Caja de Servicios Sociales: la odisea de los enfermos

Una afiliada a la Caja de Servicios Sociales, en una carta enviada a nuestra redacción, expresó y detalló las dificultades habituales a las cuales muchos de los afiliados a dicha obra social pasan a la hora de iniciar un trámite por un tratamiento médico, o una derivación, situación a la cual muchos santacruceños vienen expresando su malestar.

A continuación, la carta de la afiliada:



La CSS y sus tiempos obviamente no son los mismos que tienen los pacientes. Autorizar una orden de medicamentos termina transformándose en casi una odisea; no como la de Ulises quien por cierto la pasó bastante bien en sus viajes. Por el contrario la CSS le propone a sus afiliados escuchar el canto de las sirenas sin protección y así terminar desapareciendo en las

profundidades de este sistema de salud perverso.



Es increíble que en tiempos de pandemia los enfermos encuadrados en la clasificación de riesgo tengan que esperar días para que autoricen sus medicamentos, que haya que probar enviándoles mensajes con diferentes números de teléfono y así, ver cuál tiene la fortuna de recibir la autorización y cuál simplemente se quedó con la esperanza de tener una respuesta.



Lo indignante es que muchas de esas autorizaciones son para personas mayores, quienes con el antecedente de haber trabajado toda su vida hoy necesitan que el estado se ocupe de ellos adecuadamente y no los deje a la deriva esperando como Penélope.

Las recomendaciones de qué hacer en estas ocasiones son escasas, pues los afiliados no tenemos a quién recurrir y la justicia es tan lenta que seguramente llega con la respuesta el día de la cremación y los juegos fúnebres. Así la odisea de cada enfermo es una carrera de obstáculos y en la mayoría de los casos es difícil llegar a la meta.



En tiempos de pandemia, ningún enfermo que este dentro de la categoría de riesgo debería depender de que la persona al mando del número de teléfono se digne a ver el mensaje y gestionar la autorización de sus medicamentos. En tiempos como los que corren simplemente el enfermo tendría que poder ir a la farmacia y retirar su medicación, pues su salud debería ser

importante, sobre todo para quienes dicen cuidarnos.



Dadas estas condiciones es inaceptable que hoy las instituciones funcionen porque un ciudadano decide utilizar las redes sociales como medio de descarga. Pareciera que quienes nos gobiernan en lugar de ver cómo funcionan las instituciones sólo hacen su trabajo cuando se decide exponerlos en redes sociales o medios locales. Es inadmisible que quienes mes a mes

recibimos un descuento por la obra social no tengamos los servicios que deberíamos tener a la mano y a disposición nuestra y no a la voluntad de la CSS.



Los enfermos, están enfermos hoy y algunos lamentablemente para siempre por lo cual el tratamiento que necesitan es durante toda su vida y ya suficiente hay con esa carga como para que soliciten una y otra vez un certificado que diga que está enfermo.



Me pregunto ¿Hasta cuándo se les va a seguir faltando el respeto a los afiliados? ¿Hasta cuándo se va a seguir con esa soberbia que los caracteriza? ¿Hasta cuándo vamos a depender de que el que está cargo del número de teléfono decida responder? ¿Hasta cuándo vamos a seguir sin tener un lugar donde escuchen al afiliado y puedan dar una solución? ¿Hasta cuándo vamos a seguir de rehenes de una obra social que no funciona?



Alejandra Oyarzo

Afiliada a la CSS.


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