La Asamblea por el Medioambiente volvió a exigir el cierre y traslado del basural en Río Gallegos

Desde el espacio conformado por vecinos y vecinas de distintos sectores de la ciudad quienes vienen trabajando en la concientización y pedido a las autoridades políticas sobre las múltiples problemáticas que afectan a la ciudad en materia ambiental y la quema constante del vaciadero fue, desde el inicio, una de las causas fundamentales del espacio.

La Asamblea por el Medioambiente de Río Gallegos visibilizó imágenes tomadas el domingo en el predio del vaciadero municipal donde dan cuenta de el estado del predio del cual hace tiempo se anunció su traslado, sin embargo, continúa allí, afectando, no sólo la salud de vecinos y vecinas de barrios aledaños y en algunos que ni siquiera son cercanos, pero, pese a que las quemas casi diarias bajaron, sigue existiendo la preocupación por e predio y su estado. 



Al respecto, desde el espacio emitieron un comunicado respecto de un panorama general que continúa afectando a la comunidad, no sólo por la quema, como así también al ecosistema que lo rodea. 



El comunicado: 



En Río Gallegos los desechos, contaminados o no, tienen un mismo destino: el basural en medio de la ciudad.



A comienzos de año, con la confirmación de los primeros casos de Covid-19 en Argentina, el Ministerio de Salud de la Nación emitió la cartilla “Recomendaciones para la gestión de #residuos domiciliarios de pacientes en cuarentena”. En la misma advierten que “en nuestro país un tercio de la población cuenta con disposición de residuos #basurales a cielo abierto (BCA) con deficientes condiciones ambientales y sanitarias” lo que aumenta el riesgo de contagio y propagación del virus.



En Río Gallegos la exposición es aún mayor ya que el BCA se encuentra dentro del ejido urbano y no se garantizan las condiciones de salubridad básicas publicadas por dicho ministerio. Un ejemplo de ello es que actualmente no se realiza una separación de residuos patológicos domiciliarios. Según fuentes consultadas por la Asamblea por el Medio Ambiente (AMA), el camión recolector destinado para tal fin no está en funcionamiento y todas las bolsas se recogen sin clasificación, tal como sucedía pre-pandemia.



Esta situación es alarmante y peligrosa, ya que quienes trabajan en el área y, en consecuencia, sus familias, están en contacto con residuos infectados. Además, más allá de que el municipio publicó fotos de recolectores con trajes acordes, se les observa trabajar sin los elementos mínimos de seguridad laboral (guantes, barbijos y mamelucos descartables). Esto significa un incumplimiento gravísimo por parte del Estado de las normas de higiene que establecen que la recolección de residuos “deberá ser realizada por personal entrenado y con elementos de protección personal (EPP) adecuados”.



Por otro lado, existen diversos factores que incrementan la propagación del virus: los perros callejeros que arrastran la basura de un lugar a otro, incluyendo del BCA a barrios aledaños; el chasis y neumáticos de los #vehículos de empresas, particulares y estatales que ingresan al vaciadero y están en contacto con material contaminado; recolectoras y recolectores de elementos descartados, personas en situación de calle y peatones que circulan sobre la basura arrojada en las veredas o que caen de los contenedores barriales desbordados; las moscas que en su corto ciclo de vida pueden estar en contacto con residuos contaminados, entre otros.



Esta semana la Secretaría de Niñez y Familia dependiente de la Municipalidad publicó un folleto informativo en donde señalan que “los basurales a cielo abierto son un foco de infección y nos exponen a un gran riesgo sanitario”. En el mismo hacen hincapié en la posibilidad de contraer infecciones respiratorias, alergias, infecciones por cortes, envenenamiento por productos químicos y otras enfermedades como las que transmiten roedores e insectos, pero no mencionan la pandemia actual, no presentan una solución ni se hacen cargo de la situación. Por el contrario, cargan toda la responsabilidad sobre les riogalleguenses quienes deben concientizarse para no ingresar al vaciadero, el mismo que las autoridades debían haber cerrado y trasladado hace años.



¡Recordemos que antes de la pandemia ya estábamos en emergencia sanitaria! En reiteradas ocasiones hemos denunciado las consecuencias inmediatas y a largo plazo de respirar el humo tóxico de la quema de basura. Asimismo, es de público conocimiento el amparo ambiental con sentencia firme desde el año 2015 que ordena a la Municipalidad de Río Gallegos a trasladar el basural como así también los fondos destinados para tal fin en las distintas gestiones.



Exigimos al intendente Pablo Grasso que cierre y traslade ya el vaciadero municipal, que garantice los elementos de trabajo a su personal y que tome en serio la urgente situación sanitaria y ambiental. En plena campaña electoral se presentaron en nuestra asamblea prometiendo un proyecto que nunca nos presentaron.



Un basural a cielo abierto dentro de la ciudad, en medio de una pandemia en donde el 100% de las camas de Terapia Intensiva del Hospital Regional están ocupadas, es peligroso e irresponsable. Tenemos profesionales de la salud desbordados, quienes se obligan a renunciar a causa de la desidia estatal ¿Nuestro intendente se “comprometió” a frenar la circulación del virus? Es momento de ver acciones concretas.


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