Osvaldo Bayer, el triunfo de la ética y la historia hecha de pura vida
Fallecido este 24 de diciembre el autor de la Patagonia Rebelde -su obra más resonante- dejó una huella ineludible en Santa Cruz. Escritor y periodista, investigó y sacó a la luz el episodio más trágico de la historia regional, el fusilamiento y la muerte de peones rurales en los años '20.
*Por Esteban Lehue
Pura Vida. Si tuviéramos que asociar ese concepto a algún personaje público, elegir a Osvaldo Bayer sería acertado. Y es que la vida venciendo a la muerte será por siempre su sello de identidad.
Historiador, periodista y escritor, autodenominado “anarquista y pacifista a ultranza”, Bayer supo rescatar un episodio que había sido condenado al olvido por parte de la la historia oficial, el suceso más oscuro que enlutó los campos de Santa Cruz en el siglo XX: los fusilamientos de obreros rurales en 1921.
La Patagonia y Bayer, por otra parte, siempre tuvieron una intensa relación. Fue en 1958, cuando llegó a Esquel, en Chubut, para ser de redactor de un diario del mismo nombre, propiedad de un importante empresario de la zona. Luego de ser despedido por diferencias con la dirección (sobre el tratamiento de temas como los pueblos originarios o la corrupción de los políticos locales), funda La Chispa, en cuyas páginas podía leerse el lema “contra el latifundio, contra el hambre, contra la injusticia”. Nunca abandonó esas banderas, y estas son las que lo llevarían a escribir su obra más resonante: la Patagonia Rebelde.
En este libro fundamental (llevado luego al cine, magistralmente por Héctor Olivera) que originalmente se publicó en varios tomos, realiza una denuncia histórica sobre los fusilamientos de los peones que en los años 20 alzaron la voz contra las condiciones indignas de vida en las que estaban inmersos. La represión y la matanza por parte del Ejército Argentino, cuyo capítulo final ocurrió en Estancia Anita (a pocos kilómetros de lo que hoy conocemos como El Calafate,) dejó una sombra que nos golpea hasta hoy, y está llena de silencio, sangre e impunidad.
Y es que el relato hablaba también de la complicidad de familias tradicionales, estancieros, y políticos, muchos de los cuales aún conservaban grandes influencias en la provincia.
Esto no le fue gratuito a Bayer, quien primero sufrió diversas amenazas de muerte posterior a la publicación del libro y el estreno de la película. Luego en 1976, llegada la dictadura militar debió exiliarse, a la vez que toda su obra fue prohibida.
Los años han pasado y como han escrito muchos, el legado de Bayer es “el triunfo de la ética”. Lo que la historia oficial buscó tapar o al menos dejar como un episodio anécdótico (como lo hicieron varios libros que hablan de la “historia de Santa Cruz”), ya nunca podría ser ocultado ni condenado al gris olvido. Porque otra de las características de la “historia oficial” es petrificar, embalsamar, condenar al pasado a los museos. Y nada de eso hay en la escritura de Bayer, porque en cada página de sus libros denunciando las injusticias, en cada línea de sus artículos pidiendo por los derechos humanos de ayer y hoy, en cada declaración pública denunciando los atropellos de los poderosos, la historia no es un pasado oxidado y lleno de polvo, es una llama de fuego cada vez más vital.
Osvaldo Bayer es y será para siempre eso: Pura Vida
(Nota publicada originalmente en julio de 2018 en Pura Vida, revista cultural de El Calafate)
(El Diario Nuevo Día)