Santa Cruz está que arde
Ya es hora de evaluar en su justa medida la crisis institucional en Santa Cruz. No comenzó hoy ni ayer ni hace 4 semanas. De lo contrario no podría explicarse que tantas personas salgan a la calle en varias ocasiones a reclamar por lo que creen es justo. Aquí van algunos apuntes imprescindibles que elaboró Nuevo Día.
Desde este punto de vista, y sin creernos dueños de la verdad, podría afirmarse que el conflicto en Santa Cruz tiene tres vertientes: Enojo popular por el abuso de poder de parte de los funcionarios, indignación por lo que interpretan es un enriquecimiento ilícito con fondos públicos y mal manejo de éstos. Hartazgo de la exigencia de aceptación del clientelismo como condición previa esencial para la asignación de cualquier beneficio de parte del Estado.
¿Negociación?
La premisa básica para que exista una ‘negociación’ es que cada una de las partes ceda en algo. No es posible una ‘negociación’ cuando nadie quiere ceder algo.
En Río Gallegos, es evidente que no existe una voluntad de negociar para resolver el conflicto. La única propuesta gubernamental- fue presentada para provocar el rechazo de los docentes de ADOSAC.
Desde el inicio del conflicto los docentes solicitaron un reordenamiento de la liquidación salarial por considerar que la inflación se comió los sueldos.
Hubo protestas cortes de ruta y toma de ministerios
Luego, el Gobierno Provincial llamó a una nueva paritaria en la que no ofreció nada nuevo, para más tarde dictar la conciliación obligatoria. Probablemente la convocatoria al diálogo sólo fue concebida para justificar la conciliación obligatoria.
La aceptación o no de la medida depende de la decisión que tomarán las asambleas que llevarán un mandato al Congreso provincial el cual tiene fecha de realización mañana Otro dato: la conciliación fue dictada por 15 días.
El futuro
Todo demuestra que el gobierno no admite otro resultado que la capitulación absoluta del gremio docente santacruceño. Lo demuestran las palabras de los funcionarios provinciales.
Nadie está dispuesto a negociar. Pero, ¿cuáles son las razones que lo llevan a extender en el tiempo un conflicto que lo erosiona, que le trae costos a nivel provincial, lo expone a papelones como el de la violenta golpiza de la UOCRA, y además conlleva el riesgo real de terminar con algún herido más en otra marcha o manifestación.?
La provincia siempre ha utilizado el mismo método: la presión, la intransigencia y la conciencia de saberse más fuerte.
Sin embargo, hay indicios que permiten sospechar que esta vez es diferente, que el Frente para la Victoria ha perdido gran parte de sus votantes.
Faltan apenas seis meses para octubre. El gobierno debe resolver el conflicto y utilizar cada minuto disponible para remontar una campaña electoral que hoy parece estar cada vez más lejana. Ya se sabe quién es el peor ciego: el que no quiere ver. (EDND)