El gobernador, complicado y sin apariciones públicas

  Tras el faltazo sin aviso al acto del “9 de julio” en Río Gallegos, el mandatario provincial se mantiene alejado del pueblo y nuevamente fracasa en un conflicto salarial, esta vez con los policías. Pierde imagen y gana problemas con el paso de los días. Algo anda muy mal en Santa Cruz.

 

El tradicional acto en conmemoración del Día de la independencia realizado en la tarde del lunes en Río Gallegos, volvió a tener la falta sin aviso del gobernador Peralta, lo que despertó un enojo y un repudio muy importante parte de la sociedad, que nota al mandatario alejado y complicado por la situación de la provincia.

El problema fue que, no sólo no asistió el gobernador, sino tampoco su “vice”, Fernando Cotillo, por lo que el acto estuvo prácticamente vacío de funcionarios del Gobierno provincial que suma decisiones poco felices a su gestión diaria.

Pero lo llamativo pasa por la continua ausencia del gobernador en cada acto que se realiza en la capital de Santa Cruz en los últimos meses, casi como desentendiéndose de todo lo que tenga que ver con la actividad social de los habitantes de Santa Cruz.

Está claro que Peralta no es el mismo de la gestión anterior, en la que se paseaba por diferentes actos públicos anunciando obras y entregando subsidios o becas, según la ocasión.

Hoy la provincia está en crisis, la inflación crece y los trabajadores le hacen saber que su sueldo no les alcanza.

El momento que se vive en Santa Cruz es crítico. La salud, la educación, la seguridad y hasta el deporte sufren las consecuencias de una provincia que no puede autoabastecerse y que depende la ayuda que cada mes llegue desde Nación.

 

Perdiendo imagen a tu lado

El 2012 es definitivamente caótico para un gobernador que no hace más que cosechar la siembra de su pasado reciente como mandatario, en una provincia donde el descontrol fue total.

El presente lo encuentra perdiendo imagen y ganando problemas cada día que pasa, ahora sufriendo el justo reclamo de los policías de Santa Cruz, a quienes ahora se pone en contra como lo hizo antes con petroleros y docentes.

Y sobre todo a estos últimos, a quienes el año pasado ya les impuso un aumento por decreto que todavía no logra pagar, dando un perfecto ejemplo de incumplimiento político.

Hoy, la imagen del gobernador está por el piso y en descenso directo de no lograr un rotundo cambio en una provincia en la que puede pasar cualquier cosa.

Evidentemente, Santa Cruz “ya no somos todos”. (El Diario Nuevo Día)

 

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