Goliat está encontrando un David
El radicalismo batalla cada día contra el imponente aparato oficialista en la Cámara de Diputados, el justicialismo cuenta con 22 bancas, mientras que la oposición tiene sólo 2. Esta diferencia se hace sentir a cada momento y nadie se preocupa por ocultar o disimular la discreción con que se manejan los asuntos legislativos sin tener en cuenta ni recordar siquiera que hay un puñado de radicales (dos diputados y un par de asesores) en una oficina perdida del edificio legislativo.
Reuniones que se realizan a la vista de todos pero con “derecho de admisión”, expedientes que los radicales sólo pueden ver de reojo o conseguirlos luego de agotadores esfuerzos y un constante rechazo a cada una de las iniciativas que el radicalismo presenta en el recinto, salvo que sean proyectos de declaración sin mayor influencia, entre otras cosas, forman parte de la vida diaria de la legislatura provincial.El oficialismo, con enormes diferencias internas que ya salieron a la luz a los medios, pero con una precisión suiza a la hora de votar en conjunto, se convierte en un aparato imposible de enfrentar por los radicales Héctor Roquel y Estela Maris Bubola, que de entrada sabían y se resignaban a pasar cuatro años batallando contra molinos de viento. Sin embargo el panorama se presenta diferente de lo que en principio se esperaba, que era un poder legislativo con 22 decidiendo y dos mirando. Sin haberlo planeado, el radicalismo se encontró con una poderosa arma en sus manos para enfrentar al oficialismo y la está aprovechando al máximo, la capacidad retórica, el conocimiento político y la picardía de Roquel ya comenzó a hacer mella en el Goliat justicialista. Esto quedó demostrado en al menos dos momentos claves, el día que el camporista Mauricio Gómez Bull quiso correr a Pirincho por su pasado como intendente de la dictadura, y el debate que se dio en torno a la denominada “Ley Arabel”, sobre el nuevo régimen de financiamiento para los municipios.Gómez Bull sufrió en carne propia un discurso de Roquel de altísimo nivel, digno de volver a ser escuchado, en el cual el ex intendente de Río Gallegos hizo gala de su conocimiento de los procesos históricos, de cultura general y, principalmente, de su buena memoria sobre “quien es quien” en esta provincia patagónica, que era justamente lo que el camporista reclamaba pero que le salió, como dicen, el tiro por la culata. Si bien Gómez Bull intentó dar un manotazo de ahogado, la discusión fue cerrada por el indiscutido líder del bloque, Rubén Contreras, que prefirió retirarse de la batalla en silencio y no sufrir una derrota aún mayor, situación agravada por la presencia de las cámaras de la televisión oficial.Otro discurso de Roquel que quedará en la lista de “preferidos” es el que dio en la última sesión, cuando se debatía el nuevo régimen de financiamiento de los municipios. Allí Pirincho se hizo el inocente y empezó a preguntar cosas que no entendía del proyecto, poniendo en evidencia las lagunas del texto y que, en realidad, nadie en el recinto tenía bien claro muchas cosas que se planteaban en la nueva ley, que finalmente fue aprobada por mayoría. La defensa oficialista del proyecto naufragó bastante ante un Roquel que se agrandaba cada vez más a medida que escuchaba las débiles argumentaciones de sus pares y hasta motivó que el autor del proyecto original, el justicialista Jorge Arabel, reconociera que en realidad esta iniciativa era un primer paso hacia una discusión profunda de la Ley de Coparticipación.Así las cosas, el radicalismo seguirá reforzando la capacidad retórica de Roquel, como única arma para derribar al Goliat justicialista, teniendo en cuenta además que el ex intendente se encuentra solo en la batalla, ya que su compañera de banca, Estela Maris Bubola, sabe gritar, protestar y defender, pero no justamente se caracteriza por la profundidad de su discurso o por lo acertado de sus opiniones, al punto que muchas veces los propios radicales ruegan que se quede un poco callada.Los oficialistas de carrera, los que realmente saben del paño legislativo, reconocen en Roquel a un buen rival y lo respetan como tal, aunque obviamente mantendrán su postura contraria a toda iniciativa de Pirincho, mientras que otros diputados nóveles creen que pueden enfrentarlo con palabras, olvidando que al ex intendente lo que le sobra es retórica y que ya gastó varios pares de zapatos caminando en la política, algo que a muchos les falta.Aún con este panorama, el futuro del radicalismo en la Cámara sigue siendo oscuro, ya que difícilmente logrará que se apruebe un proyecto de relevancia o se modifique alguna opinión de la mayoría oficialista, pero al menos, y de la mano de Roquel, la oposición marcará el recinto con la profundidad de los discursos y la solidez de las opiniones, argumentando con ideas y mejorando el bajo nivel que viene arrastrando de gestiones anteriores el bloque opositor en el poder legislativo.No todo es rosas para Pirincho, a quien aún le falta conocer en profundidad la dinámica de los trámites legislativos (varias veces incurrió en errores a la hora de votar), y seguramente la tarea que ahora enfrenta lo agotará al extremo, ya que el oficialismo no caerá como Goliat con una sola piedra, sino que habrá que mantener la constancia y el nivel durante mucho tiempo para obtener, quizás, algún resultado. (El Diario Nuevo Día-Foto: Jorge Riquelm.)
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