesión otorgada a Sergio Taselli, y sólo porque el Estado le dio al empresario italiano subsidios por 163 millones de pesos para pagar los sueldos de 1300 mineros y empleados y le garantizó un precio sostén dos veces superior al internacional para venderle a un único cliente cautivo, la Central Térmica de San Nicolás.



Diez días antes de la tragedia, Kirchner fue a la mina y anunció inversiones por 320 millones de pesos. Pero fue demasiado tarde.



La concesión a Taselli ocurrió durante la gobernación de Kirchner, y si bien fue una decisión de la Nación, Santa Cruz retuvo el poder de policía laboral y el control de la Seguridad.



Un año después de iniciada la gestión privada de Taselli se creó una Comisión de Fiscalización que incorporó un representante de Santa Cruz: Daniel Cameron, actual secretario de Energía de la Nación.





El período de Taselli a cargo de la mina  “es indefendible”, pero luego por dos años se  hizo responsable la nación. Durante la mayor parte de este período, el interventor del yacimiento fue el santacruceño Eduardo Ariel Arnold, hoy diputado nacional.



"Lo recibimos sin los subsidios y el precio sostén de Taselli -cuenta Arnold-, pero la urgencia era volver a producir. El presupuesto era exiguo y más del 90% se iba en sueldos."



Taselli



Un informe (lapidario) de la Auditoría General de la Nación, que también cuestionó a la Comisión de Fiscalización, y una serie de denuncias penales radicadas en el juzgado de Caamaño, marcaron el fin de la concesión a Taselli. Las causas se unificaron bajo dos figuras, dice una fuente judicial: "estafa agravada y contrabando". "No es verdad que me sacaron la concesión. Yo la dejé en 2002 -replica Taselli- porque cortaron el subsidio para los sueldos durante un año. Y dejé la mina en perfectas condiciones. La cinta donde dicen que empezó el fuego la puse yo. Pero no creo que el problema fuera la cinta, ni el transformador, que es antiexplosivo y no requiere mantenimiento. Yo creo que al iniciarse el incendio no le dieron importancia y no impidieron el ingreso del tercer turno de mineros, ni les ordenaron salir por atrás, no por adelante." , dijo en su momento.



"Acá  van a acusar a perejiles para evitar la responsabilidad del Estado Nacional", afirmaba por aquel entonces  Luis "El Ángel Negro" González, dirigente de la Lista Negra de ATE, otro denunciante de Taselli junto con Bernardino Zaffrani, abogado de Río Gallegos.





Qué pasó



Los catorce mineros, habían tratado de salir por la galería a bordo de un camión con 36 compañeros: entre ellos, Gaitán y Segundo Tejada. Las galerías revestidas con arcos de hierro y tablas de eucalipto son anchas y permiten el paso de camiones.



"Yo recién había entrado con el tercer turno -recuerda Tejada- pero adentro nos dijeron que esperáramos porque no había energía”. 



El humo impidió el avance del camión de Tejada y los mineros siguieron a pie sin ver nada. Al borde del desmayo, Gaitán escuchó la voz de Wanzo que lo animaba a avanzar. Tejada también escuchó voces de aliento desde atrás del humo. "Sabía que iba a morir pero igual avancé‚ con las rodillas que se me doblaban hasta que alguien me agarró del brazo. “Sabe que todo esto pudo evitarse", cierra Tejada. Con 62 años y 31 en la mina, Tejada, riojano, ganaba en aquel entonces  mil pesos.





Cronología



22:08.Se produce el atascamiento de la cinta transportadora.



00:00. Dos colectivos son enviados para evacuar a los mineros. Uno de éstos impacta contra una de las vigas y se produce un derrumbe.



02:00 Brigadas de rescate comienzan la penosa tarea de búsqueda y extinción del incendio.



09:30 El gobernador Acevedo viajó a la cuenca carbonífera para prestar apoyo.



10:00 El intendente de Río Turbio decreta la emergencia municipal en la localidad, también se declara la emergencia en 28 de Noviembre.



14:00 Arriban helicópteros del Ejército Argentino con ayuda y profesionales médicos.



15:15 El presidente Néstor Kirchner se lamenta de lo sucedido.



17:20 Rescatistas hallan los cuerpos sin vida de dos mineros.



18:00 El representante legal de ATE Río Turbio se entera que uno de los desaparecidos es Silverio Méndez dirigente de ese gremio.



19:45 Otra brigada de rescate encuentra el cuerpo de la tercera víctima.



20:00 Se continuaban las tareas de extinción brigadas de rescate ingresaban por el chiflón 7 para continuar con las tareas durante todas la noche.



01:30 Arriba a Río Gallegos el Tango 01 con rescatistas de la Policía Federal Argentina.





¡Presentes¡



Julio Álvarez, Miguel Cardozo. Odilón Vedia, Héctor Rebollo, Nicolás Arancibia, Ricardo Cabrera, Silverio Méndez, José Armella, Jorge Vallejo, José Chávez, Oscar Marchant, Sixto Alvarado, Víctor Hernández y José Hernández. (El Diario Nuevo Día)



 


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