Miguel y Milagro

De diferente modo, ambos  ayudan los que menos tienen. Uno de ellos recibe millones de pesos anuales, y el otro no recibe ni quiere  recibir nada del Estado.  Miguel y Milagro son increíblemente parecidos y diametralmente opuestos.

 

De diferente modo, ambos  ayudan a los que menos tienen. Uno de ellos recibe millones de pesos anuales, y el otro no recibe ni quiere  recibir nada del Estado.  Miguel y Milagro son increíblemente parecidos y diametralmente opuestos.

Milagro de 48 años  nació y vive en el extremo del país, Miguel casi en el otro extremo, y solo tiene dos años más.

Milagro lleva la bandera de los pueblos originarios y junto a Miguel comparten la fisonomía del  “negro indio”.

Ambos recomenzaron a militar  alos 16 años en la Juventud Peronista. La vida fue dura, pero quizás la de Milagro fue más complicada. Según data del libro que presentó la periodista  Sandra Russo en el 2.010, Milagro conoció que era adoptada a los 15 años. Sufrió la discriminación, que por suerte no entró a su casa. Estuvo presa.

“La igualdad entre hermanos es lo que vivió de niña Milagro con su familia adoptiva. A ella no la dejaban entrar a las piletas, por negra, y ninguno de sus hermanos entraba. Era la debilidad de esa familia”, señala un extracto del libro  “Milagro sala. Jallalla: la Túpac Amaru, utopía en construcción”, que publicó Pagina/12.

Miguel Soto no es conocido, salvo en Río Gallegos (pero tampoco es famoso). El frío provocó que Miguel decidiera  junto a militantes ayudar a las familias que no tenían red de  gas allá por la década del 80, y repartir carbón en el Barrio Germán Vidal y Laguna La Gorda.

En 1994, con 32 años,  y cuando Nestor Kirchner estaba en su apogeo como gobernador, comenzó una feria de ropas en una modesta casa,  que luego los  años se encargarían de añadir la ironía de que el alquiler estuviera a nombre del PJ, partido en el  cual no es bienvenido.

Se llamó biblioteca “Güent Aike,” (en el idioma Tehuelche  significa “mi tierra”).

El lugar  no fue más que un centro de asistencia encubierto, en el que a pesar de que se reciben y entregan libros, sobretodo se reparten alimentos, ropa y juguetes.

El calor no apaciguó a Milagro. La agrupación de Milagro, pudo construir miles de viviendas y ayudar a los miles de desocupados que dejó   la segunda década infame del país (menemismo). La obra es y fue muy buena. Su agrupación -se estima- recibe casi 8 millones de pesos  mensuales por parte del gobierno nacional para al construcción de unidades habitacionales.

Ayudó a muchos “changos”, con escuelas, deporte y lo que en nuestra ciudad se denominan dispensarios.

Milagro participó y convocó en diversas  marchas y movilización  favor del  gobierno nacional.

No es difícil acceder a Milagro, aunque  cuenta con un departamento de prensa. En el 2.013 espera ser candidata a diputada nacional de Jujuy.

“Muchas cosas raras me pasaron”, dijo Miguel.

En una oportunidad el propio “Rudy”  Ulloa, ex chofer de Néstor Kirchner, envió una camioneta con 300 panes dulces y budines para una de las tantas colectas que la biblioteca-  situada en el Barrio Evita- realiza para las fiestas de fin de año. Después lo tentaron. En varias oportunidades le  pidieron ser candidato a concejal, manejar fondos, pero todo con la implícita condición del  aceptado verticalismo de “responder a” . El último pedido provino nada más y anda menos del ex Ministro de Economía, Diego Robles, cuando se esperaba (luego fallido)  lanzamiento como candidato a Intendente de Río Gallegos. .

“Nunca pudimos cobrar un subsidio de 3.000 pesos de Nación”, sostuvo Miguel. (Este dinero iba ser destinado al pago de los trámites para obtener la personería jurídica y computadoras).

“A Milagro no le gusta sentarse frente a un periodista y menos frente a un grabador”, dice el libro de Russo. A Miguel no le incomoda, pero creo que en el fondo mucho no le gusta.

Muy pocos medios dieron a conocer  sus reclamos. Es conocido por los cronistas por ser un eterno puteador, y quizás fue eso lo que lo dejó sin nada y aislado.

“Si te callaras la boca alguna vez recibirías algo gordo”,    contó  Miguel que le dijo una  vez un funcionario  de la cartera social.

Hace dos años, juntó plata  y fotocopió 200 notas  que les envió a todos los concejales, diputados y funcionarios de primera y segunda línea- incluido el gobernador- para pedir una donación para su comedor. Allí se sirve  leche  todos los días -con el aporte de empresas privadas- a “pibes”. Muchos de ellos incluso provienen de familias que llegaron desde Jujuy para tenr un mejor `pasar económico.

A los 25 años, Milagro  adoptó a 12 chicos de la calle como hijos propios. Miguel tiene el sueño de construir un refugio para niños en dónde se enseñen artes  y oficios.

Milgrato construyó un barrio. Miguel lo respira.

Cuentos, quizás miles de personas se “autoconvocaron” afuera del edificio en donde el periodista Jorge Lanata le realizó una entrevista para el programa “Periodismo para Todos”. “Somos buenos”, gritaba la multitud.

“Donde haya una bandera de la Tupac no va a haber atropello. Al contrario: lo que nosotros queremos es reivindicar a los compañeros con salud, educación y trabajo. Esa es la base”, dijo Milagro Sala. Miguel quiere lo mismo. (El Diario Nuevo Día).

 

 

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