Río Gallegos dividida entre quienes cumplen y los irresponsables de siempre
La capital de Santa Cruz suma 169 casos activos de coronavirus en el cierre del lunes en medio de una crisis que tiene dos tipos de ciudadanos: los que sufren por cumplir y los que viven sin que nada les importe.
La noche del domingo fue particular en la capital de Santa Cruz, porque el gobierno anunciaba nuevas medidas en medio de un incontenible brote de coronavirus que tiene en la suma ya 169 casos activos.
Y en ese contexto, las redes sociales son escenario de dos tipos de ciudadanos que quedan claramente expuestos.
Por un lado, las redes se inundaron de gente despidiendo a familiares directos, dispuestos a separarse durante 14 días para respetar todas las precauciones de no tener contacto estrecho para cuidarse mutuamente de cualquier posibilidad de contagio.
Las fotos pegan en el corazón, porque hay personas que sufren y lloran al tener que soportar días de soledad o lejos de sus seres queridos para cumplir al pie de la letra el pedido del gobierno.
Sin embargo, lejos de esa valiosa y elogiable actitud de buena parte de la sociedad, están aquellos a los que no les importa nada. Esos a los que no les entran balas ni en los peores momentos.
Son esos que en la tarde del domingo aparecieron comprando carne y cerveza para el asado del “Día del amigo”, que no son todos los escrachados en redes sociales, porque hoy se publicaron muchas fotos viejas como si fueran actuales, mostrando lo peor de la miseria humana una vez más.
Y son muchos de esos los que además se jactan de ser ciudadanos modelos y cuestionan tanto a la sociedad como al gobierno.
Está claro que el gobierno tiene una enorme responsabilidad en las medidas y en el control, pero no hace falta decir que la ciudadanía tiene el ogro gran porcentaje de quedarse en casa y en este caso solos o en familia, sin recibir amigos o conocidos sin sentido.
Y así transcurre sus días Río Gallegos, con un panorama tan complicado como inesperado, que tiene a los trabajadores de salud dejándolo todo, mientras otros ni siquiera lo notan y mucho menos lo valoran. (El Diario Nuevo Día)